1. ¿De dónde nace Red Roja y cuáles han sido vuestras primeras actividades como organización?
Red Roja nace en el 2012 como una reagrupación de militantes comunistas que provienen de diferentes experiencias en el ámbito comunista. Desde nuestro primer encuentro, frente a otro tipo de organizaciones que también se reivindicaban del ámbito comunista que hacían de lo ideológico, de los diferentes “ismos” y guiones su criterio de agrupación (trostkismo, maoísmo, etc.) propusimos que el criterio en una coyuntura como la actual de crisis del movimiento comunista y de crisis económica del capitalismo, debía responder antes que a etiquetas teóricas a criterios políticos; en concreto lo que en un primer momento concebimos como el “tricriterio”: la apuesta por la ruptura con el régimen del 78 frente a quienes pretendían su reforma en forma de una segunda transición, la lucha por la instauración y defensa del socialismo contra quienes en ese momento reivindicaban la vuelta a un supuesto “estado del bienestar”, y la defensa irrenunciable de toda forma de lucha contra el imperialismo independientemente de la adscripción ideológica del agredido, su vinculación o no con nuestro movimiento o nuestras posiciones políticas.
Desde el primer encuentro entre militantes, además, Red Roja trató de distanciarse también a la hora de caracterizar las movilizaciones y los movimientos sociales surgidos como respuesta al anterior ciclo de crisis, calificados “a priori” y desde fuera por determinadas organizaciones simplemente como “reformistas”, una actitud que les conducía al autoaislamiento. En Red Roja creímos que era importante intervenir en toda esa amalgama de luchas y reivindicaciones sectoriales. Desde entonces Red Roja ha tratado de sistematizar y mejorar la intervención militante en los movimientos de masas y las luchas parciales que surgen en el día a día con un doble propósito: ganar legitimidad entre las masas, para a partir de ese momento ser capaces de pacientemente acompañar la superación de las contradicciones existentes en esos mismos movimientos, tratando de impulsarlos hacia la confrontación con el poder político y económico. En nuestras tesis expresamos la idea de que lo primero que un comunista debe hacer es saber estar entre el pueblo, compartir sus sufrimientos y angustias para ganarnos el derecho a ser escuchados.
2. ¿Quién es Ángeles Maestro?
Ángeles Maestro es una compañera militante que a su vez ejerce como portavoz de la organización. Es conocida por haber sido diputada por Izquierda Unida en el Congreso y miembro del PCE, organización que abandonó en 2005. Allí encabezó una alternativa política enfrentada a la dirección, entregada ya entonces completamente al apuntalamiento del régimen actual.
Nines Maestro |
3. ¿Qué es la revista “Pim Pam Pum”?
La revista Pim Pam Pum es una de las publicaciones hecha por militantes de Red Roja, en este caso del núcleo de Vallekas. Pero no es la única ya que entendemos que las revistas son un medio no solo de difusión, agitación e información, sino también de formación política. Por ello la organización cuenta con diferentes órganos de comunicación, siendo el central y principal la revista de Red Roja, donde además de diferentes artículos sobre la coyuntura actual, destacamos los editoriales que transmiten la línea de la organización. Os invitamos a visitar nuestra web y consultar tanto estas revistas como otras publicaciones realizadas por algunos de nuestros militantes, colaboradores y gente cercana de diferente ámbito, como la revista internacionalista Cuba+: https://redroja.net/category/revistas/
4. ¿Qué proponéis para la situación de crisis económica y sanitaria que padece España?
Esta pregunta implica una exposición algo detallada de nuestra propia línea. La crisis sanitaria que está sufriendo nuestro pueblo es una plasmación empírica de los límites del propio sistema para abordar de manera coherente una cuestión de primer orden como es la propia salud pública. El gobierno de coalición PSOE-Podemos desde el primer minuto se ha puesto al servicio de la élite empresarial y ha implementado una “terapia” contra el virus a todas luces fraudulenta, incoherente y errática, al servicio únicamente del capital monopolista, de la oligarquía financiera y el gran capital financiero nacional e internacional. De un sistema como el capitalista y un Estado como el nuestro difícilmente podía salir cualquier tipo de programa coherente para atacar la pandemia, y el gobierno ha corroborado todos los pronósticos. En lo que atañe a la crisis sanitaria, desde el primer minuto Red Roja ha abogado por denunciar la irresponsabilidad que suponía la no implantación de una estrategia planificada de lucha contra el Covid, basada en la intervención de sectores estratégicos (desde el parque hotelero hasta la industria farmacéutica, pasando por la expropiación de la sanidad privada) para dar respuesta a las necesidades de la población en términos de salud. Allí donde Red Roja ha intervenido durante estos últimos meses, como en las luchas en defensa de la sanidad, ha tratado de impulsar este tipo de consignas y reivindicaciones, al mismo tiempo que ha tratado de denunciar el carácter represivo y policial del Estado de alarma.
Sin embargo, debemos poner de manifiesto que la vertiente sanitaria sólo es una parte de la actual crisis. El Covid 19 ha sido el detonante de una crisis estructural del capitalismo, una crisis que llevaba tiempo fraguándose y anunciándose –incluso por sus propios voceros-, que ya ha comenzado a degradar todavía aún más las condiciones de vida de la inmensa mayoría, y a agudizar todavía más la ofensiva del gran capital contra los escasos derechos de los trabajadores en nuestro país, pero que, y esto es muy importante, como toda crisis, supone un momento de agudización también de las contradicciones entre los de arriba, entre las diferentes facciones de la clase dominante, y como consecuencia, trae consigo la apertura de “ventanas de oportunidad” que pueden ser aprovechadas de manera audaz por los de abajo, parafraseando la consabida frase de Lenin.
En concreto la actual crisis, como su anterior réplica del 2008, se caracteriza por el rol colosal que ocupa en el corazón del sistema el capital financiero, sus mecanismos como la deuda, y su capacidad de parasitar, controlar y corroer la propia economía productiva real, y conducirla hacia cíclicos y cada vez más agresivos callejones sin salida.
Ante esta situación de crisis general del capitalismo internacional Red Roja en las condiciones concretas de nuestro marco de intervención estatal, cree que urge construir lo que hemos conceptualizado como un “Referente Político de Masas”. Esto es, un movimiento político dedicado a aglutinar, a elevar e impulsar hacia el enfrentamiento contra el enemigo principal de la coyuntura actual (esto es, el capital financiero) a todos los sectores populares afectados por la crisis. Entendemos que la lucha contra el capital financiero supone la contradicción principal de la coyuntura actual, aquella que puede movilizar a la inmensa mayoría de sectores populares hacia la lucha de clases, y que al mismo tiempo supone un ataque a la línea de flotación del capitalismo contemporáneo en su actual forma de dominación. Expropiar a la banca, impagar la deuda, y luchar por una planificación racional de la economía, son medidas que, pese a no reivindicarse nominalmente por el socialismo, conducen en la tesitura actual a avanzar por la vía de los hechos como ninguna otra, hacia la superación, hacia la “negación de la negación” en forma de crisis en que nos ha introducido el capitalismo. Creemos que de la construcción de ese tipo de movimiento político de naturaleza flexible y de masas, dependerá la capacidad de los revolucionarios de antagonizar con el poder real y la superación de la actual crisis en clave popular.
5. ¿Tenéis alguna opinión sobre la crisis y división que hay en el movimiento comunista?
La desaparición de la URSS y el campo socialista a nivel internacional, y la autoliquidación del PCE por parte de su dirección en nuestro propio marco estatal, trajo consigo una crisis en nuestro movimiento que se ha traducido en una tendencia hacia la fragmentación, y la debilidad de las organizaciones que nos reclamamos como comunistas, y hasta a cierto descrédito a los ojos del pueblo, lo que afecta a nuestra capacidad de influencia y acción entre nuestra clase. En cierto sentido todavía estamos quitándonos de encima los cascotes del muro de Berlín de encima de la cabeza. Somos conscientes de las limitaciones que tiene el movimiento comunista en la actualidad y el estadio todavía embrionario de la inmensa mayoría de organizaciones obreras (incluida la nuestra). Sin embargo, la agudización de las contradicciones de clase que se ha producido en los últimos años ha permitido comenzar un proceso pausado de recomposición y re-legitimación a los ojos de los trabajadores.
Creemos que será la lucha la que forje a los futuros revolucionarios capaces de recomponer en el futuro la unidad comunista en nuestro país, por eso decimos que “no podemos esperar a tener El Partido para ser partido”; es decir, no podemos esperar a la unidad nominal de los revolucionarios para intervenir en las luchas sociales, para destacarnos en el trabajo práctico entre nuestra clase, y para trabajar por la recomposición de la organización revolucionaria, al contrario, desde ya nuestro papel tiene que ser el de revolucionar la realidad, el de influir y trabajar codo con codo con nuestra clase, de forma seria y humilde, huyendo de etiquetas y sopas de siglas, aunque eso no repercuta en un crecimiento directo de nuestro movimiento, influir en que el pueblo avance en términos políticos.
6. ¿Habéis colaborado con otras organizaciones comunistas en proyectos comunes?
Podemos decir con orgullo que el habernos distanciado de los debates “ultra teóricos” nos ha permitido -pese a las diferencias- colaborar en la práctica con distintas organizaciones comunistas, no solo en lo que se refiere a la defensa del socialismo como alternativa, sino en ámbitos tan diferenciados como la lucha antiimperialista, o la intervención en frentes de masas y sociales como la defensa de la sanidad pública, la lucha contra los desahucios, el trabajo dentro del movimiento obrero, etc.
Esa colaboración y coordinación intentamos vehicularla primero hacia la intervención en las luchas diarias y en línea con nuestro proyecto de construcción de un Referente Político de Masas y en segunda instancia, hacia la reconstrucción de la unidad comunista.
7. ¿Estáis a favor de la reconstrucción del “Partido Comunista”?
Creemos que la reconstrucción del Partido Comunista es la tarea más importante que recae sobre cualquier organización que se reivindique del comunismo en nuestro marco estatal. Desde la transición hubo grandes esfuerzos por su reconstitución, que fueron reprimidos por el régimen a sangre y fuego, y que deben ser estudiados en profundidad para extraer lecciones sobre cuál es el papel de los revolucionarios en un Estado imperialista como el nuestro, un Estado que implementa una terapia de contra-revolución preventiva contra cualquier conato de organización y poder popular. Sin embargo, como hemos dicho anteriormente somos muy escépticos con la materialización a corto plazo de esta tarea. Creemos que quienes pretendemos “recoger la bandera roja del suelo” por emplear una metáfora, todavía tenemos mucho trecho por delante a la hora de granjearnos el respeto del pueblo, de desterrar comportamientos tendentes al dogmatismo y el esquematismo, y de bregarnos en la lucha popular.
8. ¿Qué opináis del feminismo y el papel de los/as progresistas en sus filas?
La lucha por la liberación de la mujer trabajadora ha sido un pilar fundamental del movimiento comunista. No hay que olvidar que fue la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de 1910 quien instauró el 8 de marzo como Día internacional de la mujer trabajadora a iniciativa de Clara Zetkin y que muchos de los avances más importantes para nosotras fueron instaurados en regímenes políticos como la URSS. Eso no impide que aún hoy sigamos teniendo muchos retos por delante porque el sistema capitalista continúa beneficiándose de nuestra doble explotación: las mujeres trabajadoras continuamos soportando dobles jornadas que nos impiden acceder al trabajo asalariado en igualdad de condiciones, lo que implica percibir un menor salario y jubilaciones irrisorias que hacen que la precariedad y la pobreza sea una constante en nuestras vidas. Somos conscientes de que esto también provoca que nosotras no podamos incorporarnos en la misma medida que nuestros compañeros a la militancia política y a la lucha del movimiento obrero. Y tampoco debemos olvidar que muchas continúan sufriendo violencia machista, asesinatos y agresiones por el hecho de ser mujeres.
Pero nosotras no apoyamos ni compramos el discurso interclasista que pretende equiparar a las mujeres burguesas con las mujeres trabajadoras. Lo tenemos claro: ellas no son nuestras compañeras, son nuestras enemigas de clase. Pese a los intentos de desviar el foco con fines electoralistas y desviacionistas, de dividir a nuestra clase y de plantear metas que pretender eliminar de nuestra lucha cualquier planeamiento revolucionario, creemos firmemente que no habrá emancipación de la mujer trabajadora, sin emancipación de nuestra clase.
9. ¿Qué opinión tenéis sobre la República Catalana? Algunos piensan que apoyarla es colaborar con los recortes de la burguesía catalana...
Red Roja asume como uno de sus principios básicos el derecho a la autodeterminación de los pueblos y, por tanto, defendemos la legitimidad del referéndum y de la creación de un Estado independiente catalán si así lo decide la mayoría de la población. El movimiento independentista catalán ha supuesto un gran desafío en los últimos años para el Régimen del 78, pero, como mencionamos en nuestro último informe político, no podemos obviar que ha sido un movimiento sin una dirección política revolucionaria y lleno de ilusionismos, donde la cuestión nacional ha estado por encima de la cuestión de clase. El papel jugado por la burguesía catalana y sus partidos -que nunca ha estado dispuesta a ir con todo para romper con el Estado español- y de la Esquerra independentista del ámbito institucional - subordinada a la dirección del Procés- no debe impedirnos reconocer el aprendizaje que ha supuesto esta experiencia que ha elevado el nivel del conflicto en sectores de la población catalana; una experiencia que ha redundado en la organización popular.
Por otra parte, también creemos imprescindible señalar cómo se debe entender la lucha por la autodeterminación en relación con la propia lucha de clases. Esta, por definición, necesariamente es internacional y se organiza en marcos de lucha que en la inmensa mayoría de casos no elegimos nosotros, que nos vienen impuestos. Si por motivos históricos nos encontramos en el marco de un estado que sujeta por la fuerza diferentes nacionalidades, es deber nuestro aspirar a unir las mismas contra ese aparato estatal, principal enemigo a batir, acumulando las mayores fuerzas posibles en todo el territorio que este está presente.
10. ¿Estáis vinculados a algún sindicato?
No, no estamos vinculados a ningún sindicato en particular, pero nuestra militancia sí trabaja en el seno del movimiento obrero en diferentes sindicatos. Para nuestra organización el trabajo en el movimiento obrero es fundamental, pero siempre desde la perspectiva de ir más allá de trabajar por y para siglas sindicales. Para Red Roja el camino es la formación de verdaderas estructuras de confluencia sindical, que superen los “patriotismos sindicales”, es decir la defensa de unas siglas concretas, ya que, desde nuestro punto de vista, los sindicatos llamados “alternativos” no tienen fuerza por sí solos para liderar el movimiento obrero ni para luchar contra los abusos de la patronal y de las leyes y reformas laborales.
Nos encontramos en una situación en la que la clase obrera ya no está, de forma general, agrupada en fábricas y empresas, sino que está dispersa, con condiciones de trabajo muy dispares, lo que dificulta la unidad de las y los trabajadores de las plantillas y, como consecuencia, la defensa de sus derechos. Por tanto, estas estructuras de confluencia permiten estar al lado y entre los sectores más precarizados y favorecer su participación en las luchas para hacer frente a sus propios conflictos laborales y estar al lado de otros compañeros y compañeras que requieran de su solidaridad y su presencia en otras luchas.
11. ¿Qué opináis de que los sindicatos CGT y CC.OO apoyen el golpe de estado en Bielorrusia?
Evidentemente no defendemos la misma posición. No debemos olvidar que el imperialismo utiliza un discurso oportunista de los derechos humanos (en el que en el fondo los derechos es lo que menos importa), ya que detrás del mismo se esconden intervenciones interesadas que buscan desestabilizar y derrocar Gobiernos como ya hemos vivido con las famosas revoluciones de colores en Siria, Libia, Ucrania etc. Y en el caso de Bielorrusia es su situación económico-social, superior a la del resto de su entorno, y su relación con Rusia –junto con China uno de los grandes enemigos a abatir por los estadounidenses - lo hace que sea especialmente un objetivo a destruir.
Por eso, nosotros frente a una agresión imperialista, nos ponemos al lado del agredido independientemente de la “calidad política” de su gobierno. Aparentemente el golpe de Estado contra Lukashenko ha sido repelido, pero llamamos a todas las organizaciones progresistas a no bajar la guardia. Tanto el imperialismo yankee como el imperialismo euroaleman son aves de rapiña que tratarán por todos los medios de acabar con cualquier reducto de resistencia.
12. ¿Apoyáis los procesos bolivarianos de América Latina?
Definitivamente si, por el mismo criterio. Desde el corazón de la bestia debe apoyarse cualquier proceso de lucha anti-imperialista independientemente de lo que en términos teóricos esté más o menos en concordancia con los presupuestos del movimiento comunista internacional.
13. ¿Qué posición tiene Red Roja sobre la monarquía y la III República Española?
La monarquía es la clave de bóveda del Régimen del 78, no está ahí por casualidad, la coronación del rey Juan Carlos era parte crucial en aquel momento en la operación de Reforma política para dejar todo “atado y bien atado”. Las clases dominantes de este país han tenido muy malas experiencias con la república, por lo que han tenido de momento de efervescencia de la lucha social y de participación de las clases populares – la “rebelión de las masas” a la que hacía alusión Ortega - en la política. En concreto, el triunfo del Frente Popular decanto la balanza entre las distintas facciones de la oligarquía a la hora de cerrar filas en su apoyo al fascismo, y al mismo tiempo –pese a las contradicciones y límites internos- la defensa del Frente Popular y la lucha contra el fascismo se consagraría como la experiencia social más elevada de construcción del socialismo que se ha dado en nuestro territorio. En ese sentido el estudio y reivindicación de esa república popular tiene para nosotros un gran peso a la hora de retomar el hilo rojo de nuestra memoria de clase.
No podremos encontrar el camino sin avanzar sobre los hombros de esos gigantes que dieron la vida luchando contra el fascismo en una gesta heroica. Sin embargo, no podemos pretender que el movimiento popular actual en esa etapa de organización y desarrollo embrionarios del que hemos hablado, trasplante ese legado a las condiciones actuales de forma mecánica. Si bien los últimos escándalos de corrupción han puesto de manifiesto la inmoralidad de la monarquía, las clases populares no ven todavía a la misma como un gran problema, más bien como a uno de tantos otros parásitos de los que librarse. Creemos que la tercera república más que pretendidamente, será conquistada al fragor de la lucha del pueblo por liberarse de las cadenas que lo atan a la oligarquía financiera, a la gran patronal “patria” e internacional y sus formas de dominación.
14. ¿Con el papel de VOX en las instituciones puede haber un creciente aumento de la actividad fascista y por consiguiente antifascista?
En los últimos tiempos estamos asistiendo a un repunte de la actividad de grupúsculos de extrema derecha. Efectivamente Vox hace de punta de lanza de una guerra cultural desde el parlamento que quiere legitimar un sentido común reaccionario (nacionalismo español, discurso racista, en contra de los derechos de las mujeres, etc.) y lo que ha reactivado a grupos neonazis y de la ultraderecha tradicional hasta hace poco “descabezados”. Hay ejemplos de cómo Vox señala y estos grupos ejecutan. Por ejemplo, cuando desde el Parlamento señalaron a Teruel Existe a raíz de las pasadas elecciones y grupos de la ultraderecha hicieron pintadas amenazantes contra estos diputados, o las últimas movilizaciones por el 12 de octubre, donde estos grupos neonazis han asistido a las convocatorias de Vox. Celebramos y apoyamos la reorganización del movimiento antifascista que está respondiendo a estas agresiones en los barrios obreros de todo el país como Vallecas o San Blas. Sin embargo, queremos alertar del peligro que existe en que la lucha contra las organizaciones de extrema derecha sea instrumentalizada por las organizaciones reformistas, por el “podemismo” para cerrar filas con el gobierno en su intento de aplastar y criminalizar cualquier atisbo de movilización social.
El único recorrido a los ojos del pueblo que le queda a este fraudulento gobierno para ejecutar todos los recortes que se va a ver obligado a ejecutar bajo los designios de la UE, va a ser la excusa de que “viene la derecha”. Cometeríamos un error si identificásemos toda explosión social como lo vivido estos días en Barcelona y Burgos como manifestaciones de la “extrema derecha”, en lo que son estallidos más o menos espontáneos de una juventud desencantada con su situación de ausencia de futuro, de derechos y que ahora ve cercenadas libertades tan elementales como el derecho de manifestación. Estallidos que si la izquierda revolucionaria no sabe canalizar y caracterizar correctamente, obviamente serán instrumentalizados por este otro tipo de organizaciones reaccionarias pero que ni mucho menos lo son per se. El antifascismo no puede traducirse en la defensa del status quo junto con las fuerzas “constitucionalistas” del régimen. Nuestro antifascismo tiene un horizonte revolucionario en el que unir a todos los sectores afectados por esta crisis social y económica en clave de ruptura con el régimen y sistema actual, independientemente del color o el partido que esté en el gobierno. Sin querer hacer paralelismos con la coyuntura histórica, por emplear una metáfora, creemos que como en 1917 la mejor manera de luchar contra los “Kornilovs” y sus centurias negras -contra lo más reaccionario- es desbancar a los “Kerensky” de turno.
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