domingo, 7 de mayo de 2023

Entrevista a Javier Contreras Becerra, autor del libro "Cuando Andalucía despertó"

Javier Contreras-Becerra (1984). Licenciado y Doctor en Historia por la Universidad de Granada. Su tesis doctoral, Movimiento vecinal y movimiento andalucista. Construcción de la ciudadanía y aprendizaje democrático en Andalucía (1963-1987), fue pionera en abordar los inicios y trayectoria del movimiento vecinal andaluz, su relación con el movimiento andalucista, así como los factores socioculturales que influyeron en las movilizaciones pro autonomía. Formó parte del equipo de trabajo del Proyecto I+D+i «Ortodoxias y rebeldías. La pluralidad de intereses en la convergencia peninsular hacia Europa (1961- 1986)», de la Universidad de Sevilla, coordinado por la profesora Ángeles González Fernández y el profesor Alberto Carrillo-Linares. En la actualidad ejerce como profesor de enseñanza secundaria, especialidad Geografía e Historia, en un instituto de la provincia de Córdoba. Es miembro de la Asociación de Historiadores del Presente (AHP) y de la Asociación de Jóvenes Investigadores de Granada (ASI-Granada), integrada en la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios (FJI/Precarios).


1. ¿Cómo llegaste a conocer el andalucismo?

Mis primeros contactos con el andalucismo empezaron siendo adolescente en Jaén y me llegaron por varias vías. La primera, por mi madre, simpatizante andalucista. La segunda, por mi interés por la historia y mis lecturas, en especial por varias obras de historia de Andalucía en cómic. La tercera, por uno de mis mejores profesores de instituto, de Historia, antiguo militante andalucista en los años 70-80. Recuerdo cómo descubrí en una exposición que se organizó en mi primer año de instituto el por qué de la celebración del Día de Andalucía cada 28 de febrero y cómo él me animó a seguir profundizando en el tema. Finalmente, por los documentales que echaba Canal Sur sobre todo en torno al 28 de febrero. Ya en la carrera empecé a interesarme tanto por el andalucismo histórico (coincidió con el estreno en Granada de la película Una pasión singular, sobre la vida de Blas Infante) como por el nuevo andalucismo de los años 70-80.


2. ¿Andalucía no cae en un trampa posmoderna si sus activistas y militantes se centran en la identidad y no en los problemas de las clases populares andaluzas? Sanidad, educación, cultura...

No es incompatible reivindicar la identidad andaluza y, a la vez, defender un proyecto de transformación que beneficie a una mayoría social, especialmente a las clases populares. Carlos Cano, uno de los grandes cantautores andaluces en los años 70 y 80, simpatizante del PSA (Partido Socialista de Andalucía, no confundir con el PSOE-A), lo reivindicó en dos canciones. En La verdiblanca: “ay, que bonita/verla en el aire/quitando penas, quitando hambres/verde, blanca y verde”. La segunda, La murga de los currelantes, cuando dice: “S'acabe el paro y haiga trabajo/escuela gratis, medicina y hospital/pan y alegría nunca nos falten,/que güervan pronto los emigrantes/haiga cultura y prosperiá”. Así lo entendió el PSA en los años 70 y por eso supo conectar con el sentir de una parte de la sociedad andaluza. Así lo concibe el andalucismo de izquierdas en el siglo XXI.

De ahí que hable de problemáticas como la escasez de vivienda barata en alquiler por el auge de los pisos turísticos en Málaga y otras ciudades, de la amenaza que se cierne sobre el Parque Nacional de Doñana por la autorización de los regadíos, denuncie los recortes en sanidad, defienda la necesidad de profundizar respecto a la historia de Andalucía y la figura de Blas Infante en el ámbito educativo, critique la andalufobia cuando se ridiculiza la cultura andaluza en televisión, etc.


4. Eres investigador y historiador ¿Qué te llevo a rascar sobre el andalucismo en tu profesión?

Una vez terminé la licenciatura, empecé el doctorado con una tesis doctoral sobre el proceso de cambio político en la Andalucía de los años 60-80. Llegó un momento en que mis intereses personales, mi insatisfacción por la visión oficial sobre ese periodo y el hecho de que varios testimonios orales me proporcionaron diferentes hilos desde donde tirar me llevaron a estudiar el andalucismo de los 70-80 en sentido amplio. No sólo desde el punto de vista de los partidos políticos que se reivindicaban como tales, sino también como movimiento social, organizado en torno a asociaciones culturales, colectivos como Solidaridad Andaluza, etc.


5. ¿Qué fueron las bibliotecas andalusíes quemadas tras la entrega del reino de Granada?

Te estás refiriendo a uno de los episodios más oscuros de nuestra historia, la de la quema de libros en la Plaza Bib-Rambla de Granada por el cardenal Cisneros. Es un ejemplo de destrucción del patrimonio andalusí y la negación de su cultura tras la revuelta del barrio del Albayzín por los incumplimientos de las capitulaciones o acuerdos de rendición de Granada. Como los Reyes Católicos aceleraron las conversiones al cristianismo de la población andalusí en dicho barrio, no respetando las condiciones de dicho acuerdo, ésta se rebeló, siendo castigada. No obstante, de ello te pueden hablar con más precisión tres personas: Francisco Vigueras, periodista y portavoz de la plataforma Granada abierta, que organiza cada año Arde la memoria, una conmemoración del hecho.


Por otro lado, Sebastián de la Obra, archivero del Parlamento de Andalucía y responsable de la Casa Sefarad de Córdoba, que también promueve actividades de sensibilización respecto a la destrucción histórica de libros. Por último, Antonio Manuel Rodríguez, escritor y profesor de la Universidad de Córdoba, un gran divulgador de la herencia andalusí.


6. ¿De que trata tu libro “Cuando Andalucía despertó”?

¿Alguna vez te has preguntado cómo Andalucía consiguió su autonomía por el artículo 151 de la Constitución, en pie de igualdad con Cataluña, País Vasco y Galicia, cuando no estaba previsto así? ¿De las razones que animaron a un millón y pico de andaluces y andaluzas a salir a la calle un 4 de diciembre de 1977 pidiendo autonomía? ¿O de por qué se dice errónea y maliciosamente que los andaluces y andaluzas no han peleado por sus derechos, a diferencia de otros pueblos del Estado español? En mi libro trato de romper mitos, ofrecer una imagen más precisa y plural del proceso autonómico y visualizar la participación de la sociedad andaluza en general, no sólo de los partidos políticos. A más de una persona que lea el libro le sorprenderá.


7. ¿Cómo te sentiste cuando recibiste el título de “Memorial Blas Infante” por tu libro?

Lo sentí como una recompensa por tantos años de trabajo, parte de ellos como investigador sin remuneración regulada. Es decir, sin contrato o sin ingresos estables, como le ocurre a buena parte de los/as investigadores/as. También, me sentí orgulloso de poder contribuir a mejorar el conocimiento de la historia de Andalucía y un privilegiado por pronunciar el discurso de recogida del premio en el Real Alcázar de Sevilla. Además, la preparación del manuscrito me la tomé como una especie de terapia para superar tanto una ruptura sentimental como el fallecimiento de mi madre. De hecho, el libro está dedicado a la memoria de esta última.


8. ¿Cómo terminó vinculándose el andalucismo en las reivindicaciones antifranquistas en Andalucía?

Yo distinguiría dos planos. Uno sería el del andalucismo político. Desde el mismo momento en que Alianza Socialista de Andalucía, antecedente del PSA, participó en las plataformas de oposición antifranquista en Andalucía, como la Junta Democrática de Andalucía a mediados de los 70. Además, sus dirigentes intentaron hacer del periódico El Correo de Andalucía un medio crítico, a través de su participación en el accionariado. También, promovieron espacios favorables a la oposición democrática a través de las directivas de asociaciones culturales como el Club GORCA de Sevilla o el Círculo Juan XXIII de Córdoba. Por otro lado, algunos de los/as militantes andalucistas aprovecharon su condición de concejales elegidos por el tercio familiar, sindical o de entidades para ejercer una cierta oposición en los últimos ayuntamientos franquistas, como Pilar Palazón (Jaén). Un segundo plano sería el de la sociedad andaluza en general. Una parte de ella empezó a descubrir que Andalucía había tenido una bandera en los años treinta y exigió a las autoridades locales y provinciales que luciera en los balcones de las instituciones. También, participó en actividades culturales donde se rompía con la visión estereotipada y subalterna de Andalucía que había fomentado el franquismo, reivindicando la cultura propia. A ello se unió la idea de que la autonomía estaba vinculada con la mejora de las condiciones de vida y ésta con la democracia, la gestión más cercana e inmediata de los recursos para solucionar los problemas.


9. ¿El andalucismo tenía vinculación con otras identidades populares plurinacionales de España? Comuneros castellanos, galeguistas, defensores de los "Països Catalans" con la defensa de la lengua catalana/valenciana

Sí, el andalucismo de la segunda ola (años 70-80) representado por el PSA se integró en la llamada Federación de Partidos Socialistas (FPS), donde estaban entre otros el Partido Socialista Galego de Xosé Manuel Beiras, la Convergència Socialista de Catalunya de Joan Reventós, el Partido Socialista de Aragón y el Partit Socialista del País Valencià de Alfons Cucó (disuelto en 1978). Además, mantuvo buenas relaciones con dirigentes de Euskadiko Ezkerra, algunos de los cuales habían compartido militancia con futuros dirigentes del PSA en FECUM (Federación de Congregaciones Universitarias Marianas), organización impulsada por los jesuitas que participaba en el movimiento estudiantil de los 60. De hecho, el PSA invitó a diferentes organizaciones nacionalistas del Estado español para que asistieran a su II Congreso de 1979 y al IV de 1981.


10. ¿Qué fue la Alianza Socialista de Andalucía?

Como he comentado antes, ASA fue uno de los antecedentes del PSA. El núcleo fundacional de la principal fuerza del andalucismo político fueron los grupos de Luis Uruñuela y Alejandro Rojas-Marcos que se reunían en Sevilla en 1965, llamados Compromiso Político. El objetivo de éstos era participar dentro del sistema, presentando a candidatos a las elecciones municipales por el tercio familiar o a procuradores. Ocho años después, Compromiso Político cambió su nombre a Alianza Socialista de Andalucía. A partir de ahí, se extendió todavía más por todo el territorio andaluz y por las comunidades de inmigrantes andaluces en el resto del Estado, empezó a descubrir la figura de Blas Infante, adoptó un programa más comprometido con los problemas específicos de Andalucía y una visión de ésta como un territorio explotado por unas minorías favorecidas por la dictadura. Posteriormente, en 1976, ASA y un partido impulsado por la Unión Sindical Obrera y cristianos de base llamado Reconstrucción Socialista de Andalucía, confluyeron en un Congreso Constituyente para dar lugar al PSA, convirtiéndose indirectamente en un rival del PSOE por el espacio político socialista.

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