sábado, 18 de julio de 2020

Entrevista a Angel Viñas

Ángel Viñas, hispanista catedrático emérito de la Complutense, estudio en Alemania y Escocia a base de becas extranjeras y de esfuerzos propios en la Universidad de Hamburgo, en la de Glasgow y en la Libre de Berlín. Obtuvo el extraordinario en la licenciatura y en el doctorado en Ciencias Económicas en la Universidad de Madrid y accésit al Premio Nacional Fin de Carrera. Catedrático numerario de Economía en Valencia, Alcalá, UNED y Complutense. Cinco años de docencia en la Facultad de Historia de esta última.


1. ¿Por que te intereso tanto la guerra civil española?

Empecé con un encargo del profesor Enrique Fuentes Quintana en 1971 para estudiar la financiación nazi de la guerra civil. Me metí en los archivos alemanes y el tema me apasionó. A la vuelta a España desde Bonn me encargó que estudiara el tema de “el oro de Moscú”. Idem. Finalmente, en 1976 el Banco Exterior de España me pidió que dirigiese una investigación sobre la política comercial exterior española de 1931 a 1975. En todos estos trabajos investigué en archivos españoles y extranjeros. Me llamó la atención la ignorancia que existía sobre la guerra cuando se la veía desde el punto de vista de los archivos.


2. ¿De que trata tu libro “¿Quien quiso la guerra civil española?”

De la cuestión fundamental. No se produjo por azar. Alguien la quiso. Alguien trabajó por ella. Mi respuesta es que fueron los monárquicos en connivencia con la Italia fascista. Nadie lo había demostrado antes.


3. Acláranos una duda Ángel ¿El Frente Popular gano o no las elecciones generales de Febrero 1936? Intelectuales del franquismo y periodistas de la derecha española afirman un fraude electoral o incluso pucherazo por las izquierdas.

Las ganó por poco. Las irregularidades no afectaron a los resultados, pero dieron a las derechas el alibí que necesitaban. En octubre de 1935 Antonio Goicoechea se entrevistó con Mussolini (tercera o cuarta vez que lo hacía), le pidió de nuevo dinero. Iba en representación de los monárquicos y de un sector del Ejército. Le dijo que si las izquierdas ganaban unas futuras elecciones, se sublevarían. Las izquierdas ganaron. Lo que quedaba era preparar la sublevación.


4. ¿Qué eran los partidos Renovación y Acción Española?

Renovación Española fue la cobertura política de los monárquicos españoles. Acción Española su revista doctrinal. Se puede consultar en línea. Fue una copia, adaptada al caso español, de la revista de extrema derecha Action Française.


5. ¿Qué representaba la CEDA en la España de los años 30 frente a la constitución de 1931?

Fue un conglomerado de partidos que se oponían a puntos fundamentales de la política emprendida por los gobiernos republicano-socialistas del bienio 1931-1933. De orientación conservadora, católica, corporativista. José Maria Gil Robles y su periódico El Debate lo convirtieron en un poderoso instrumento de movilización de grandes sectores de la sociedad española. Aspiraba a llegar al poder para, al cabo de cinco años, poder impulsar un cambio constitucional. No eran, en principio, golpistas, pero cuando, en la primavera de 1936, se enteraron de los preparativos del golpe terminaron aceptándolo.


6. ¿Cuáles han sido tus fuentes para sacar este nuevo libro?

Fuentes accesibles a todo el mundo que se interese por el tema. Esencialmente los papeles de algunos conspiradores monárquicos en el archivo general de la Universidad de Navarra, los del archivo de Sainz Rodríguez en la Fundación Universitaria Española, algunos fondos del Archivo Histórico del Ejército del Aire y, naturalmente, los archivos italianos.


7. ¿Qué relación tenían los monárquicos de España con la Italia fascista de Mussolini?

Es un tema muy conocido en términos generales, pero que se había quedado en la superficie. Lo habían estudiado historiadores españoles como Ismael Saz, Javier Tusell, José-Ángel Sánchez Asiain, Eduardo González-Calleja y extranjeros como John C. Coverdale y Renzo de Felice.



El primero que empezó a mirar por debajo de la superficie fue Morten Heiberg. Yo me he situado en su estela y he ido más lejos. Digamos que tuvieron una relación abierta y otra encubierta. Yo he examinado la segunda.


8. ¿Hubo una conspiración desde las izquierdas para convertir España en un nuevo soviet como repiten los franquistas y fascistas?

Eso es una estupidez como la copa de un pino. Lo diga quien lo diga, repitiendo los camelos de los años republicanos.


9. ¿Cómo influía la política exterior soviética a la España republicana durante la guerra civil?

Tema estrella. Le dediqué, en su contexto, una trilogía mas un anexo con Fernando Hernández Sánchez. Consultando archivos españoles y extranjeros (también rusos). Digamos que la República pudo sostener su combate contra Franco, Hitler y Mussolini (más la retracción de Inglaterra y Estados Unidos) con el apoyo soviético, el francés esporádico y el diplomático mexicano. La influencia soviética en la política republicana se ha exagerado enormemente. En lo que se refiere a la estrategia de resistencia, Negrín la mantuvo de forma autónoma.


10. ¿Durante los tres años de guerra el gobierno del Frente Popular pidió ayuda continuada a Gran Bretaña y Francia?

Y, salvo esporádicamente en el caso francés, no la recibió. Los malos de la película fueron, indudablemente, los británicos. Moradiellos, entre muchos otros, estudió el caso. Yo he ido un poco más lejos.


11. ¿El Imperio Británico y Estados Unidos blanquearon al bando rebelde durante todo el tiempo que duro la guerra civil?

Yo no diría “blanquearon”. Estados Unidos se inhibió (salvo por la ayuda material -gasolina, camiones, neumáticos suministrados por empresas norteamericanas- a Franco). El Reino Unido aplicó al caso español la derivada de la política de apaciguamiento que siguió respecto a las potencias fascistas.


12. Unas cuantas cosas acerca del bando republicano ¿Que era el “rescate del patrimonio cultural” que se llevaba a cabo en la guerra civil española dentro de la zona republicana?

Se trató de salvarlo, en lo posible, de las consecuencias de la guerra, en especial de los bombardeos. Se trasladaron obras de gran valor a lugares seguros. Una parte, al ir perdiendo la guerra, se evacuó a Suiza. No es un tema que yo haya abordado. Hay una extensa literatura al respecto.


13. A nivel global ¿Se montaron comités de solidaridad con el pueblo español durante los tres años que duro la guerra?

Sí, y muchos, generalmente promovidos desde las variopintas izquierdas y en numerosísimos países.


14. ¿Qué era el “Oro de Moscú” que dio la República Española a la URSS? Tienes un libro sobre este tema titulado: El escudo de la República: El oro de España, la apuesta soviética y los hechos de mayo de 1937.

Se refiere a las reservas metálicas del Banco de España (oro y plata). Se vendieron. El oro al Banco de Francia (aproximadamente una cuarta parte del oro), al de la URSS (el resto). La plata en gran parte al Tesoro norteamericano y a empresas francesas. Los franquistas se centraron en las ventas a Moscú. Olvidaron el resto. Se obtuvieron divisas a cambio.


Una parte se destinó a pagar el armamento y la ayuda militar. El resto (la mayor parte) se transfirió a Paris para hacer frente a los pagos por importaciones de toda índole (civiles y militares). Franco se endeudó hasta las cachas con las potencias fascistas. El libro que mencionas es el segundo de la trilogía y establece la estrategia republicana basada en la movilización del oro para armar al Ejército Popular. Sin oro, no hubiera habido guerra.


15. ¿El gobierno de la Segunda República Española y el Ejercito Popular estaba controlados por la URSS y la NKVD?

Pues esa es otra de las estupideces promovidas por el franquismo y sus lacayos mediáticos. También por un sector de las izquierdas (anarquistas, poumistas, socialistas, azañistas) enemigas de Negrín, de la mayoría del PSOE y de los comunistas. Sobre la NKVD sugiero la lectura del libro de Boris Volodarsky.


16. ¿Qué eran las chekas y que función tenían en el bando republicano? Los franquistas afirman que se llevaron a cabo actos como de torturas, descuartizamientos...

En términos genéricos se trataba de lugares de detención y prisión ilegales. No solo fueron comunistas. También las tuvieron otros partidos. Poco a poco la represión salvaje de la segunda mitad de 1936 en zona republicana fue controlándose. En ese período es en el que se registró el más elevado porcentaje de víctimas. La tortura fue una práctica común en ambos lados. De los descuartizamientos no puedo decir nada. Mauricio Carlavilla, El Caballero Audaz, Agustín de Foxá, Wenceslao Fernández Flores, Eduardo Comín Colomer y los panfletarios al servicio de Franco crearon una literatura cuyas sombras todavía planean sobre un sector de la sociedad española.


17. ¿Por qué hubo división en el ejercito español en el momento de la sublevación?

La división entre los oficiales y jefes del Ejército respondió a muchos factores. En numerosos lugares hubo que decidir sobre la marcha entre apoyar la sublevación u oponerse a ella. Equivocarse podía significar la vida o la muerte a manos de los “compañeros”. Esto no significa que el Ejército no estuviese dividido previamente. Era lo lógico cuando se preparaba un golpe de Estado.


18. ¿A los revolucionarios que lucharon desde la independencia de España en 1808 hacia todo lo que fue el convulso siglo XIX eran defendidos desde el bando republicano?

Pregunta demasiado amplia para responderla en cuatro líneas. En general, sí. Los dos contendientes se refugiaron en interpretaciones opuestas del siglo XIX. Lo normal. Lo mismo pasó en Francia y afloró en el período de Vichy.


19. ¿De que trata tu libro “El honor de la República”?

Es el tercer tomo de la trilogía. Trata de la evolución de la guerra en el contexto internacional durante los Gobiernos de Negrín. Para mí es el más importante (y está completamente agotado) porque desmonta muchas de las calumnias más significativas que se han dirigido en contra de él relacionadas con su supuesta subordinación a Stalin.


También porque utilicé papeles de época para demostrar a prueba de bombas uno de los episodios que cabe aducir para ilustrar el deseo de Franco de seguir y proseguir una guerra larga, aun cuando eso supusiera ocasionar víctimas entre sus propios soldados y partidarios. Algo que, naturalmente, los historiadores pro-franquistas han tergiversado en todo lo posible

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