miércoles, 8 de agosto de 2018

Entrevista a Colectivo de Teología de la Liberación Pichi Meisegeier



1. ¿Qué es el Colectivo Teología de la Liberación Pichi Meisegeier y por qué surge?

El Colectivo de Teología de la Liberación “Pichi Meisegeier” es un conjunto de compañeras y compañeros provenientes de la militancia popular en distintos ámbitos: ddhh, educación, vivienda, feminismo, comunicación, economía, etc, que compartimos  la construcción de una sociedad más justa, fraterna, sororal e igualitaria desde y con los más pobres. Nos une el Proyecto Revolucionario de Jesús de Nazareth como modelo y propuesta de esa construcción. Muchos provenimos del llamado cristianismo de base y creemos que la “ekklesía” (iglesia-asamblea) son todos aquellos espacios colectivos en donde se lucha por un mundo mejor, crean o no en un dios.
Organizamos seminarios, charlas y otros espacios de reflexión y debate sobre la realidad política, social, económica y religiosa en universidades públicas, espacios culturales y políticos. Los referentes fundamentales de este Colectivo son Rubén Dri, Graciela Daleo, Antonio Puigjané entre otros.




Surge en el año 2006, cuando un grupo de compañeros organizamos un seminario sobre el tema en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo, con mucha participación. A partir de ahí y específicamente en el año 2008 nos conformamos como colectivo basados en la militancia popular, el respeto por la militancia del otro/a, la construcción sororal y fraterna y el acompañamiento al pueblo más pobre en sus búsquedas y luchas. A partir de ese año realizamos seminarios en La Facultad de Trabajo Social y en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad del Centro (UNICEN), en Institutos Terciarios de distintos lugares del país y otros ámbitos de reflexión.


2. ¿Quién era Pichi Meisegeier?

José “Pichi” Meisegeier fue un sacerdote jesuita, integrante en las décadas de los 60 y 70 del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Luego del asesinato del Padre Carlos Mugica, el 11 de Mayo de 1974 a manos de la Triple A, Pichi se hace cargo de la capilla que Mugica atendía en la Villa 31 del Barrio de Retiro.
Fue un intelectual orgánico al pueblo que dedicó su vida a acompañar a los más pobres impulsando su organización para lograr la radicación y urbanización de las villas porteñas. Se enfrentó a los gobiernos neoliberales que asolaron nuestra Patria y se dedicó a profundizar los temas de hábitat, vivienda y urbanización.

Desde el año 2008 hasta diciembre del 2011, mes en el que falleció, fue parte de nuestro colectivo, destacándose por su lucidez intelectual, su sencillez para transmitir, su compromiso de vida  y su definición política por el Proyecto Nacional y Popular encabezados por Néstor y Cristina Kirchner.
Hablaba constantemente de que era necesario tener “indignación ética” para poder transformar la historia y decía: “No tenemos que bajar hacia los pobres, tenemos que saber subir con el pueblo”.


3. ¿Qué es el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo?

El MSTM tiene sus antecedentes en las transformaciones que se dieron a luz con el Concilio Vaticano II y en el llamado “Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo”, quienes en agosto de 1967 liderados por el obispo de Recife, Helder Cámara, afirmaron entre otras cosas, que “el socialismo es el sistema político más cercano al Evangelio”. A raíz de este manifiesto, al que adhirieron en Argentina cerca de 300 sacerdotes, surgió la necesidad de conformarse colectivamente y así surgió, en 1968, el MSTM, quien se erigió como referencia no sólo de un cristianismo comprometido con los sectores populares, sino que también fue importante para todo el movimiento político-revolucionario que iba creciendo en el país.
Realizaron diversos encuentros nacionales en donde analizaron la realidad del país en sus distintos aspectos y así surgieron documentos que aún hoy son referencia para el campo popular. Enfrentaron a la dictadura de Onganía, de Lanusse y fueron fieles al pueblo y al Evangelio de Jesús.


Se destacaron Carlos Mugica, Richiardelli, Ramondetti, Rubén Dri, Alberto Carbone, entre otros.


4. ¿Quién es el padre Mugica y que simboliza para Argentina y los seguidores de la TL (teología de la liberación)?

Carlos Mugica fue una de las caras más visibles del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Siendo parte de una familia acomodada porteña, se “convirtió” a los pobres luego de la muerte de Evita, cuando contrastó la alegría de su clase con la enorme tristeza de las y los más pobres.
De carácter vehemente y pasional, vivió a fondo su sacerdocio y su compromiso con los villeros hasta entregar su vida. Desarrolló su labor pastoral en el Barrio Comunicaciones de la Villa de Retiro, donde acompañó la organización popular y luchó por la radicación y urbanización de las villas.



Ferviente peronista, trabajó para que se diera la vuelta del líder a su Patria. Decía claramente que el peronismo era la actualización del cristianismo en Argentina. Aceptó, luego de una asamblea en la villa, ser asesor en el Ministerio de Bienestar Social de la Nación. Pero al darse cuenta que quien conducía ese ministerio, José López Rega, utilizaba ese espacio de poder no precisamente para el beneficio de los pobres y la justicia social, decidió, luego de consultarlo nuevamente con los villeros, renunciar a ese cargo. Eso firmó su sentencia de muerte.
La Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), conducida por López Rega, lo asesinó el 11 de mayo de 1974.

Jose López Rega 

Su sepelio fue multitudinario y aún hoy, sigue siendo referencia de todos aquellos que trabajan, desde y con los pobres, para construir una sociedad más equitativa e igualitaria.
Algunas frases de Mugica que definen su pensamiento:
“La única forma que conozco hasta hoy para que los pobres sean cada vez menos pobres es que los ricos sean cada vez menos ricos”
Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición”
“El que no es un idealista es un cadáver viviente”.


5. ¿Qué opináis sobre el feminismo y su papel en la sociedad actual? ¿Existe una teología feminista?

Respondo con un texto de Marianela García, integrante de nuestro Colectivo:
Teología feminista para la liberación.

En días en donde la “Libertad Religiosa” esconde un profundo interés por reforzar el poder de dominio mediante el cual se somete a los pueblos, los cuerpos y las conciencias, hablar de teología feminista nos permite tender puentes emancipatorios entre luchas que han sido concebidas como distintas e incluso opuestas. El fundamento ético de la teología feminista no es más que la propia convicción que sostienen los movimientos populares y revolucionarios en su lucha concreta y cotidiana por alcanzar un estado de justicia social, en donde las relaciones vinculares con la otredad sean de reconocimiento y amor para la liberación.
El frente de la teología feminista ha sido siempre complejo. Por un lado el ejército de dominio de la Iglesia Católica y las jerarquías institucionales de los credos han deslegitimado, perseguido, aislado e incluso asesinado a los militantes religiosos de las luchas populares en América Latina. Hombres y mujeres que han batallado desde los barrios más humildes  el silencio, la complicidad y el ejercicio sistemático de una Teología de la Muerte, como Rubén Dri llama al accionar fundamental de la jerarquía de la Iglesia durante la última dictadura cívico-militar argentina. Esa teología de la muerte está presente desde los tiempos más remotos de la historia de la humanidad, siendo aquella que alentó al Imperio Romano a concretar el asesinato de Jesús y la persecución de sus militantes. Esta teología es la misma que niega derechos legítimos de las mujeres y las disidencias sexuales, como la Ley de Educación Sexual Integral, el matrimonio igualitario y el aborto. Es el enemigo máximo con rostro de hombre blanco y occidental.


Sin embargo, la teología feminista también ha tenido que dar lucha dentro de los espacios de liberación siendo muchas veces considerada como una cuestión secundaria e importada de otras corrientes de pensamiento. Así las religiosas que luchaban por la liberación de las mujeres no encontraron respuesta en los grandes movimientos religiosos y revolucionarios. El Concilio Vaticano II fue interpretado por hombres que no encontraban legítimas las demandas de sus compañeras mujeres en la lucha por una iglesia más humana y por una sociedad más justa. Así las mujeres quedaron relegadas bajo el nombre de grandes religiosos libertarios sin que eso fuese considerado un poder de dominio. Parafraseando a la teóloga feminista Ivone Gebara, Dios podía ser considerado negro, indio, latino, pero jamás podía ser mujer. Las religiosas fueron sometidas entonces a una cristología masculina de sacrificio, culpa y omisión, cuya salvación dependía de la figura de un hombre colgado de una cruz. Las mujeres fueron borradas de los relatos bíblicos y la figura de María virgen fue alzada como símbolo de pureza femenina. Así todas las mujeres quedaron condenadas a encarnar el mal y el pecado en su ser como condición inherente.
Pese a estas batallas brindadas en el seno de las iglesias, las religiosas tampoco fueron aceptadas en el discurso feminista oficial que se anunciaba proféticamente contra la Iglesia pero perseguía a los(as religiosos. Así las mujeres de las comunidades cristianas, pero principalmente las compañeras pobres de nuestra América Latina tuvieron que sacarse los zapatos del credo para entrar a los espacios de los movimientos feministas. Mujeres guerreras de los barrios, que desde la periferia luchaban contra el capitalismo, el neoliberalismo, la discriminación y el patriarcado eran habladas en nombre de un ateísmo que no les correspondía y que no explicaba sus prácticas más profundas de liberación cotidiana. Sus santos fueron juzgados como paganos por las jerarquías del clero pero también por las feministas de renombre de nuestros tiempos. Así el aborto se tornó un tema candente en los barrios humildes en donde la práctica se ejercía pero no había teología, mística, ni fe que diera sentido al rechazo de la culpa y el hostigamiento moral.


La teología feminista es un principio de liberación para romper con los chalecos de fuerza que cosen las agujas de dominio y ajustan las doctrinas dogmáticas. No existe una única estrategia de lucha en pos de las liberaciones, y ante el proyecto separatista que el neoliberalismo impulsa en una subjetividad hiperindividualizada y narcisista, los movimientos libertarios deben permanecer unidos, cobrando fuerza en cada batalla.
La teología feminista es una y son muchas a la vez. Existen las negras, las latinas, las norteamericanas, las ecologistas, las disidentes. Son decenas de corrientes continentales que se aúnan en un mismo proyecto de vida basado en principios de igualdad y justicia con plena integridad humana, autonomía y autodeterminación, para dar lucha a las teologías androcéntricas y patriarcales que someten la fe de nuestro pueblo.
La propuesta implica en parte la reconstrucción de símbolos religiosos, la recuperación de las fuerzas emancipatorias de la tradición cristiana y la creación de una teología con cuerpo que siente y vive la opresión y que desde allí, desde ese lugar primario, formula una reflexión teológica. Una teología sin cuerpo es una teología sin sexualidad y sin placer.
Pero además, la teología feminista, implica la búsqueda de una ética que teja una trama vincular de amor en la diversidad en donde los dolores sean desocultados y que los otros/as tenga permitido ser otro fuera de un concepto preestablecido. 


6. Existe una gran represión contras las mujeres ¿Qué exigencias creéis que se deberían dar en las sociedad patriarcales y sistemas donde abunda el machismo?

En Argentina el movimiento de mujeres ha tenido un crecimiento exponencial en las últimas décadas, mostrando un nuevo modelo de construcción transversal, igualitario, inclusivo, sororal y fraterno. Este movimiento ha sido y es la punta de lanza contra los feminicidios a través de las marchas de NI UNA MENOS, en donde millones de personas se convocan pidiendo el fin de estas atrocidades.
Esto va acompañado con un crecimiento en la conciencia feminista de la sociedad, de la autonomía de las mujeres y la igualdad esencial con los varones; la capacidad de decisión sobre sus deseos y su propio cuerpo.


El último hito del movimiento de mujeres junto al movimiento LGTTTBI es la media sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, fruto de la lucha en las calles y en las instituciones democráticas.
Creemos que este es el camino para ir socavando las sociedades patriarcales. En esto la teología feminista de la liberación, que también debe liberarse, tiene mucho para aportar y para ayudar a deconstruir el armado opresor de las sociedades occidentales y cristianas.


7. ¿Quién es Rubén Dri y por qué participa en charlas o conferencias vuestras?

Rubén Dri es ante todo un militante social, político y religioso que con sus casi 89 años sigue construyendo y participando en espacios colectivos, pensando el país con y desde las y los más pobres de nuestra Patria.
Para nuestro Colectivo, del que es parte, Rubén es el teólogo de la liberación más destacado de nuestro país. Filósofo y teólogo, creó la cátedra de Sociología de la Religión en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde todos los años más de 100 estudiantes cursan esa cátedra.

Es Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Se ha dedicado, a nivel filosófico, a estudiar el pensamiento de Hegel constituyéndose en el mayor exponente en lo referente al pensamiento del filósofo alemán. Estudió La “Fenomenología del Espíritu” de dicho autor, desglosándolo en 7 libros que son lectura obligatoria en las distintas facultades de filosofía del país.
Fue sacerdote y miembro del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), desarrollando su tarea pastoral en la ciudad de Resistencia en la provincia del Chaco. Allí trabajó en los sectores populares y con jóvenes universitarios, transformándose en referente de numerosos militantes sociales y políticos. Fue parte del llamado Peronismo de Base (PB), lo que lo llevó al exilio a fines del 75, principios del 76 perseguido por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y por los militares que comenzaban su actividad represora que se profundizó luego del 24 de marzo de 1976.


Se radicó en México donde comenzó a releer el Evangelio a partir de la experiencia del exilio, donde descubrió la semiclandestinidad del movimiento de Jesús, su organización interna, el papel protagónico de las mujeres en el mismo y el enfrentamiento con los poderes religioso-político y económico de su tiempo que lo llevaron a la muerte. Esto se plasmó en el libro “la Utopía de Jesús” y luego se profundizó en “El Movimiento Antiimperial de Jesús”, donde hizo una profunda exégesis del Evangelio de Marcos.
Escribió numerosos libros a nivel teológico. Entre ellos: “Autoritarismo y Democracia en la Biblia y en la Iglesia”, “Teología y Dominación”, Jesús y María. Una relación conflictiva”, “La Hegemonía de los Cruzados”(sobre la relación de la jerarquía católica con la dictadura militar genocida), “Las dos iglesias. La profética y la sacerdotal” y muchos más.


Al regreso del exilio, formó parte de distintos grupos políticos y religiosos: “Encuentro Cristiano”, “Movimiento Todos por la Patria”(MTP), “Coordinadora de Organizaciones Populares Argentinas” (COPA) y hoy es parte de la Asamblea de Juan B. Justo y Corrientes, una de las dos asambleas que continúan militando de las que se formaron luego del estallido del 2001 en Argentina.
Rubén Dri es parte de nuestro Colectivo porque es un intelectual orgánico a su pueblo, porque su pensamiento filosófico y teológico es fruto de su práctica y militancia concretas y no de un escritorio aséptico y alejado de la realidad. Es un compañero más, que construye donde está espacios de ternura, de compromiso y de reflexión desde y con el pueblo.


8. ¿Tenéis alguna lucha en común con los pueblos indígenas de Latino América?

Nosotros/as acompañamos los reclamos de los pueblos originarios por sus tierras y por el respeto a sus culturas y creencias. Pero no estamos hoy, concretamente, acompañando alguna lucha en particular.  


9. ¿La teología de la liberación da a conocer su posición frente a la lucha y orgullo de los pueblos indígenas del continente Latino Americano?

La TL que nació a fines de los 60 hizo un proceso en ese tema, y pasó de no tenerlo en cuenta a ser parte de sus luchas. Hay un referente fundamental en este tema que es Dom Pedro Casaldáliga, obispo emérito de Sao Félix de Araguaria, en el Amazonas profundo. Catalán, vino como misionero a estas tierras y se hizo uno con los habitantes de esas tierras, basado en el profundo respeto a su cultura y a su fe. Por esto, se enfrentó con el Vaticano.
En este tema, como en el de la religiosidad popular, los teólogos/as de la liberación pasaron de una mirada de desprecio, por considerar estas creencias como fetiches alienantes a descubrir que el/la sujeto/a individual o colectivo construye su identidad a través de estos símbolos. 

 Don Pedro Casaldáliga

Esto es fruto de la ilustración, de una racionalidad que se cree por encima de las construcciones populares. Por eso las izquierdas dogmáticas no pueden hacer pie en los barrios populares, porque desprecian sus culturas y creencias.
La clave en esto, es hacer de estos símbolos, instrumentos de resistencia y liberación y no de alienación. Los símbolos son polisémicos y en la lucha hermeneútica, la lucha por el sentido, está la clave de este tema.
Lo mismo pasa con los pueblos originarios. Sus culturas y creencias son parte de su identidad colectiva. Nos son inferiores a nuestras culturas. Simplemente son distintas.


10. ¿Qué opináis sobre la Revolución Bolivariana y el actual gobierno de Maduro?

La Revolución Bolivariana ha sido uno de los ejemplos más profundos, junto con la Bolivia de Evo Morales y García Linera, de construcción del socialismo en el siglo XXI luego de la Revolución Cubana. La figura emblemática del Comandante Hugo Chávez Frías, su liderazgo y su enfrentamiento a muerte contra el imperialismo yanqui, fue, es y será una referencia para los procesos liberadores en América Latina.
La Revolución Bolivariana es testimonio vivo de lo que llamamos construcción de poder popular. Es el “reino de dios” del que hablaba Jesús, el “reino de la libertad”, la utopía comunista, “el socialismo del siglo XXI”.

Como dice Rubén Dri: “Su proyecto del ‘Socialismo del siglo XXI´ es profundamente innovador, creativo, que recoge lo mejor de los aportes del pensamiento de Marx y otros teóricos revolucionarios. Reinterpretándolos desde la realidad venezolana y latinoamericana”
La Revolución Bolivariana reconoció como sujetas y sujetos a los ninguneados, despreciados y excluidos de siempre. El armado de las “comunas socialistas”, con una participación efectiva y activa del pueblo más pobre de Venezuela, es expresión clara de esto. Chávez le devolvió la dignidad a millones de venezolanos y venezolanas que estaban sumidos en la miseria más atroz.


Construyó poder popular, sujetas y sujetos empoderadas/os. Sobre esto dice Rubén Dri:
No hay manera de escapar al poder, no hay manera de entrar en él o salir de él, porque en el poder siempre se está. El sujeto es poder en la misma medida en que es sujeto y, en consecuencia, avanzar en el proceso de subjetualización, de ser mejor sujeto, es avanzar en la construcción de poder.
El poder que ha de solucionar no sólo el problema acuciante del pan, sino todos los problemas que se le enfrentan a la sociedad es el poder que es diakonía, servicio, que se expresa tanto en las pequeñas luchas cotidianas en los barrios, villas y demás espacios populares y, en general ciudadanos, como en las masivas marchas populares, en las asambleas y en el cumplimiento de las decisiones que en ellas se toman.
Es el poder que surge de abajo, el poder popular. Es el micro poder que se contrapone, articula con el macro. Son los micropoderes que se articulan entre sí conformando el poder popular, la fuerza popular que a su vez se articula y confronta cuando es necesario con los macropoderes”.

En cuanto al gobierno de Nicolás Maduro, indudablemente no es el de Hugo Chávez. Tampoco podemos negar que ante la muerte del Comandante Chávez (sin dudas provocada por el imperio yanqui), se produjo una ofensiva imperialista, acompañada por los cipayos y traidores venezolanos que provocó bloqueo, desabastecimiento de los elementos básicos, ofensiva de los medios hegemónicos aliados con la oposición política venezolana. A esto hay que sumarle la baja del precio del crudo, fuente de ingresos fundamental para la economía venezolana. Todo esto sin negar que a Maduro le está costando mantener la unidad de la revolución.


11. ¿La Revolución Bolivariana se acerca o aproxima a los estatutos de la teología de la liberación?

Para esto transcribo un texto de Rubén Dri con ocasión de la muerte de Hugo Chávez que se llama: “Un militante de la iglesia popularHa muerto Hugo Chávez, líder de la revolución bolivariana, de la recuperación de la Patria Grande Latinoamericana y de las raíces liberadoras del cristianismo que se expresan en la iglesia."

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