Fernando Castro, Responsable de Organización de los CJC
Área Central de Organización del Consejo Central
1. ¿Qué opinión tenéis desde CJC sobre el actual Gobierno?
Desde nuestro punto de vista, la valoración de los distintos Gobiernos la tenemos que hacer desde el punto de vista de los intereses de clase, es decir, a qué clase social responden, independientemente del color político que digan representar. En este sentido, los Gobiernos socialdemócratas en nuestro país han representado históricamente a una parte de los monopolios españoles, mediante una gestión que ha fluctuado entre políticas liberales y socialdemócratas en contraposición a una política de mayor tinte neoliberal del PP. Los Gobiernos de Felipe González, Zapatero y el actual de Pedro Sánchez, han seguido esta línea de gestión del capital, a pesar de que puedan darse alguna serie de medidas cosméticas que intenten mantener el apoyo en ciertos sectores de la clase obrera.
Con la conformación del Gobierno de coalición junto a Unidas Podemos, no se revierte esta situación. Lejos de hacer tediosa y larga esta entrevista, diremos que el por qué puede abordarse desde diversos análisis de medidas más concretas, que aparecen expresadas en diversos artículos y resoluciones de nuestro Partido -el PCTE-. En definitiva, nuestra posición ante cualquier Gobierno capitalista, independientemente de su color, es de oposición, en tanto que no representa los intereses de la clase trabajadora. Y consecuentemente lucharemos porque nuestra clase no se deje engañar por los cantos de sirena del supuesto “Gobierno más progresista de la historia”. De ahí la importancia que los CJC y el PCTE da a una lucha política e ideológica frontal, contra todos los Gobiernos capitalistas, incluido los socialdemócratas.
2. ¿Qué trabajos habéis llevado desde CJC desde el inicio de la pandemia del COIVD 19?
Realmente hemos seguido el trabajo que ya desempeñábamos antes de la pandemia, reforzando la intervención en ciertos frentes dada la situación excepcional. Cuestiones como las redes de apoyo mutuo en los barrios obreros son iniciativas que surgen en la etapa de confinamiento, pero que tienen también raíz en las propias organizaciones vecinales en las que ya veníamos realizando trabajo. En lo relativo a estas redes de apoyo, nosotros nos distanciamos de la idea asistencialista, poniendo como objetivo fomentar esa organización en las bases de nuestra sociedad. Tratando de aglutinar a los vecinos de un barrio entorno a cierta política de contrapoderes, construyendo bases en las que se construya oposición al propio sistema capitalista. Igualmente, hemos continuado el trabajo que ya realizábamos en el movimiento sindical y el movimiento estudiantil, adaptando nuestro trabajo a las nuevas formas que adquiere la lucha de clases y a los nuevos retos que impone la crisis.
Si bien hay diferencias de la situación pre-crisis, es importante comprender que todo este empeoramiento de las condiciones de vida de la clase, no surge de la nada en la etapa de pandemia, sino que son situaciones que vienen dadas desde mucho antes por el propio desarrollo del capitalismo. En el caso de la crisis sanitario-económica, estos problemas que ya venían de antes -falta de EPIs, temporalidad, empeoramiento de la educación pública...- simplemente toman otras formas u otra gravedad, pero en ningún caso se generan en esta etapa y desaparecen al finalizarla. Al final nuestro papel es seguir trabajando como hacíamos antes de la pandemia, pero adaptando nuestro trabajo y nuestra intervención a las condiciones en las que nos encontramos.
3. ¿CJC esta involucrado en la lucha sindical?
Sí. Nosotros reafirmamos aquella tesis leninista de que nuestro papel, el de los comunistas, es el del elevar el nivel de conciencia y organización de la clase obrera, así como el combate contra la hegemonía oportunista y socialdemócrata en el seno del movimiento obrero. Y aquí entendemos muy bien que no existen sindicatos de referencia ni nada por el estilo. Hay que huir de la concepción izquierdista y marginal, de esperar que las masas vengan a ti como por arte de magia, donde te gustaría que estuviesen.
Nosotros trabajamos en todos aquellos sindicatos, asociaciones o estructuras en los que existe una posibilidad real de intervención entre nuestra clase, y no simplemente donde nos gustaría porque sea más cómodo intervenir debido a la cercanía de posiciones. Al final, como comentábamos al principio, nuestro papel es el de situar las posiciones políticas del comunismo en todos los frentes en los que realizamos trabajo, es decir, en todos aquellos lugares donde se hacen patentes las contradicciones de clase, y claramente uno de estos lugares son los centros de trabajo.
4. ¿CJC se identifica con el feminismo?
El problema es ¿cuál feminismo? La multiplicidad de “feminismos” que existe creemos que da respuesta contundente a la pregunta. Nosotros hablamos de los postulados del marxismo entorno a la cuestión de la mujer -hablando de la infraestructura y la superestructura- como los análisis más certeros para analizar el papel subsidiario de la mujer en el capitalismo, y comprendemos que la liberación completa de la mujer se dará solo bajo el desarrollo del socialismo, en tanto que nos dirigimos a la mujer trabajadora. Otros análisis que tratan de establecer una falsa “doble infraestructura” -patriarcado y capital- o que ni tratan la cuestión de clase, escapan bastante de la concepción marxista del asunto aunque se intenten apellidar con palabras de raíz marxista.
Perfectamente podemos compartir algunas cuestiones o reflexiones de forma parcial con ciertos feminismos de clase, pero creemos que la receta fundamental para acabar con el papel de sumisión de la mujer trabajadora no se encuentra en ideologías ajenas al marxismo, sino en la lucha política por una sociedad radicalmente distinta, que no es otra que la del socialismo-comunismo.
5. ¿Qué son los campamentos juveniles de las CJC?
Los Campamentos de la Juventud constituyen la principal actividad central de los CJC durante el año. Cada año varía su ubicación y no sólo participan militantes comunistas, sino numerosos jóvenes con los que compartimos luchas en los sindicatos, en el movimiento estudiantil, en los barrios, etc. Muy resumidamente, podemos decir que es un espacio en el que se combinan actividades formativas de carácter político-ideológico más profundo, como talleres y seminarios, con actividades deportivas, o vinculadas al ocio y a la cultura, y otra serie de actividades que sirven para el intercambio de experiencias en la lucha y para el desarrollo “humano” -por así decirlo-, entre los jóvenes que participan (por ejemplo a través de actividades que fomenten la socialización de los asistentes, actividades de solidaridad y un largo etcétera).
Otra característica de los Campamentos es que se intenta celebrar en alguna ubicación donde se puedan realizar algún tipo de rutas o paseos por la naturaleza o el monte que estén vinculados a episodios de la lucha de clases de nuestro país, como podría ser con la Guerra Nacional-Revolucionaria o históricas luchas obreras como las de la minería.
6. ¿Qué opináis sobre la sanidad pública y universal?
Desde siempre hemos considerado, y luchado, por que la sanidad sea pública, universal y de calidad. Como comunistas, si consideramos que todo el sistema socio-económico debería girar en torno a la satisfacción de las necesidades crecientes de la población y el desarrollo multifacético del conjunto de la sociedad -en vez de en el beneficio privado de los grandes capitalistas-, no cabe la menor duda que la sanidad pública y universal es un elemento esencial en este cambio de paradigma. Es imposible que una economía y una sociedad esté basada la satisfacción de las necesidades humanas y en el desarrollo integral de su población sin la misma. En este sentido consideramos fundamental la lucha por la sanidad pública y por los derechos de los trabajadores del sector de la sanidad. Igualmente, la actual situación de pandemia no hace más que reafirmar lo injusto del sistema capitalista, el cual sitúa la salud como un negocio, y por lo tanto reafirma nuestra propuesta por este tipo de sanidad.
7. ¿Cómo se podría hacer que en España se protegiera nuestro derecho a la vivienda?
Si hablamos de medidas concretas:
- Conformación de una bolsa de viviendas públicas en régimen de alquiler, con precios fijos y regulados por el Estado, para jóvenes, estudiantes, pensionistas, trabajadores y trabajadoras
- Expropiación de las viviendas actualmente en manos de los bancos y fondos buitre.
- Tolerancia cero contra los desahucios, cortes de luz, agua, gas por parte de bancos y compañías eléctricas.
Si hablamos de cómo se pueden asegurar estos derechos tan básicos, claramente llegamos a la conclusión de que no bajo el manto del sistema burgués. Como todo en el capitalismo, la vivienda es un negocio, y bastante jugoso. La única forma completa de conseguir una serie de derechos en materia de vivienda, no se da transformando la movilización y el descontento en política parlamentaria, sino construyendo desde la base un país radicalmente distinto, en definitiva luchando por una sociedad radicalmente distinta, donde el desarrollo humano y los intereses de la mayoría estén por encima de los intereses de unos pocos parásitos.
8. ¿Por que una República socialista para España?
El proyecto estratégico que defendemos está basado en un análisis científico sobre las condiciones materiales y el desarrollo de las clases sociales de nuestro país. De este modo, concluimos que España es un país con relaciones capitalistas de producción que han llegado a un grado de desarrollo monopolista, lo que consideramos como fase superior del capitalismo -o imperialismo-.
En este sentido, teniendo en cuenta el desarrollo de las fuerzas productivas en España y su inserción en el sistema imperialista internacional -en el que ocupa una posición intermedia-, llegamos a la conclusión de que la tarea inmediata de la clase obrera es la toma del poder y la construcción del socialismo-comunismo mediante el derrocamiento revolucionario del poder burgués.
9. ¿Hace falta la nacionalización de empresas en España?
La nacionalización, en abstracto, implica que la “titularidad” de una determinada empresa o sector pertenezca al Estado. En este sentido, nosotros tenemos claro que el Estado no es neutral, y que en el contexto de poder burgués, el Estado no es más que el gestor de los intereses comunes de la clase burguesa en el poder, sin que esto implique que puedan existir ciertas pugnas o contradicciones entre distintos sectores de la propia clase burguesa. Sin querer alargarnos mucho en esta cuestión, porque es algo complejo y que requeriría un desarrollo mucho mayor, el estudio sistemático del papel del Estado en las sociedades burguesas nos muestra que en numerosas ocasiones el propio Estado burgués ha optado por las nacionalizaciones por diversos motivos, con tal de mantener las ganancias capitalistas. En este sentido, el Estado burgués actúa como capitalista colectivo. Algunas de las razones de que el Estado tome esta decisión puede ser que se trate de un sector todavía poco “rentable” -en términos capitalistas- y por lo tanto asume sus gastos con dinero público hasta que lo sea, para posteriormente venderlo a precio de coste a los grandes monopolios; o por ejemplo porque se trata de un sector que es estratégico para diversas grandes empresas del país, por lo que el Estado hace de intermediario para garantizar de manera relativamente equitativa los intereses de esos monopolios (por ejemplo algunas vías de transporte). Estos son sólo algunos ejemplos, pero lo que queremos trasladar es que la nacionalización en si mismo no tiene por que ser positiva, por lo menos a largo plazo.
Es cierto que a corto plazo, y fruto de la lucha obrera, la nacionalización puede servir de pequeño parche para paliar algunas de las condiciones de la clase obrera, pero a largo plazo el carácter del Estado y su papel como capitalista colectivo no cambia, por lo que desde nuestro punto de vista, a modo general las nacionalizaciones sin un control obrero y sin un Estado cuyo carácter de clase sea obrero, no puede garantizar a largo plazo unas mejores condiciones para la clase obrera. Por eso, en ocasiones nos referimos a socialización, en vez de nacionalización, para que quede claro ese matiz. Por supuesto la socialización debería ir acompañada de toda una planificación centralizada que se construya en base a las necesidades crecientes de la población y no en base a los intereses privados de la burguesía. No obstante, como ya hemos señalado, todo esto no implica que en determinados contextos, y de manera táctica, la reivindicación de la nacionalización bajo el capitalismo pueda ser útil para los intereses d ella clase obrera, ya que puede mejorar parcialmente algunos aspectos de sus condiciones de trabajo y vida, y además puede servir como aglutinado de algunos sectores de la clase obrera para que avancen en sus posiciones de lucha y combate contra el capital. A modo muy general esta es nuestra posición en torno a las nacionalizaciones, aunque cada caso habría que valorarlo individualmente y realizar análisis detallado teniendo en cuenta el contexto concreto.
10. ¿Se deberían nacionalizar los bancos en España?
Con la cuestión de los bancos sucede lo mismo que con la reflexión que hemos realizado con las empresas en general. Consideramos que los bancos, al igual que el resto de sectores estratégicos han de estar al servicio y control de la clase obrera -en el marco de la planificación centralizada-, con la finalidad de mejorar sus condiciones de vida y trabajo. Por supuesto esto es incompatible con la existencia de grandes bancos privados, pero como decíamos anteriormente la mera “nacionalización” de los bancos bajo el sistema capitalista no resolvería de raíz y en profundidad los problemas que a día de hoy sufre la clase obrera en España.
11. ¿El auge de VOX es un peligro para la clase obrera en España?
VOX, como movimiento reaccionario tiene ciertas particularidades que hemos señalado en varias ocasiones. Si bien no es un partido que podamos catalogar dentro de un espectro fascista, es un perfecto frente de masas para el fascismo y posibilita la expansión de organizaciones e ideas fascistas entre la clase obrera. Ante todo, en una situación de crisis y de empobrecimiento generalizado, donde ciertas ideas del fascismo y de ese carácter neutral que defienden del Estado corporativista, son incluso permeables hacia una clase obrera -sobre todo la juvenil- descontenta con el estado actual de las cosas, y más aún con las falsas promesas del actual Gobierno socialdemócrata.
Pero actualmente lo importante es que existe un crecimiento de una base social que históricamente ha sido caldo de cultivo para estas ideas, y es la capa de la pequeña burguesía empobrecida por la situación de crisis actual. Capa que tiende aún más hacia la reacción al perder ciertos privilegios que le otorgaba su clase social. Nosotros creemos que la fórmula para enfrentar a la reacción no debe darse desde la figura del “anti-nazi” o del “antifascista”, sino bajo la organización comunista y el combate de estas posiciones allá donde se encuentren, en las bases de la sociedad, contraponiendo a las categorías del fascismo y la ultraderecha las categorías del propio comunismo, que es antifascista en esencia.
12. ¿Por que no a las casas de apuestas?
Si algo representan bien las casas de apuestas es ese falso ascensor social en el que tanto se excusa el capitalismo. La mayoría de estos lugares se encuentran situados en los barrios de extracción obrera y popular, y justamente ha disminuido en los últimos años la edad media de las personas ludópatas a 21 años. Esto no es algo casual. En una etapa de falta de perspectivas, la juventud obrera, en paro o con trabajos precarios, encuentra una falsa promesa atractiva en estos lugares. Esta atracción que tienen las apuestas para los jóvenes está profundamente relacionada con esto mismo: si mis propias decisiones y mi propia fuerza no pueden hacer que algún día pueda comprarme una casa, comer bien todos los días, o cubrir mis necesidades básicas, intentaré que por consecuencia de la pura suerte pueda tener esas necesidades cubiertas y si puedo tener un poco más mejor.
De esa miseria en nuestra clase, brotan los salones de juego y aprovechándose de la misma, condenan a miles de jóvenes a la ludopatía y a un mayor empobrecimiento a través de deudas. Nosotros tenemos claro que la solución no pasa por “regular las casas de apuestas” o por ser benevolentes con ellas, sino por la prohibición total de esta lacra.
En todo este tema también tiene que ver la falta de espacios de ocio sano para la juventud. Que al final es la capitalización de todos los modos de vida, la búsqueda del beneficio económico por encima del desarrollo humano. Pero aquí nos podríamos adentrar incluso a la disposición urbana de las ciudades y más cuestiones relativas al ocio que creemos se escapan ya a la pregunta.
13. ¿Cuál es vuestra posición sobre la permanencia de España dentro de la OTAN?
Como organización juvenil comunista, uno de nuestros principios rectores es el internacionalismo proletario. Este principio irrenunciable, es incompatible con la implicación directa o indirecta en cualquier tipo de plan o intervención imperialista en terceros países -ya sea directamente como país o mediante la participación en organizaciones internacionales del sistema imperialista internacional-. La OTAN en este caso no es una excepción, ya que es una de las principales herramientas militares del imperialismo europeo y norteamericano. Nuestra posición respecto a los pueblos tiene que ver con el apoyo incondicional a la clase obrera de cada país, con la no injerencia y la defensa de su autodeterminación.
Es decir, defendemos de que los asuntos de cada país los tiene que resolver su propia clase obrera mediante la toma del poder y sin la injerencia extranjera de ninguna potencia externa ni agrupación imperialista. Así pues, nuestra posición respecto a la OTAN es la de la retirada unilateral de nuestro país de la misma, así como la vuelta de todas las tropas españolas en misiones imperialistas en el extranjero, ya que, además de derramar sangre inocente, están arriesgando sus vidas por defender unos intereses económicos que les son ajenos. Esta posición es extensible al resto de organizaciones, tratados y alianzas internacionales del sistema imperialista internacional en las que España está presente.
14. ¿Alguna conclusión sobre esos “26 millones de hijos de puta” que quieren fusilar altos mandos retirados de las fuerzas armadas de España?
Está claro que una buena parte del ejército tiene aún en sus estructuras aquellos franquistas desquiciados que creen que el Gobierno actual está conformado por social-comunistas. A ellos decirles que no se preocupen, cuando realmente los comunistas estemos en el Gobierno, serán los primeros en enterarse.
15. ¿Qué opinión tenéis de las reformas laborales?
Las reformas laborales son la fotografía de un momento concreto del estado de la lucha de clases en nuestro país. Son la viva imagen de qué correlación de fuerzas hay, y de cómo hoy el movimiento obrero ha ido incluso perdiendo concesiones, en parte, debido a la falta de dirección político-ideológica y de orientación clasista, e incluso si nos ponemos, a la falta de perspectiva revolucionaria. Lo que está claro a términos generales -y no nos podríamos parar en esta entrevista a analizar una por una porque se haría interminable- es que las reformas laborales han ido dando cada vez herramientas más sofisticadas a la clase burguesa para apuntalar la explotación a nuestra clase, viniendo estas no solo de una pérdida en la batalla de la correlación de fuerzas, sino también yendo guiadas por el propio desarrollo del capitalismo en su búsqueda del máximo beneficio.
Por ejemplificar, cuestiones como la flexibilización del empleo o la temporalidad, que son características hoy comunes en el empleo juvenil, vienen dadas desde aquella reforma del 14 de diciembre de 1988 donde el PSOE ya hacía real el contrato temporal. De aquellos barros estos lodos, y hoy tenemos un empleo juvenil altamente precarizado y parcializado, normalizando esto que ahora llamamos la ‘uberización’ del empleo, que no viene a ser otra cosa que aquella antigua forma del empleo a disposición.
16. ¿Algunas de estas reformas no son necesarias para paliar los males de la clase obrera en España?
Como comentábamos anteriormente las reformas laborales tienen que ver con la fuerza que tenga en un momento dado el movimiento obrero y sindical para contener ciertos métodos de explotación, introduciendo ciertas concesiones que mejoren -siempre de forma parcial y temporal- la vida general de la clase. Nosotros no somos de aquellos comunistas que piensan -por parafrasear a Rajoy- ‘que cuanto peor mejor’, pero tenemos que entender que estas mejoras siempre dependerán de un momento concreto en la correlación de fuerzas de la propia lucha de clases. Entendiendo que el socialismo no se construye ganando estas mejoras poco a poco, sino siendo capaces de situar en cada conflicto la organización revolucionaria y al socialismo-comunismo como única vía para salir del hondo pozo en el que estamos, mediante la intervención del Partido y la Juventud Comunista. El problema con esto es claro y es que el problema de la clase obrera en España no es negociar en qué términos se efectúan estas reformas laborales, sino que hay un problema más profundo, y tiene que ver con el propio sistema que las acoge.
17. ¿El día 8 de Marzo esta siendo más significativo en España?
El 8 de marzo ha perdido cierta significación histórica dada la apropiación de las corrientes burguesas de este día. Inevitablemente, al eliminar de la ecuación la cuestión de clase, la cuestión de la mujer toma otra significación, adquiriendo mayor peso las reivindicaciones que son transversales a la clase social.
Así, después de estos años, tiene sentido que haya adquirido una importancia mayor en el calendario de la movilización popular, siendo publicitado por los medios burgueses. Nosotros simplemente advertimos que bajo estas banderas hay que tener cuidado, sobre todo cuando son ajenas a nuestra clase, y tampoco olvidemos que una de las grandes impulsoras de este día fue Clara Zetkin, militante comunista alemana.
18. ¿Algunas posiciones internacionalistas con respecto a Venezuela, el Sáhara, Siria, Cuba, Palestina, el KKE de Grecia...?
Los casos que se mencionan son muy variados y se enmarcan en contextos muy diferentes, por lo que requerirían de profundos análisis concretos en cada caso. Sin embargo, el denominador común de todos ellos está estrechamente relacionado con lo que mencionábamos en la pregunta sobre la OTAN.
Nuestra posición es de rechazo a la injerencia extranjera en los asuntos internos de cualquier país, el apoyo a la clase obrera del país en cuestión, en el marco de la necesidad del derrocamiento del poder burgués y la construcción del socialismo-comunismo, y la confianza y relación camaraderil con los Partidos Comunistas y Obreros de los distintos países. En este sentido, apoyamos al pueblo cubano y al PCC en la construcción socialista, del mismo modo que denunciamos el bloqueo estadounidense y la política anticubana emanada de la Unión Europea.
Así mismo apoyamos al pueblo saharaui y al palestino por su independencia denunciando la masacre marroquí e israelí respectivamente, de igual manera condenamos la complicidad de las autoridades estadounidenses y europeas en ambos conflictos. Siguiendo esta misma línea condenamos la guerra imperialista en siria y la injerencia extranjera en Venezuela, partiendo de la base de que en ambos países no existe socialismo alguno pero que es su pueblo y su clase obrera la que ha de decidir cuál será futuro. De igual forma expresamos nuestro fraternal apoyo al PC Sirio y al PC de Venezuela (y a sus respectivas Juventudes) en esta complicada lucha.
Por último, apoyamos la lucha de la clase obrera griega, al Partido Comunista de Grecia y Juventud Comunista de Grecia, con los cuales mantenemos unas fuertes relaciones bilaterales basadas en grandes coincidencias político-ideológicas y estrechos vínculos de camaradería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario