1. ¿Qué es Novorossia y qué relación tiene con el Donbass antifascista?
Si a día de
hoy la cuestión de Novorossia está encima de la mesa es porque en
Ucrania hubo un golpe de Estado y se atacó a la población del
Donbass y no tal y como dice la propaganda del Gobierno de Kiev
porque detrás estuviese la mano de Rusia o hubiese un proyecto
secesionista de antemano. Es cierto que existen unos antecedentes
históricos que mas o menos coinciden con la zona que conforman hoy
los territorios del Sur y del Este de Ucrania (antigua provincia de
Novorossia que incluiría algo mas de la mitad de Donetsk y una muy
pequeña parte de Lugansk), y también es cierto que estas zonas no
formaban parte de la “Pequeña Rusia” (Malorossia) histórica, a
partir de la cual se desarrolla la nacionalidad ucraniana, por tanto
la identidad ucraniana es más débil y reciente en estas zonas (se
incluyen en una formación ucraniana tras la configuración de la RSS
de Ucrania). Se puede decir que si posee una identidad mas o menos
definida en base al orgullo de profesión (mineros y metalúrgicos),
pero mas allá de proyectos políticos nacionales estamos ante un
espacio geográfico donde confluyen diversas identidades desde hace
siglos.
2. El
imperialismo está muy nervioso y ansioso por acabar con Ucrania y
otros lugares como Siria ¿Existen comités que reclamen la lucha
antifascista y antiimperialista?
En Euskal
Herria como comité de solidaridad con el Donbass ahora mismo solo
estamos nosotras, Euskal Herria Donbass Elkartasun Komitea. A
comienzos del conflicto se creó en Bizkaia el Comité de Solidaridad
con la Ucrania Antifascista con el que mantenemos contacto. Nosotros
tenemos relación con los comités de solidaridad de Aragón,
Andalucía o Galicia con los que nos hemos coordinado para él envió
de material humanitario. No quisiéramos olvidarnos de las distintas
organizaciones y colectivos así como de todas aquellas personas que
nos han apoyado.
3. Hay
muchos compañeros que dicen que la lucha del Donbass es meramente
imperialista porque solo está en juego los intereses de Putin y que
no hay antifascistas de verdad allí ¿Qué opináis al respecto?
No estamos
de acuerdo aunque tampoco vamos a negar la existencia de un choque
entre nacionalismos y por lo tanto de la posibilidad de que ocurran o
hayan ocurrido por parte de los resistentes situaciones exacerbadas o
en las que se hayan aplicado políticas de imposición identitaria.
En todo caso quisiéramos aclarar que la principal responsabilidad
recae en el Gobierno de Kiev el cual tras el golpe de Estado del
Maidan comienza a aplicar medidas para imponer visiones ideológicas
derechistas y nacionalistas en consonancia con la ideología de los
colaboracionistas fascistas (banderistas) de la II Guerra Mundial,
unas políticas que chocan con la identidad tanto cultural como
política de la población del Donbass. Conviene aclarar que el
Gobierno ruso y Putin siempre manifestaron su inclinación por una
Ucrania soberana y federalizada pero que no renegara de sus fuertes
vínculos económicos, lingüísticos y culturales con el mundo ruso.
En cuanto a
si hay o no hay antifascistas luchando en el Donbass, comprendemos y
hasta cierto punto estamos completamente de acuerdo en que el
fascismo tiene sus raíces y su razón de ser en el propio sistema
capitalista, por lo tanto la única alternativa real a su fatalidad
debería de sustentarse en los principios e ideales socialistas,
principios por los cuales entendemos que se debieran de movilizar las
antifascistas. Sin embargo no somos quien para negar a nadie la
condición de antifascista en caso de que independientemente de
movilizarse en favor de una estrategia revolucionaria,
anticapitalista, de izquierdas… lo hiciera únicamente para frenar
el avance de las fuerzas fascistas o proteger a la población de una
agresión militar. Es el caso de quienes en 2014 se alzan en armas en
el Donbass contra las agresiones fascistas y del Ejercito ucraniano;
no es que consideremos del todo desacertado definir como parcialmente
desideologizadas al grueso de sus milicias de autodefensa, pero no se
puede olvidar que parte de la identidad de su población se sustenta
en los lazos ideológicos con la Unión Soviética y por lo tanto en
la memoria de la resistencia antinazi.
Por poner un
ejemplo un tanto desconocido, durante la II Guerra Mundial aquí en
el norte de Euskal Herria, en Zuberoa, hubo un maquis de ideología
gaullista que hizo frente a la ocupación nazi y pese a las
diferencias ideológicas que pudieran existir, resulta difícil no
sentir cierta simpatía hacia aquellos resistentes. Lo mismo ocurre
en el conflicto del Donbass hacia quienes combaten en las milicias de
las Repúblicas. En todo caso y volviendo hacia si hay o no
antifascistas de verdad allí y una vez aclarado nuestra visión
sobre los combatientes autóctonos, en cuanto a los antifascistas
brigadistas internacionales, la decisión de sumarse a las milicias
debiera de ser algo que no se tomara a la ligera por las
consecuencias que acarrea las cuales ya ha habido solidarios que las
han padecido y las padecen como es el caso del brasileño Rafael
Lusvarghi… pero bueno al final parece que ningún conflicto está
exento del aventurerismo o de cierto halo de romanticismo cuando se
trata de defender una causa justa.
Junto a todo
lo dicho no podemos olvidarnos de que si existen unidades militares
que abiertamente se identifican con la tradición antifascista,
internacionalista y socialista o comunista como son la Brigada
Prizrak (Brigada Fantasma) la cual ha venido mostrando su compromiso
con la causa del pueblo del Donbass, sin olvidarnos de la pequeña
unidad InterUNIT, que ha combatido desde 2015 hasta hace enero de
este mismo año al noroeste de la República Popular de Lugansk.
En todo caso
la visión que se tiene del conflicto y sus protagonistas ha diferido
dependiendo de la correlación de fuerzas y de la coyuntura
político-militar.
4. ¿Hay
fascistas gobernando en zonas antifascistas de Ucrania como Lugansk?
Esta es una
pregunta o afirmación que frecuentemente se hace desde ámbitos
detractores o no simpatizantes con la causa novorrusa (tanto desde
liberales mainstream, como de tradiciones de “Izquierda”
eurocentrista o antisoviética, por tanto permeables a los prejuicios
hacia lo eslavo). Lo que se busca, una vez destrozado el insostenible
mito de “democracia naciente agredida por los rusos”, es
“demostrar” que “ambos bandos son repugnantes”, ya que “en
ambos bandos hay fascistas” (y de ahí sacan el “lógico”
corolario de “ambos bandos son reaccionarios”).
Su peso es
mínimo, tanto en lo que a la política se refiere, ya que las
Repúblicas siguen haciendo un discurso antifascista; como en el peso
del total de combatientes que no llegan al 0,5%, además, su batallón
más importante, “Rusich”, ha sido expulsado. Se ha hablado mucho
de la presencia de estructuras de partido nazbols y fascistas rusos
(Unión Eslava) pero aunque sea cierto no parece ni de lejos que su
presencia sea determinante. Otra cosa es lo que hacen ciertos
analistas, que consideran a cualquier “nacionalista ruso”,
“zarista” o “derechista ruso” como fascista. Preferiríamos
que no hubiera claro pero diríamos que más bien se manifiestan en
torno al nacionalismo-eslavo que bajo premisas y actividades
corporativistas o vertical sindicalistas propias del fascismo.
Terminaremos
por dar un dato: hay más fascistas de pasaporte ruso luchando con
los batallones paramilitares ucranianos, por afinidad ideológica,
que con las autodefensas del Donbass por afinidad nacional.
5. ¿Consideráis
a Rusia o no un país imperialista?
En la
Federación Rusa el sistema económico imperante es el capitalismo
con lo que ello conlleva de eso no cabe duda por lo que estaríamos
de acuerdo en que entra dentro de su naturaleza la expansión; ahora
bien, se trata de un territorio que se encuentra con una posición
geoestratégica muy determinada y que reúne unas muy concretas
características históricas, incluso culturales, por lo que
entendemos que sin tener en cuenta estas cuestiones no es posible
comprender su verdadera dimensión.
La
Federación Rusa es en la actualidad el lugar del planeta que posee
el 40% de los recursos naturales del planeta y las mayores reservas
de recursos minerales y energéticos sin explotar. Es el Estado que
mayores reservas de gas natural y forestales controla del mundo, el
tercer país en producción de carbón y uno de los más importantes
productores de petróleo, además tiene una cuarta parte de las
reservas mundiales de agua potable. Esto le confiere una posición
privilegiada a nivel internacional pero también les convierte en un
botín codiciado. Es necesario desterrar la idea de que con el fin de
la URSS en 1991 termino aquello que se vino a denominar como Guerra
Fría. Si bien es cierto que en ese periodo estaban en juego dos
proyectos de sociedad, por un lado el socialismo mayormente
representado por el sistema soviético y por otro el capitalismo
liberal-burgués capitaneado por los EEUU, no hay que olvidar que lo
que se venía a denominar como imperialismo ansiaba la riqueza que
atesoraba la Unión Soviética. Es así que con el colapso de la URSS
en 1991 y la irrupción neoliberal, los planes imperialistas no
variaron un ápice aunque se vieran favorecidas en sus políticas de
intereses por unos nuevos dirigentes rusos que con Boris Yeltsin a la
cabeza dieron carta blanca para el enriquecimiento de una nueva
casta, la de los oligarcas, a costa de los recursos y bienes
públicos.
Este
desmantelamiento del modelo socialista trajo consigo un proceso no
exento de situaciones traumáticas en donde se impusieron las
privatizaciones, el empobrecimiento de la población y
desgraciadamente el inicio de la I Guerra de Chechenia.
Posteriormente
cuando accede al poder Putin, proveniente de una familia de clase
obrera y antiguo funcionario soviético, llegando a poner fin a la II
Guerra de Chechenia, progresivamente sus gobiernos van aplicando toda
una serie de reformas que terminan materializándose en la
estatalización de recursos estratégicos, imponiendo a su vez una
serie de medidas a través de los cuales consiguen poner freno a la
impunidad de los oligarcas, haciendo que se muevan en unos parámetros
de negocios que confieren a la política de la Federación Rusa un
carácter eminentemente nacionalista, lo que entre otras cosas le
permite recabar el apoyo del Partido Comunista de Ziuganov, la
segunda fuerza política del país.
En el
nacionalismo ruso juega un peso importante también la religión. A
diferencia de los católicos que solo tienen una autoridad reconocida
en el vaticanismo del Papa, cada país ortodoxo cuenta con sus
propias Iglesias muchas de las cuales históricamente, como ocurre en
países como Bulgaria o Serbia, han estado ligadas a la construcción
de sus identidades nacionales, incluso a procesos de liberación
nacional.
Otro aspecto
importante a tener en cuenta a la hora de valorar a Rusia es en lo
referido a su política exterior donde es el principal valedor del
multipolarismo, el cual son capaces de impulsar con fama de notables
diplomáticos. Esto se traduce en un expansionismo económico cuyos
intereses es capaz de alcanzar a través del respeto de la soberanía
de terceros. En cuanto a las intervenciones militares en el
extranjero, estas siempre se han regido mediante el cumplimiento de
la legalidad internacional al contrario que viene haciendo EEUU como
es público y notorio. Además estas acciones militares se han
mostrado altamente eficaces a la hora de alcanzar sus objetivos
llegando a minimizar aquello que en el tema de las intervenciones
bélicas de las potencias mundiales se ha venido denominando en la
última década como “daños colaterales”. Por ultimo estarían
las múltiples intervenciones humanitarias impulsadas a través de la
Federación Rusa.
En lo
referente a las características históricas de la Federación Rusa
es impensable pretender hacer creer que, aun con sus contradicciones
y retrocesos, la impronta e influencia en todos los ámbitos de 74
años de construcción de socialismo de la URSS se hayan diluido en
apenas el último cuarto de siglo y muestra de ello es la
conmemoración que se hace de la Gran Guerra Patria, exponente de un
fuerte sentimiento colectivo de la población. En este sentido a
nosotros en alguna ocasión y desde ciertos sectores se nos ha
criticado que usemos la conocida cinta de San Jorge siendo como es un
símbolo que surge del periodo zarista, algo que es cierto, pero hay
que tener en cuenta que durante el periodo soviético parte de la
herencia cultural proveniente de la época zarista fue conservada y
extendida en la población a través de la educación y el
conocimiento pues era considerado un patrimonio y un bien cultural.
Esa cinta, también en Donbass, es emblema de la resistencia al
invasor extranjero en la II Guerra Mundial y también ¿porque no?
forma parte del universo eslavo.
En cuanto a
las características culturales que aludíamos al inicio, no podemos
olvidar que en la Federación conviven cerca de 140 nacionalidades y
aunque es cierto que en la época soviética en muchas de las grandes
ciudades de las Repúblicas Soviéticas se hegemonizo con población
étnicamente rusa, no menos cierto es que en la identidad rusa,
eslava, contrariamente a los estereotipos, la esencia del mestizaje
posee un gran peso contrariamente a lo que se pueda pensar.
Por todas
estas características históricas y culturales enumeradas, además
de por la situación geoestratégica en la que se encuentra la
Federación Rusa, pensamos que no estaríamos ante un país
imperialista. Evidentemente no negamos la existencia de ciertos
factores que desde una posición netamente de izquierdas nos sean
difíciles de digerir, pero quienes vivimos en las sociedades
occidentales muchas veces observamos otras realidades desde una
cierta superioridad moral adquirida involuntariamente y en lo que
respecta a Rusia no es una excepción. Asistimos a una demonización
de lo ruso por parte del imperialismo que nos lleva a pensar que es
poco menos que una dictadura donde por ejemplo legalmente los
derechos de la mujer se encuentran cercenados como han publicado
medios españoles como “El Mundo”. La realidad es que la
violencia hacia las mujeres está tipificada como “delito de odio”
y los últimos cambios en la legalidad vienen mas provocados por la
no intromisión estatal en el ámbito familiar o privado
(característica típica rusa) que otra por otra cuestión mas
relacionada con la misoginia. Como con el Donbass, hay un gran
desconocimiento de lo que ocurre en Rusia.
6.¿Tiene
alguna relación los nazis de Kiev con los fascistas del DAESH?
s evidente
que hay una relación directa entre la guerra de Siria y la guerra en
el Este de Ucrania y a finales del 2016 la propia UE señalaba
algunas zonas de Ucrania como núcleos de entrenamiento de yihadistas
y en los últimos años desde diferentes medios han publicado
información al respecto. Pero convendría ser cautos a la hora de
dar veracidad a todo lo que se publica pues como en todo conflicto en
torno a la información hay propaganda y se producen intoxicaciones,
manipulaciones y mentiras. En este sentido sabemos que alguna noticia
de los mas media en donde se informaba de este tipo de vínculos a
los que se refiere la pregunta resultó ser falsa, por lo que no
sería de extrañar que hubiese más. Dicho esto parece ser más que
probable que esta relación exista no ya solo por el hecho de las
informaciones publicadas sino también por una serie de antecedentes
históricos que apuntan en este sentido.
A día de
hoy existen evidencias gráficas que muestran por ejemplo a jóvenes
ucranianos en movilizaciones enarbolando simbología del DAESH o a
soldados ucranianos en actitud similar en zonas que parecen el frente
de guerra. No sabemos si es sólo una afinidad “estética” o hay
algo más, pero nos parece sintomático de lo que está ocurriendo,
algo que ya en 2015 quedaba constatado al saberse de la presencia de
apoyos logísticos al ISIS en Ucrania, tanto para el reclutamiento
como para apoyar a algunos batallones con presencia musulmana. En
concreto salía publicado en algunos medios que yihadistas chechenos,
ex-combatientes en Siria en las filas del ISIS, habían llegado para
integrarse en los batallones ultraderechistas ucranianos. Parece
comprobado que unidades de ultraderechistas ucranianas estuvieron
combatiendo a las tropas rusas en Chechenia.
Antes de que
empezara la guerra en Donbass Ucrania era considerada uno de los
focos mundiales en el comercio masivo de armas ilegales y algunas
fuentes ya apuntaban del traslado de armamento hacia el DAESH en
Siria y Irak, también al Frente
Al-Nusra, considerada la filial de Al Quaeda. Por último, a
comienzos de este año el portavoz de las milicias de Lugansk, Andréi
Marochko, denunciaba que habían detectado a antiguos asesores
extranjeros del DAESH en Donbás, concretamente en la aldea de
Schastie, supuestamente para entrenar a militares ucranianos en
técnicas de sabotaje.
Estas son
algunas de las noticias que evidencian la relación entre la Ucrania
resultante del golpe de Estado del Maidan y el DAESH. Es evidente tal
y como se viene denunciando desde las fuerzas antimperialistas que el
DAESH, independientemente de que haya podido atravesar periodos de
cierta autonomía, ha sido gestado, alimentado y utilizado en favor
de los intereses de EEUU y de sus aliados por lo que no es de
extrañar la existencia de estas relaciones entre los nazis
ucranianos y el DAESH. El actual yihadismo está considerado una rama
del wahabismo, una corriente fanática del Islam que es la oficial en
varios países petroleros como Arabia Saudí. Surge hace unos pocos
siglos y en el siglo XIX fue potenciado por el colonialismo británico
en los países de religión musulmana para combatir procesos
anticoloniales. Desde entonces esta confluencia entre intereses
imperialistas y religión se viene repitiendo ininterrumpidamente. En
el periodo más cercano ahí tenemos a las milicias islamistas
apoyadas y financiadas por EEUU que combaten en los 80 a los
soviéticos en Afganistán, las cuales posteriormente configurarían
Al Quaeda. No podemos olvidar tampoco la presencia de muhaydines en
Bosnia durante la guerra de Yugoslavia. También hay por ejemplo en
el Estado español indicios documentados de contactos estables entre
organizaciones neofascistas y multimillonarios árabes. Con esto
creemos que queda todo dicho.
7. ¿Ha
sido Crimea el empujón de la lucha antifascista en Ucrania?
En Crimea
tras el golpe de Estado en Kiev de 2014 se produjo un proceso de
autodeterminación tutelado por Moscú con el despliegue de tropas,
en el que la población se manifestó mayoritariamente por volver a
Rusia. Recordemos que en febrero de 1954, por iniciativa del entonces
presidente ucraniano Nikita Kruschev, la URSS regaló Crimea a la
R.S.S. de Ucrania con motivo del 300 aniversario de su incorporación
a Rusia; y que ya en 1992 Crimea votó en referéndum separarse de
Ucrania y unirse a Rusia; sin embargo esto no se cumplió, pero el
sentimiento de unirse a Rusia siempre ha estado ahí. El
levantamiento antifascista popular del Donbass se produce después
del referéndum de Crimea por lo que puede ser más que probable que
en el desarrollo de los acontecimientos este hecho tuviera influencia
sobre todo moral. Tenemos que tener en cuenta que el movimiento de
Crimea y el movimiento del Donbass parten de dos premisas diferentes,
aunque tengan en común su oposición al Maidan: Crimea quería
unirse a la Federación Rusa, mientras que eso no es tan claro en el
Donbass. Al principio en el Donbass se pedía federalismo (ante la
posibilidad clara que el Gobierno maidanista pusiese en peligro la
cultura y la mentalidad de los habitantes del Donbass), en las
primeras protestas se enseñaban incluso banderas ucranianas; y hacia
mayo, tras las matanzas de Odessa y Slaviansk, pasaron a pedir la
independencia. Hay que entender la tensa situación que se vivía en
la zona con las organizaciones y bandas nazi-fascistas ucranianas
envalentonadas y con total impunidad responsables de las
“desapariciones” y numerosos crímenes padecidos por civiles o
militantes de izquierda, también en otros lugares de Ucrania como en
Odessa con la matanza de la Casa de los Sindicatos en la que una
turba de ultras amparados por funcionarios del Estado, asesinaron
calcinándolas vivas, a decenas de personas. La bestia fascista
acababa de ser “humillada” tras serle arrebatada Crimea así que
frente a aquella lógica perversa establecida tras el Maidan en donde
se extendía la idea de que la nación ucraniana estaba siendo
agredida y era víctima, es lógico que se organizaran las
autodefensas en previsión de una intensificación de la persecución
hacia el “enemigo” que representaba la población de la cuenca
del Don así como otras minorías y militantes de izquierda
ucranianos. Hay gente en el Donbass que querrá unirse a Rusia, pero
no es algo consensuado, sobre todo quieren proteger su modo de vida y
de pensar (cercano a los valores soviéticos), y una sociedad
no-oligárquica. Había además unos antecedentes en Ucrania que
desde la caída del campo socialista del Este en los noventa, se
habían venido desarrollando entre sectores de la población en forma
de lenguaje despectivo y estigmatizaste a los habitantes del Donbass
a los que era habitual que se les definiera como mafiosos, tendentes
a la delincuencia, problemáticos, nostálgicos soviéticos de
“mentalidad atrasada”… Nada es casualidad. La población del
Donbass votaba mayoritariamente a partidos políticos que
independientemente de su ideología, abogaban por mantener las
relaciones comerciales con la Federación Rusa además de
evidentemente los lazos lingüísticos y culturales. Como ya hemos
dicho, nada es casualidad…
8. ¿Existen
partidos comunistas en Ucrania y que les paso cuando los nazis
tomaron Kiev?
Sí, los
hay. El Partido Comunista más grande, tradicionalmente, es el
Partido Comunista de Ucrania. Fue un partido importante en los 90,
llegó a ser el partido más votado en las elecciones parlamentarias
e incluso a disputar la presidencia del país. Sin embargo desde
entonces se ha debilitado inexorablemente. La causa principal de este
debilitamiento es que ha seguido una política reformista y de
colaboración, casi “de mentalidad conservadora”. Sin ánimo de
ser pretenciosos, interpretamos esta política con un convencimiento
de que “las aguas volverán a su cauce”, esto es, que Ucrania
volvería un día a su estado “natural”, el soviético
socialista. Este tipo de política ha creado una especie de
“esclerosis” en este partido, tanto político (ya que estaba a la
defensiva, intentando “salvar lo salvable”), como físico (era
incapaz de conectar con los jóvenes). Esta política de los hechos
consumados se mostró en el Maidan, tras defender a Yanukovich, con
el que formaban Gobierno, tras el golpe votaron a favor de su
destitución “para que no hubiese un vacío de poder”, y después
fueron las primeras víctimas del fascismo. Sin embargo, quizá por
la inercia conservadora antes comentada, no apoyan las repúblicas
populares, su programa se limita a un simple “paz” y “oposición
al fascismo”.
Existen
también organizaciones menores, sean de tendencia marxista-leninista
o de tendencia de combinar paneslavismo con sovietismo, como los
´líderes Nataliya Vitrenko o Igor Berkut.
9. ¿Existen
partidos comunistas y de otras organizaciones de diferentes
ideologías en el Donbass?
Sí, hay
diversos partidos en las repúblicas populares. Existen el Partido
Comunista de la República de Donetsk, el Partido Comunista de la
República de Lugansk y Borotba. Además de eso existen unidades
militares de ideología comunista, algunas muy carismáticas como
Prizrak y Vostok. Los comunistas están junto a otros partidos en
ambas repúblicas.
Sin embargo,
debemos de darnos cuenta que estando ambas repúblicas en una
situación límite, y tampoco siendo los comunistas mayoría,
actualmente la prioridad es la lucha contra las fuerzas de la Junta
de Kiev. Por tanto, en la política de ambas repúblicas, el aspecto
determinante es ese: ganar la guerra. Alguien podrá argumentar que
“entonces no están haciendo la revolución socialista, y entonces
para qué voy a apoyar yo a algunos”; pero debemos recordar que un
parecido debate tuvimos en la Guerra Civil Española, y ahí la
victoria de Franco trajo el fin de cualquier posibilidad de
transformación y una larga dictadura. En Donbass saben que cualquier
proceso de transformación pasa por el fin de la agresión ucraniana,
y ello abrirá más oportunidades para un cambio político de
orientación socialista; ya que la política y la mentalidad popular
de ahí está impregnada por valores “soviéticos”, como la
solidaridad, el igualitarismo o el internacionalismo.
10. ¿Cuáles
fueron las primeras acciones del Donbass y las zonas antifascistas
cuando se levantaron contra los nazis de Kiev?
Las
principales acciones fueron la toma de edificios y cuarteles
oficiales a partir de los cuales se fueron organizando las
autodefensas y conformándose las milicias que se enfrentaron a las
unidades del Ejército ucraniano y a los batallones de nazis y
fascistas. Hubo también algunas acciones en agosto del 2014 fuera de
las fronteras de las Repúblicas constituidas atribuidas a una
milicia anarquista que respondía al nombre de batallón Néstor
Maknho, en honor al campesino anarquista ucraniano. Estas acciones
ocurrieron en las regiones de Zaporozhye y Dnipropetrovsk
donde fueron atacadas unidades de la Guardia Nacional Ucraniana.
11. ¿Qué fue la R.S.S Ucraniana?
Pese a que
quizás para muchas resulte extraño y disparatado esto que vamos a
decir en contraposición al revisionismo histórico, que campa a sus
anchas, y a las mentiras, manipulaciones y calumnias vertidas por los
voceros e ideólogos burgueses del imperialismo y sus lacayos, la
Republica Socialista Soviética Ucraniana ha sido objetivamente
hablando el periodo mas prospero por el que ha atravesado Ucrania
nunca en su historia y como muestra dos evidencias históricas. La
primera es el estatus de nación que adquirió el territorio con el
proceso de construcción del socialismo tras la Revolución del 17.
Cultura e idioma ucraniano resurgieron de forma extensa tras el
periodo de regresión sufrido en el periodo zarista del siglo XIX,
tras un cierto auge con la ola de romanticismo que atravesó Europa
al albor de las revoluciones burguesas. En realidad el ucraniano era
una lengua predominante de las zonas rurales especialmente entre los
campesinos del oeste del país, incluso estaba considerado una
especie de dialecto del ruso con el que comparte notorio parentesco.
De esta manera asistimos con el periodo bolchevique a la
estructuración en un sentido nacional de un territorio que
históricamente nunca estuvo configurado étnicamente hablando. Desde
que surge en la zona el Reino de Rus en el siglo IX, lo que hasta
2014 era Ucrania ira atravesando periodos bajo distintas
administraciones bien imperiales, reinos, principados…en las que la
realidad se muestra muy diversificada con unas poblaciones eslavas
(diferenciadas en rusas, bielorrusas y ucranianas) compartiendo
espacio con inmigraciones de tribus turcas, invasiones mongolas,
tártaros, cosacos, judíos o incluso escandinavas, y es que no en
vano Ucrania significa “la frontera”.
Y como hemos dicho, si bien
hay una “nacionalidad ucraniana” que surge con ese nombre en el
siglo XIX; cuando esa idea se hace mayoritaria es en el periodo
soviético. Dejaremos como ejemplo unas declaraciones del famosísimo
historiador nacionalista Mijailo Hrushevski (hoy una de las
principales arterias de Kiev, cerca del Maidan, lleva su nombre), que
durante la Guerra Civil fue un dirigente nacionalista y presidente de
la efímera República Nacional Ucraniana: tras un breve exilio
volvió a la Ucrania ya soviética y dijo “esta República
Soviética Ucraniana es muy parecida a la República Nacional
Ucraniana que yo ayudé a crear”. El expresidente de la Ucrania
independiente, Leonid Kuchma, declaró en un libro con el
significativo título Ucrania no es Rusia que “sin las políticas
culturales bolcheviques de los años 20 y 30, hoy no hubiese habido
Ucrania ni pueblo ucraniano”.
Pero tras el
golpe de Estado del Maidan las políticas del Gobierno que preside el
filonazi de Poroshenko han venido imponiendo un revisionismo
histórico que lleva a una tergiversación completa de lo que ha
significado este territorio siempre, unas políticas
ultranacionalistas y banderistas que llegan incluso a apropiarse de
personajes e hitos históricos propios de la cultura rusa.
A este
respecto muchas veces se nos ha venido acusando de rusófilos pero
nos gustaría aclarar que nosotros no estamos ni queremos legitimar a
un nacionalismo ruso, el cual desde un cierto punto de vista que se
podría considerar cuasi mitológico, se apropia por ejemplo del
Reino de Rus como si se tratara del nacimiento de su nación o lo que
es lo mismo que llega a contener unos elementos de identidad de
dudoso rigor histórico. Lo que decimos es que es muy cuestionable
que en esa zona antes del periodo que va de la mitad del siglo XIX
hasta 1922 (fecha de la creación de la RSS de Ucrania) en las
sucesivas coyunturas históricas se produjeran y estableciesen
procesos sociales y políticos bajo parámetros claramente
nacionales. Lo que principalmente ha estado y está impulsando el
Gobierno de Kiev con la persecución de minorías y el monolingüismo
es la uniformización de la sociedad (una última ley aprobada
recientemente limita las otras lenguas a la enseñanza primaria en
educación, y obliga que todos los medios de comunicación, incluso
los online, tengan traducción al ucraniano, así como las obras de
teatro; y se crea una policía lingüística), en total lógica con
el desarrollo último que llega a alcanzar el Estado-Nación en
Europa en el siglo XX y que para nosotros tiene sus máximos
exponentes tanto por cercanía con nuestro país como por el desastre
que supuso, al etnocidio que a través del franquismo condenó el
Estado español al Pueblo Vasco y a las nefastas teorías del Espacio
Vital del nazismo respectivamente. Nosotros en este sentido
observamos positivamente la experiencia de la R.S.S. de Ucrania
aunque como Comité también estamos familiarizados y somos cercanos
a las corrientes paneslavistas que tratan de mostrar una visión
colectiva de los símbolos, sentimientos, creencias, tradiciones…
de los pueblo eslavos, algo que por cierto ya apuntaba Mijaíl
Bakunin.
12.
¿Influyo algún error de la R.S.S Ucraniana a la Ucrania actual?
Es una buena
pregunta a la cual responder nos supone cierto grado de reflexión
incluso de dificultad pues para ser sinceros no es una cuestión que
colectivamente en el Comité nos la hallamos planteado abordar en
profundidad y sacar conclusiones, mas allá de los conocimientos que
cada una de nosotras tuviese sobre el tema; así que pensamos que
sería pretencioso por nuestra parte establecer los errores de la
R.S.S Ucraniana para explicar el desastre actual. Hay que recordar
que los procesos de construcción del socialismo no son lineales ni
por supuesto están exentos de contradicciones, por lo tanto
diseccionar sus diferentes periodos extrayendo de
ellos uno por uno cada uno de los errores que pudieran existir como
si se trataran de estamentos estancos sin ningún tipo de vínculos y
vasos comunicantes que los entrelazara ¿no sería acaso caer en el
economicismo? Ahora bien, no seremos nosotras quienes neguemos que
pudiesen existir decisiones erróneas que a la larga provocaran los
problemas que acucian a la Ucrania actual como podrían ser una
elaboración, desarrollo y control de los planes económicos
soviéticos llevadas a cabo de forma excesivamente rígida y
centralizada. Estos organismos encargados de estas tareas
terminaron teniendo un carácter tecno-burocrático que irían
reduciendo la participación de las trabajadoras. Pero no podemos
olvidar todas las dificultades coyunturales e incluso técnicas, como
la carencia de cuadros políticos, a las que se tuvo que enfrentar la
URSS. Se ha hablado mucho de las hambrunas y el genocidio comunista
en Ucrania, pero nos gustaría aclarar que tenemos el convencimiento
de que no existió un genocidio planificado y que el tema de las
hambrunas que se llevaron la vida de decenas de miles de personas,
millones como dicen algunas fuentes, son grandes exageraciones,
mentira.
Sin embargo
más allá de esos hechos concretos trataremos de establecer una
serie de cuestiones que sirvan para despejar la cuestión que se nos
plantea en la pregunta. En marzo de 1852 Karl Marx publicaba su obra
“El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”, en plena coyuntura europea
de revoluciones burguesas, donde analizaba el proceso revolucionario
protagonizado por obreros y estudiantes en el Estado francés a
partir de 1848, el cual permitiría a Luis Bonaparte dar un golpe de
Estado convirtiéndose así en presidente de la II República. La
importancia de esta obra radica en que aborda por primera vez
cuestiones relacionadas con el poder y el asalto al Estado moderno,
reuniendo una serie de conocidas frases que sintetizan acertadamente
los procesos históricos. Escribía Marx que “…una vez como
tragedia y otra vez, como farsa” la historia (y sus protagonistas)
se repiten, en una reflexión que sirve para definir la cuestión
banderista y por lo tanto efectivamente interrogarnos sobre los
errores que pudieron existir en la R.S.S Ucraniana. Decía Lenin: "Es
preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños.
De examinar con atención la vida real, de confortar nuestra
observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente
nuestra fantasías", pues bien ¿a qué circunstancias sociales
y políticas concretas tuvieron que enfrentarse los soviets
ucranianos para tras la Revolución del 17 ponerse en la tarea de
construir el socialismo?
Desde Engels
la teoría marxista muestra especial atención a la cuestión del
campesinado y son innumerables las obras que abordan el tema. En este
sentido, aunque con matices, en la actualidad la izquierda admite que
si el proletariado urbano presenta unas características más
proclives a la revolución, el campesinado continua identificándose
como una clase social que presenta incógnitas que lo identifican con
el conservadurismo (lo cual no significa que no haya protagonizado
revoluciones).
Ucrania ha
sido históricamente un país eminentemente agrícola y antes de la
Revolución de 1917 la inmensa mayoría de su población era
campesina y vivía en unas condiciones en la que abundaba de manera
aplastante la ignorancia y una instintiva desconfianza hacia quien
ostentaba el poder. Por lo tanto existían unas inercias populares
difícilmente erradicables o redirigibles por los bolcheviques a
través de una coyuntura donde la construcción del socialismo sufría
el acoso descarnado de las potencias capitalistas del momento. Estas
dificultades configuraron un escenario en territorio ucraniano donde
los ejércitos blancos eran enfrentados por fuerzas militares
bolcheviques o comunistas con su Ejército Rojo, activistas social
revolucionarios (de tendencia pequeño-burguesa o individualista),
anarquistas del Ejercito negro de Nestor Majno (que llego a reunirse
con Lenin) y diversas facciones propias del universo eslavo de la
época zarista; las cuales no siempre confluían llegando a combatir
unos con otros siempre con la cuestión contradictoria de la
propiedad de la tierra de fondo (individual, estatal, colectiva…).
Cuando se
estabiliza la URSS en Ucrania, los planes agrarios especialmente en
la década de los 30 se muestran muchas veces permeables a la desidia
del campesinado poniendo de manifiesto una compleja lógica
psicológica que llega incluso a favorecer a las actividades y
propaganda de los fascistas banderistas. A esto habría que añadir
el sabotaje que los propietarios de la tierra (kulaks) sometían a la
producción soviética lo que unido a las adversidades
climatológicas, enfermedades, proletarización y desarraigo, la
inexperiencia o errores en la producción de los técnicos
soviéticos…hacia viable un aun mayor deslizamiento de la población
hacia un desencanto individualista o localista.
Esto
evidentemente desaparece tras derrotar al nazismo pero el propio
desarrollo histórico de la URSS muestra que dos Repúblicas como
Georgia y Ucrania centraron buena parte de las atenciones que desde
Moscú otorgaron a determinados territorios, algo que no se puede
achacar a “caprichos” de dirigentes como el georgiano Stalin o el
ucraniano Khrushchev respectivamente, sino más bien a su
inestabilidad. El hecho de que estos dos países posteriormente hayan
vivido convulsos procesos en los que la cuestión nacional se
mostraba en el eje del conflicto, muestran que pese a décadas de
construcción socialista existen enraizadas determinadas telúricas
sociales dignas aun de estudio y de nuestra atención. En este
sentido resulta significativo que el anarquista Néstor Maknho fuese
aun recordado por la cultura popular del mundo rural ucraniano. No es
pues de extrañar que en estas circunstancias sociales (sin olvidar
la responsabilidad del imperialismo) el neoliberalismo y el
nacionalsocialismo banderista camparan a sus anchas a través del
Maidan sin una oposición frontal más que en Donbass, la región
minera e industrial.
Por lo tanto
y ya concluimos, el campesinado reúne una construcción psico-social
lo suficientemente compleja como para prestar atención a un lugar
con una impronta campesina tan importante como Rumania, a que Ernesto
Che Guevara se interrogara sobre su fracaso insurreccional en la
pobre y rural Bolivia o que Frederic Engels augurara que el pueblo
vasco desaparecería por ejemplo.
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