1. ¿De dónde nace el comité de apoyo a África negra?
El año pasado se cumplieron 25 años de su fundación. Al principio comenzó llamándose Comité de Solidaridad con Zaire y África Central, después de un viaje que hicieron cuatro de sus fundadoras a Zaire, donde vivieron unas enriquecedoras semanas con los pigmeos. Después pasó a llamarse Federación Comités de Solidaridad con África Negra. Su nacimiento se cuenta en el nª 1 de su revista Umoya, que cumple sus 25 años en 2016, con estas palabras:
Y
así, hablamos de la falta de información que hay sobre los pueblos
de África, nunca se habla de ellos más que cuando hay hambrunas o
graves accidentes. Lo que sucede a estos pueblos no interesa a las
grandes agencias de comunicación. Nos planteamos buscar medios
alternativos de información para romper el silencio informativo.
Decidimos divulgar información, para que, el conocimiento de los
problemas africanos haga tomar conciencia y provoque una reacción
solidaria de mucha gente de buena voluntad. Una solidaridad que
deseamos sea de dar y recibir, que nos permita entender y respetar su
cultura, sus valores. Una solidaridad que haga tomar conciencia de
las estructuras injustas del mundo en que vivimos, y nos lleve a
cuestionarnos nuestra forma de vida rica y consumista, posible,
tantas veces, gracias a la explotación del los países del Tercer
mundo, entre ellos los de África.
Una
solidaridad, en fin, que no queremos que consista en financiar y
fiscalizar proyectos de desarrollo para ellos, sino en apoyar las
peticiones concretas hechas desde allí, desde los grupos africanos.»
2. ¿Cuál
es vuestra visión actual de África?
Lamentablemente,
las palabras que escribían las compañeras y compañeros hace 25
años siguen vigentes hoy en día. Sólo se habla de África cuando
se puede encajar en clichés negativos que tenemos del continente y
sus pueblos: hambrunas, guerras y desastres. Pero no ofrecen contexto
para estos problemas que existen realmente, pero sus causas están
más relacionadas con el sistema global y con nuestro modo de vida,
de lo que la gente de aquí quiere escuchar. El discurso mediático y alterado del continente ha logrado desconectar los problemas de
los africanos de sus raíces y causas y también de nuestro modo de
vida. Nosotros, desde hace 25 años, luchamos para sensibilizar a
quien quiera escuchar en Europa, recordar que el único modo de
“ayudar” a los africanos es luchar a su lado, la solidaridad, no
la caridad. Y la única lucha que acabará con las situaciones de
injusticia es el compromiso contra el sistema en el que vivimos
todos, ellos y nosotros. En
Europa, muchos tenemos todavía una mentalidad inconscientemente
colonial y paternalista de África. Hemos acabado considerando a los
africanos incapaces, salvajes e inferiores, a fuerza de escuchar
hablar sobre África siempre de modo descontextualizado,
simplificado, negativo, siempre desde nuestra mirada sin contar con
la suya, pero eso es irreal.
3.
En África han existido colonialismos ¿Cuáles
han sido los crímenes más
atroces del colonialismo occidental?
La
colonización de África fue un crimen atroz en sí, su misma
concepción y todas sus partes han sido y son atroces. En la
conferencia de Berlín en 1885, los países europeos se repartieron
un continente siete veces mayor que Europa como quien reparte un
botín robado. Sometieron por la fuerza a los pueblos africanos, que
no se dejaron conquistar fácilmente.
Las guerras de resistencia al
dominio de los europeos fue tan grande que por ejemplo Francia se vio
obligada a realizar el mayor despliegue militar de su historia para
dominar a los indomables africanos, -aunque después nos han enseñado
en los libros de historia en las escuelas que los africanos
recibieron la “civilización europea” como inocentes niños. No
fue así, Europa invadió a sangre y fuego África. Lo que recibieron
de Europa una vez que ganaron las guerras de ocupación, asesinando a
millones y millones de personas, fue sometimiento, saqueo,
humillación y deshumanización durante una generación tras otra
hasta las “independencias” de hace poco más de 50 años. Eso no
se cura ni se supera sin más. Las secuelas de todo tipo,
psicológicas, sociales, económicas, políticas, etc son enormes.
Cuando
los gobiernos occidentales cedieron a la lógica lucha -que jamás
había parado- de los pueblos africanos por su libertad y el
reconocimiento de su dignidad, pensaban que todo lo que hubiera en el
continente era suyo, como el dueño de un botín robado que no quiere
devolverlo a su legítimo dueño primero. Por ejemplo, cuando los
franceses afincados en Guinea, el primer país que se independizó,
volvieron a Francia, lo que no pudieron llevarse lo destruyeron. El efecto de la colonización dura hoy todavía, con las llamadas
independencias. Los pueblos africanos no han recuperado su soberanía
ni sus recursos. Los gobiernos occidentales se fueron pero dejaron a
nombre de las grandes élites y compañías a las que sirven las
tierras y todos los recursos imaginables, en algunos casos ¡incluídas
sus divisas! como Francia cuyo banco central se enriquece con la
economía nacional de 14 países africanos que utilizan el Franco
CFA. Además de una deuda odiosa gigante, entre otras cosas. Los
africanos siguen relegados de sus tierras y recursos, no han logrado
tener un solo gobierno que trabaje por sus intereses, porque los
líderes que se han declarado antiimperialistas y contaron con el
apoyo de sus pueblos, fueron inmediatamente asesinados por las
potencias occidentales, véase Patrice Lumumba, Thomas Sankara y
muchos otros.
4. ¿Existen
actualmente dictaduras autoritarias o totalitarias en algún
país
Africano?
Entre
55 países hay de todo, lo más normal es que los gobiernos sean
Demócratas del Establishment, como son muchos gobiernos de otros
países en otros continente. El Establishment solo permite permanecer
en el gobierno a aquellos que se doblegan a la dictadura de los
mercados. La mayoría de los países africanos tienen gobiernos así,
con elecciones, pero no soberanía al servicio de su propio pueblo
-como puede ser el caso de Grecia-, pero con unas cartas con
muchísima más desventaja, (la colonización de que acabamos de
hablar y la anterior esclavitud, que costó la vida a 60 millones de
personas jóvenes). Pero también hay alguna dictadura autoritaria y
regímenes de terror que reciben todo el apoyo y la complacencia de
las potencias internacionales y los organismos internacionales.
Ruanda y Uganda son para nosotros los más sangrantes, por ejemplo,
unos regímenes responsables de la muerte violenta de unos 8 millones
de personas, el mayor número de víctimas después de la segunda
guerra mundial, pero en occidente no se habla de ello. Estos dos
regímenes son de terror para sus propios pueblos y para el país
vecino al que tutelan al servicio de las potencias internacionales,
la República Democrática del Congo, donde mantienen un estado de
guerra latente desde hace 20 años.
5. Además
de Nelson Mandela ¿Existieron
otros u otras parecidos en otros países de África?
En
África hay innumerables héroes y heroínas que han luchado por la
liberación y la dignidad de sus pueblos, tal vez más que en el
norte, porque sus circunstancias de historia de opresión les han
obligado a tomar conciencia y enfrentarse a los opresores. Son
muchos, muertos y vivos.
Muchos
mandelas han sido anónimos y han muerto torturados, tiroteados,
condenados a muerte, ejecutados por el ejército regular o
“paramilitares”. La lista sería interminable, hemos hablado de
dos Thomas Sankara, al que muchos llaman el Che de África. Patrice
Lumumba, el primer ministro congoleño que ganó las primeras
elecciones después de la independencia, asesinado por los servicios
secretos belgas con la colaboración de la CIA. Steve Biko o Robert
Mangaliso,
dos de los miles de sudafricanos compañeros de lucha de Mandela, que
no tuvieron “la suerte” de pasar 40 años en la cárcel vivos. Su
mujer y compañera de lucha, Winnie Mandela, igualmente valiente y
valiosa en la resistencia al Apartheid. Ken Saro Wiwa, fue juzgado y
ahorcado en Nigeria, en un juicio-circo alentado por la seguridad
privada de las petroleras estadounidenses operando en el país, por
el delito de exigir reparación para su pueblo, en el delta del
Níger, al que se había arrebatado el medio de vida para explotar el
petróleo, que envenena sus tierras y aguas todavía hoy. Muchos que
viven hoy, Desmond Tutu, de Sudáfrica. Otros muchos que murieron por
causas naturales como Mandela, o por enfermedades, que no por
asesinatos políticos, como Nkrumah, el primer presidente de Ghana o
Sékou
Touré,
el primer presidente de Guinea Conakry. Amilcar Cabral, líder de la
independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde, de quien la wikipedia
dice que asesinaron sus compañeros, sin especificase que comprados
por el régimen fascista colonial de Portugal.
Thomas Shankara |
Ahora
hay mandelas en la cárcel, en estos momentos en que lees esto, a una
en concreto, Victoire Ingabire, de Ruanda, muchos la llaman la mandela
femenina. En el Sáhara Occidental hay muchos mandelas vivos, recien
muertos y encarcelados en estos precisos momentos, porque todavía
están luchando por la descolonización, en el siglo XXI. La lista es
interminable.
6. ¿Existen actualmente gobiernos realmente progresistas en algún
país
Africano?
Sí
hay gobiernos progresistas en África, algunos que están incluso por
encima de España en algunos ránings de la ONU en cuanto a
gobernabilidad, respeto de derechos, etc. Pero ese progresismo hoy en
África se limita a adaptarse, por convicción o por supervivencia
como en el resto del mundo, al Establishment global del sistema
liberal o capitalista. Hay regímenes que se oponen con autentico
rencor a sus ex poderes coloniales, como Zimbabue, y en esa oposición
se declaran antiimperialistas, pero en realidad no es un gobierno
progresista, sino arrinconado y sofocado por una élite nacional que
ha robado lo poco que no roban las compañías extranjeras. Sudáfrica
puede hacer oír su voz contra el imperialismo al formar parte de los
BRICS, las potencias emergentes económicas, pero sobre el terreno,
el ANC -partido de Mandela- está lleno de líderes acomodados y
corruptos que no tienen nada de progresistas.
Lo
más progresista que hay en África es su sociedad civil, sus
asociaciones y agrupaciones, mujeres, jóvenes, madres de emigrantes,
agricultores, maestros, sindicalistas, periodistas… Los africanos
se apoyan y conciencian en comunidad y se autoorganizan para proveer
en/a la comunidad de los servicios que no provee el gobierno. Ahora
mismo hay grupos de jóvenes que se juegan la vida en la República
Democrática del Congo enfrentándose a un ejército brutal, para
desafiar al presidente que quiere aferrarse al poder. Hace un par de
años fueron los jóvenes de Burkina Faso y su eslógan “No toques
mi constitución”. Los de Sudáfrica contra la subida del coste de
la educación o contra el olvido de los sindicalistas asesinados por
la policía en las minas de Marikana. Los de Etiopía, a los que el
gobierno ha cortado totalmente la conexión con el mundo a través de
internet porque no podía hacerlos callar ni a balazos. Las madres de
los migrantes senegaleses que han perdido a sus hijos en el mar
intentando buscar una vida mejor en la Europa de la tele. Los
intelectuales que deciden descolonizar la educación. Los
sindicalistas y los políticos que prefieren vivir en la cárcel a
someterse a regímenes injustos. Hay grupos políticos y civiles
verdaderamente progresistas en África, como en todo el mundo. Los
tiempos lo requieren.
7. ¿La
mujer africana es atacada tan atrozmente? ¿En
que países de África
se ataca más
a la mujer?
El
planteamiento de esta pregunta es fruto de los que hablábamos en la
primera parte de la entrevista, la desinformación y
descontextualización, se nos ha convencido de que los problemas de
África son generalizables y que suceden en una atmósfera de vacío,
sin causas. Pero eso no es así.
La
mujer africana es aproximadamente la mitad de los más de 1.200
millones de personas que habitan el continente, en 55 países muy
diversos y con diferentes situaciones políticas y sociales, que
viven en ambientes muy diferentes dentro del mismo país, hay
desheredados, pero también hay adinerados, occidentalizados o
tradicionalistas, emprendedores que se han labrado una vida a su
gusto, funcionarios y otros trabajadores que le dan un buen futuro a
sus hijas y educación en igualdad a sus hijos e hijas…
En
los países africanos impera el hetero-patriarcado, como en el resto
del mundo, por el cual las mujeres sufren inferioridad de condiciones
frente a los hombres en la vida en general. Sus cuerpos son
explotados y comercializados para satisfacer el ego dominador de los
hombres de todo el mundo, porque así se nos ha enseñado.
mujeres congoleñas protestan contra la violencia de genero |
Las
mujeres sufren más
la pobreza que los hombres por ser mujeres, no poseen la tierra que
trabajan, llevan la peor carga de responsabilidades en las familias y
su voz no es escuchada oficialmente. Esto, sumado a circunstancias de
miseria y guerra en algunos casos, como en la República Democrática
del Congo, hace que la vida para las mujeres sea especialmente
infernal, porque sus cuerpos siempre han sido utilizados como campo
de batalla. En los conflictos, las agresiones a mujeres son un arma
de guerra más, y causa estragos en las comunidades. Porque violando
a las madres de un pueblo se violenta la dignidad del pueblo entero.
Las
violaciones perduran en tanto que perdura la guerra que las provoca.
Se acabarán cuanto se acabe con la impunidad de los responsables, de
las violaciones como arma de guerra y de los que sostienen y hacen la
guerra. Lo verdaderamente atroz de las historias mediáticas sobre
las violaciones en el Congo, concretamente la parte este del país,
que ha llegado a ser denominada “capital mundial de la violación”,
es que se nos transmite la impresión de que los hombres de ese país
son terribles agresores, “una sociedad sin valores morales” como
llega a decir un doctor belga en una película de éxito sobre el
tema. Y esto es debido a que se nos presentan las violaciones como un
suceso -terrorífico como es- como algo que sucede en el vacío, sin
causas, en una tierra lejana de salvajes que no tienen humanidad.
La
realidad de las violaciones en el Congo es que los hombres congoleños
luchan y mueren luchando al lado de sus mujeres contra esta agresión
de guerra que llevan sufriendo 20 años. Que hay que analizar las
causas y los causantes de la guerra para juzgar a los culpables de
las violaciones y acabar con la guerra, y empezar a reparar tantas
heridas, físicas y psicológicas, que han causado estos 20 años de
guerra económica silenciada, que usa armas de guerra terroríficas
como la violación masiva y generalizada.
8. ¿Cuáles son vuestras actividades?
No
tenemos grandes actividades proyectadas. Somos
11 comités Umoya en 11 ciudades distintas.
Cada comité organiza actividades dependiendo de sus posibilidades,
ya que hay de todo entre las personas miembros de Umoya: somos gente
mayor y jóven; jubilada y trabajadora, religiosa y atea, con más
tiempo y menos para dedicar, con familia y sin ella… hay de todo.
Últimamente estamos organizando bastantes presentaciones de un libro
que acabamos de sacar, el que ha escrito desde la cárcel la presa
política ruandesa Victoire Ingabire,
para sensibilizar sobre su situación. En otros estamos organizando o
participando en clubes de lectura africana, para dar a conocer la
auténtica África y no la que sale en los medios mayoritarios.
Casi
siempre tenemos en la agenda charlas, debates, coloquios o
colaboraciones sobre África desde un punto de vista alternativo,
desde una información “radical” en el sentido estricto de la
palabra, de acudir a las raíces de los acontecimientos. Ese es
nuestro lema de la campaña
de Navidad 2016.
Cada
año organizamos una campaña de Navidad para recolectar donaciones
porque por principios no nos dedicamos a tener proyectos sobre el
terreno en África, lo nuestro es denunciar, sensibilizar,
contextualizar, difundir la mirada de los propios africanos, etc,
pero una vez al año, entre varios proyectos que se nos presenten,
elegimos a cuál apoyar con el dinero recaudado. Casi siempre estos
proyectos son de nuestra línea: incidencia política, proyectos o
personas contraparte africanas que denuncian injusticias, películas,
libros, medios que difundan esta mirada africana alternativa. En
2016, después de muchos años, hemos visto la necesidad de dedicar
los fondos recaudados a nuestro propio proyecto de comunicación, ya
que tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos, a la tecnología y a
los modernos medios de comunicación, creemos que es vital para poder
seguir en nuestra lucha, después ya, quien quiera escuchar, que
escuche.
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