martes, 6 de diciembre de 2016

Entrevista a la UMOYA - Federación de Comités de Solidaridad con África Negra

1. ¿De dónde nace el comité de apoyo a África negra?

El año pasado se cumplieron 25 años de su fundación. Al principio comenzó llamándose Comité de Solidaridad con Zaire y África Central, después de un viaje que hicieron cuatro de sus fundadoras a Zaire, donde vivieron unas enriquecedoras semanas con los pigmeos. Después pasó a llamarse Federación Comités de Solidaridad con África Negra. Su nacimiento se cuenta en el nª 1 de su revista Umoya, que cumple sus 25 años en 2016, con estas palabras:


«
Tras un un viaje al Zaire (…) casi de inmediato surge la pregunta: “¿Qué podemos hacer?”. Con esta inquietud, quince personas de Cáceres, Madrid y Vitoria nos reunimos para reflexionar, sin prisas, sobre todos estos problemas y para organizarnos como grupo, a fin de que nuestro trabajo y nuestra solidaridad sean eficaces.

Y así, hablamos de la falta de información que hay sobre los pueblos de África, nunca se habla de ellos más que cuando hay hambrunas o graves accidentes. Lo que sucede a estos pueblos no interesa a las grandes agencias de comunicación. Nos planteamos buscar medios alternativos de información para romper el silencio informativo. Decidimos divulgar información, para que, el conocimiento de los problemas africanos haga tomar conciencia y provoque una reacción solidaria de mucha gente de buena voluntad. Una solidaridad que deseamos sea de dar y recibir, que nos permita entender y respetar su cultura, sus valores. Una solidaridad que haga tomar conciencia de las estructuras injustas del mundo en que vivimos, y nos lleve a cuestionarnos nuestra forma de vida rica y consumista, posible, tantas veces, gracias a la explotación del los países del Tercer mundo, entre ellos los de África.
Una solidaridad, en fin, que no queremos que consista en financiar y fiscalizar proyectos de desarrollo para ellos, sino en apoyar las peticiones concretas hechas desde allí, desde los grupos africanos.»

2. ¿Cuál es vuestra visión actual de África?
Lamentablemente, las palabras que escribían las compañeras y compañeros hace 25 años siguen vigentes hoy en día. Sólo se habla de África cuando se puede encajar en clichés negativos que tenemos del continente y sus pueblos: hambrunas, guerras y desastres. Pero no ofrecen contexto para estos problemas que existen realmente, pero sus causas están más relacionadas con el sistema global y con nuestro modo de vida, de lo que la gente de aquí quiere escuchar. El discurso mediático y oenegeizado del continente ha logrado desconectar los problemas de los africanos de sus raíces y causas y también de nuestro modo de vida. Nosotros, desde hace 25 años, luchamos para sensibilizar a quien quiera escuchar en Europa, recordar que el único modo de “ayudar” a los africanos es luchar a su lado, la solidaridad, no la caridad. Y la única lucha que acabará con las situaciones de injusticia es el compromiso contra el sistema en el que vivimos todos, ellos y nosotros. En Europa, muchos tenemos todavía una mentalidad inconscientemente colonial y paternalista de África. Hemos acabado considerando a los africanos incapaces, salvajes e inferiores, a fuerza de escuchar hablar sobre África siempre de modo descontextualizado, simplificado, negativo, siempre desde nuestra mirada sin contar con la suya, pero eso es irreal.
3. En África han existido colonialismos ¿Cuáles han sido lo crímenes más atroces del colonialismo occidental?
La colonización de África fue un crimen atroz en sí, su misma concepción y todas sus partes han sido y son atroces. En la conferencia de Berlín en 1885, los países europeos se repartieron un continente siete veces mayor que Europa como quien reparte un botín robado. Sometieron por la fuerza a los pueblos africanos, que no se dejaron conquistar fácilmente.
Las guerras de resistencia al dominio de los europeos fue tan grande que por ejemplo Francia se vio obligada a realizar el mayor despliegue militar de su historia para dominar a los indomables africanos, -aunque después nos han enseñado en los libros de historia en las escuelas que los africanos recibieron la “civilización europea” como inocentes niños. No fue así, Europa invadió a sangre y fuego África. Lo que recibieron de Europa una vez que ganaron las guerras de ocupación, asesinando a millones y millones de personas, fue sometimiento, saqueo, humillación y deshumanización durante una generación tras otra hasta las “independencias” de hace poco más de 50 años. Eso no se cura ni se supera sin más. Las secuelas de todo tipo, psicológicas, sociales, económicas, políticas, etc son enormes. 
 
Cuando los gobiernos occidentales cedieron a la lógica lucha -que jamás había parado- de los pueblos africanos por su libertad y el reconocimiento de su dignidad, pensaban que todo lo que hubiera en el continente era suyo, como el dueño de un botín robado que no quiere devolverlo a su legítimo dueño primero. Por ejemplo, cuando los franceses afincados en Guinea, el primer país que se independizó, volvieron a Francia, lo que no pudieron llevarse lo destruyeron. El efecto de la colonización dura hoy todavía, con las llamadas independencias. Los pueblos africanos no han recuperado su soberanía ni sus recursos. Los gobiernos occidentales se fueron pero dejaron a nombre de las grandes élites y compañías a las que sirven las tierras y todos los recursos imaginables, en algunos casos ¡incluídas sus divisas! como Francia cuyo banco central se enriquece con la economía nacional de 14 países africanos que utilizan el Franco CFA. Además de una deuda odiosa gigante, entre otras cosas. Los africanos siguen relegados de sus tierras y recursos, no han logrado tener un solo gobierno que trabaje por sus intereses, porque los líderes que se han declarado antiimperialistas y contaron con el apoyo de sus pueblos, fueron inmediatamente asesinados por las potencias occidentales, véase Patrice Lumumba, Thomas Sankara y muchos otros.

4. ¿Existen actualmente dictaduras autoritarias o totalitarias en algún país Africano?
Entre 55 países hay de todo, lo más normal es que los gobiernos sean Demócratas del Establishment, como son muchos gobiernos de otros países en otros continente. El Establishment solo permite permanecer en el gobierno a aquellos que se doblegan a la dictadura de los mercados. La mayoría de los países africanos tienen gobiernos así, con elecciones, pero no soberanía al servicio de su propio pueblo -como puede ser el caso de Grecia-, pero con unas cartas con muchísima más desventaja, (la colonización de que acabamos de hablar y la anterior esclavitud, que costó la vida a 60 millones de personas jóvenes). Pero también hay alguna dictadura autoritaria y regímenes de terror que reciben todo el apoyo y la complacencia de las potencias internacionales y los organismos internacionales. Ruanda y Uganda son para nosotros los más sangrantes, por ejemplo, unos regímenes responsables de la muerte violenta de unos 8 millones de personas, el mayor número de víctimas después de la segunda guerra mundial, pero en occidente no se habla de ello. Estos dos regímenes son de terror para sus propios pueblos y para el país vecino al que tutelan al servicio de las potencias internacionales, la República Democrática del Congo, donde mantienen un estado de guerra latente desde hace 20 años.

5. Además de Nelson Mandela ¿Existieron otros u otras parecidos en otros países de África?
En África hay innumerables héroes y heroínas que han luchado por la liberación y la dignidad de sus pueblos, tal vez más que en el norte, porque sus circunstancias de historia de opresión les han obligado a tomar conciencia y enfrentarse a los opresores. Son muchos, muertos y vivos.
Muchos mandelas han sido anónimos y han muerto torturados, tiroteados, condenados a muerte, ejecutados por el ejército regular o “paramilitares”. La lista sería interminable, hemos hablado de dos Thomas Sankara, al que muchos llaman el Che de África. Patrice Lumumba, el primer ministro congoleño que ganó las primeras elecciones después de la independencia, asesinado por los servicios secretos belgas con la colaboración de la CIA. Steve Biko o Robert Mangaliso, dos de los miles de sudafricanos compañeros de lucha de Mandela, que no tuvieron “la suerte” de pasar 40 años en la cárcel vivos. Su mujer y compañera de lucha, Winnie Mandela, igualmente valiente y valiosa en la resistencia al Apartheid. Ken Saro Wiwa, fue juzgado y ahorcado en Nigeria, en un juicio-circo alentado por la seguridad privada de las petroleras estadounidenses operando en el país, por el delito de exigir reparación para su pueblo, en el delta del Níger, al que se había arrebatado el medio de vida para explotar el petróleo, que envenena sus tierras y aguas todavía hoy. Muchos que viven hoy, Desmond Tutu, de Sudáfrica. Otros muchos que murieron por causas naturales como Mandela, o por enfermedades, que no por asesinatos políticos, como Nkrumah, el primer presidente de Ghana o Sékou Touré, el primer presidente de Guinea Conakry. Amilcar Cabral, líder de la independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde, de quien la wikipedia dice que asesinaron sus compañeros, sin especificase que comprados por el régimen fascista colonial de Portugal.
Thomas Shankara

Ahora hay mandelas en la cárcel, en estos momentos en que lees esto, a una en concreto, Victoire Ingabire, de Ruanda, muchos la llaman la mandela femenina. En el Sáhara Occidental hay muchos mandelas vivos, recien muertos y encarcelados en estos precisos momentos, porque todavía están luchando por la descolonización, en el siglo XXI. La lista es interminable.



6. ¿Existen actualmente gobiernos realmente progresistas en algún país Africano?
Sí hay gobiernos progresistas en África, algunos que están incluso por encima de España en algunos ránings de la ONU en cuanto a gobernabilidad, respeto de derechos, etc. Pero ese progresismo hoy en África se limita a adaptarse, por convicción o por supervivencia como en el resto del mundo, al Establishment global del sistema liberal o capitalista. Hay regímenes que se oponen con autentico rencor a sus ex poderes coloniales, como Zimbabue, y en esa oposición se declaran antiimperialistas, pero en realidad no es un gobierno progresista, sino arrinconado y sofocado por una élite nacional que ha robado lo poco que no roban las compañías extranjeras. Sudáfrica puede hacer oír su voz contra el imperialismo al formar parte de los BRICS, las potencias emergentes económicas, pero sobre el terreno, el ANC -partido de Mandela- está lleno de líderes acomodados y corruptos que no tienen nada de progresistas.
Lo más progresista que hay en África es su sociedad civil, sus asociaciones y agrupaciones, mujeres, jóvenes, madres de emigrantes, agricultores, maestros, sindicalistas, periodistas… Los africanos se apoyan y conciencian en comunidad y se autoorganizan para proveer en/a la comunidad de los servicios que no provee el gobierno. Ahora mismo hay grupos de jóvenes que se juegan la vida en la República Democrática del Congo enfrentándose a un ejército brutal, para desafiar al presidente que quiere aferrarse al poder. Hace un par de años fueron los jóvenes de Burkina Faso y su eslógan “No toques mi constitución”. Los de Sudáfrica contra la subida del coste de la educación o contra el olvido de los sindicalistas asesinados por la policía en las minas de Marikana. Los de Etiopía, a los que el gobierno ha cortado totalmente la conexión con el mundo a través de internet porque no podía hacerlos callar ni a balazos. Las madres de los migrantes senegaleses que han perdido a sus hijos en el mar intentando buscar una vida mejor en la Europa de la tele. Los intelectuales que deciden descolonizar la educación. Los sindicalistas y los políticos que prefieren vivir en la cárcel a someterse a regímenes injustos. Hay grupos políticos y civiles verdaderamente progresistas en África, como en todo el mundo. Los tiempos lo requieren.

7. ¿La mujer africana es atacada tan atrozmente? ¿En que países de África se ataca más a la mujer?
El planteamiento de esta pregunta es fruto de los que hablábamos en la primera parte de la entrevista, la desinformación y descontextualización, se nos ha convencido de que los problemas de África son generalizables y que suceden en una atmósfera de vacío, sin causas. Pero eso no es así.
La mujer africana es aproximadamente la mitad de los más de 1.200 millones de personas que habitan el continente, en 55 países muy diversos y con diferentes situaciones políticas y sociales, que viven en ambientes muy diferentes dentro del mismo país, hay desheredados, pero también hay adinerados, occidentalizados o tradicionalistas, emprendedores que se han labrado una vida a su gusto, funcionarios y otros trabajadores que le dan un buen futuro a sus hijas y educación en igualdad a sus hijos e hijas…
En los países africanos impera el hetero-patriarcado, como en el resto del mundo, por el cual las mujeres sufren inferioridad de condiciones frente a los hombres en la vida en general. Sus cuerpos son explotados y comercializados para satisfacer el ego dominador de los hombres de todo el mundo, porque así se nos ha enseñado.

mujeres congoleñas protestan contra la violencia de genero

Las mujeres sufren más la pobreza que los hombres por ser mujeres, no poseen la tierra que trabajan, llevan la peor carga de responsabilidades en las familias y su voz no es escuchada oficialmente. Esto, sumado a circunstancias de miseria y guerra en algunos casos, como en la República Democrática del Congo, hace que la vida para las mujeres sea especialmente infernal, porque sus cuerpos siempre han sido utilizados como campo de batalla. En los conflictos, las agresiones a mujeres son un arma de guerra más, y causa estragos en las comunidades. Porque violando a las madres de un pueblo se violenta la dignidad del pueblo entero.
Las violaciones perduran en tanto que perdura la guerra que las provoca. Se acabarán cuanto se acabe con la impunidad de los responsables, de las violaciones como arma de guerra y de los que sostienen y hacen la guerra. Lo verdaderamente atroz de las historias mediáticas sobre las violaciones en el Congo, concretamente la parte este del país, que ha llegado a ser denominada “capital mundial de la violación”, es que se nos transmite la impresión de que los hombres de ese país son terribles agresores, “una sociedad sin valores morales” como llega a decir un doctor belga en una película de éxito sobre el tema. Y esto es debido a que se nos presentan las violaciones como un suceso -terrorífico como es- como algo que sucede en el vacío, sin causas, en una tierra lejana de salvajes que no tienen humanidad.
La realidad de las violaciones en el Congo es que los hombres congoleños luchan y mueren luchando al lado de sus mujeres contra esta agresión de guerra que llevan sufriendo 20 años. Que hay que analizar las causas y los causantes de la guerra para juzgar a los culpables de las violaciones y acabar con la guerra, y empezar a reparar tantas heridas, físicas y psicológicas, que han causado estos 20 años de guerra económica silenciada, que usa armas de guerra terroríficas como la violación masiva y generalizada.

 
8. ¿Cuáles son vuestras actividades?
No tenemos grandes actividades proyectadas. Somos 11 comités Umoya en 11 ciudades distintas. Cada comité organiza actividades dependiendo de sus posibilidades, ya que hay de todo entre las personas miembros de Umoya: somos gente mayor y jóven; jubilada y trabajadora, religiosa y atea, con más tiempo y menos para dedicar, con familia y sin ella… hay de todo. Últimamente estamos organizando bastantes presentaciones de un libro que acabamos de sacar, el que ha escrito desde la cárcel la presa política ruandesa Victoire Ingabire, para sensibilizar sobre su situación. En otros estamos organizando o participando en clubes de lectura africana, para dar a conocer la auténtica África y no la que sale en los medios mayoritarios.
Casi siempre tenemos en la agenda charlas, debates, coloquios o colaboraciones sobre África desde un punto de vista alternativo, desde una información “radical” en el sentido estricto de la palabra, de acudir a las raíces de los acontecimientos. Ese es nuestro lema de la campaña de Navidad 2016.
Cada año organizamos una campaña de Navidad para recolectar donaciones porque por principios no nos dedicamos a tener proyectos sobre el terreno en África, lo nuestro es denunciar, sensibilizar, contextualizar, difundir la mirada de los propios africanos, etc, pero una vez al año, entre varios proyectos que se nos presenten, elegimos a cuál apoyar con el dinero recaudado. Casi siempre estos proyectos son de nuestra línea: incidencia política, proyectos o personas contraparte africanas que denuncian injusticias, películas, libros, medios que difundan esta mirada africana alternativa. En 2016, después de muchos años, hemos visto la necesidad de dedicar los fondos recaudados a nuestro propio proyecto de comunicación, ya que tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos, a la tecnología y a los modernos medios de comunicación, creemos que es vital para poder seguir en nuestra lucha, después ya, quien quiera escuchar, que escuche.

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