viernes, 18 de agosto de 2017

Entrevista a IAS (Izquierda Asturiana)

Responde a la entrevista Faustino Zapico Álvarez.


1.¿Que es IAS (Izquierda Asturiana)?

Izquierda Asturiana (IAS) es una organización republicana socialista de obediencia asturiana que nace en 1992 desde un pequeño grupo de militantes desencantados con las organizaciones que había en aquel momento en el ámbito de la izquierda nacionalista. 


Celebramos nuestro primer congreso en 1995, donde aprobamos las Bases Constituyentes que marcan el eje central de nuestro proyecto político.


2. ¿IAS lucha por la III República Española?

IAS es un partido republicano y lucha por la república, en Asturies y en cualquier parte del mundo. Entendemos además que la república es mucho más que la ausencia de monarca, ya que conforma un conjunto de valores y principios que va mucho más allá de que la jefatura del estado sea vitalicia y hereditaria o no. En nuestras Bases Constituyentes tenemos a Pi i Margall como una de las fuentes de nuestro pensamiento, y eso no es casual: apostamos por un proceso de ruptura que traiga una serie de procesos constituyentes que confluyan en un nuevo marco político.


Nosotros somos republicanos de la república asturiana, y trabajaremos con todos los republicanos que estén dispuestos a hacerlo con nosotros, sobre la base de la coincidencia política. Por desgracia, vemos en buena parte del movimiento republicano más nostalgia y reivindicación de la II República que proyecto de futuro.

 
3. ¿IAS es una organización comunista?

No. La nuestra es una organización republicana socialista de obediencia asturiana. Muchos de nosotros procedemos de diferentes expresiones de la izquierda marxista, incluyendo la comunista, pero sería una impostura afirmar que IAS es comunista. En realidad, consideramos que tanto la socialdemocracia como el comunismo (entendiendo como tal la corriente política heredera de la II Internacional, no el modelo de sociedad) fracasaron en tanto que no fueron capaces de superar el capitalismo y construir una sociedad socialista perdurable en el tiempo.


Las razones que explican este fracaso son variadas, y en gran medida no son intrínsecas, pero entendemos que es necesario redefinir el proyecto socialista y con esa intención nació nuestro partido. Eso no quiere decir que en numerosos países los PCs o algunos partidos socialdemócratas dignos de ese nombre no estén jugando un papel positivo, pero creemos que el proyecto está aún por definir en gran medida y posiblemente tenga características diversas en función de la realidad nacional en la que se desarrolle.


4. ¿Qué simboliza actualmente la revolución de Asturias?

Simboliza muchas cosas, evidentemente, en función de la perspectiva desde la que hagamos la lectura. Para nosotros es un acontecimiento muy importante porque fue la demostración empírica de que el estado burgués podía ser barrido en cuestión de horas habiendo unas condiciones determinadas, que en Asturies sí se daban pero en otras partes del estado no. Es un ejemplo de revolución obrera “químicamente pura”, en el sentido de que tanto la fuerza de choque como la dirección política eran en su práctica totalidad obreros industriales. 


Es también un ejemplo de revolución de vanguardia compartida, unos cuarenta años antes de que se empezara a teorizar tal cosa. Y es también un ejemplo de las consecuencias que tiene desencadenar un proceso revolucionario de forma totalmente irresponsable, como hizo la dirección estatal del PSOE, sin prepararlo en condiciones. Hoy en día es un recordatorio incómodo, ya que las organizaciones que lideraron la revolución o bien tienen una influencia social mucho menor o bien defienden intereses de clase directamente opuestos, como es el caso del PSOE.


5. ¿Qué opináis sobre las independencias de Euskal Herria y Catalunya?

Nosotros apoyamos todos los procesos de autodeterminación, no solo el vasco o el catalán. Es una cuestión democrática elemental y además es conditio sine qua non para romper la estructura del régimen de la II Restauración. También creemos que un proceso de autodeterminación que solo busque convertirse en una estrella más de la UE es una parodia de independencia. Es pasar a depender de Bruselas y Berlín directamente, sin intermediarios en Madrid, pero eso no es soberanía y desde luego no es en beneficio de los pueblos.


Un proceso soberanista democrático debe servir para poner en cuestión todos los marcos de dominación, no solo el español. Por otro lado, es necesario plantear la viabilidad histórica de un estado nacional de tipo decimonónico en un mundo globalizado. Creemos que la soberanía de los pueblos habrá de desarrollarse en el marco de federaciones democráticas más que en estados débiles sometidos a las potencias imperialistas.


6. ¿Podemos esta llevando un nuevo rumbo en la izquierda española?

Sí. La cuestión es si eso es bueno o es malo. El punto de partida tenía elementos indudablemente positivos, en tanto que revolvió el avispero y obligó a buena parte de la izquierda a mirarse al espejo, pero creo que el proyecto de Podemos no plantea realmente una superación del régimen, por no hablar del sistema. Tiene toda la pinta de acabar siendo un neomelquiadismo, como en los tiempos de la I Restauración, cuando Melquiades Álvarez, un republicano asturiano cansado de no llegar al gobierno, decidió montar el Partido Reformista, un partido ni-ni (ni republicano ni monárquico) que acusaba a las fuerzas republicanas de inútiles y fracasadas. Al final, Melquiades acabó ayudando a sustentar el régimen monárquico hasta 1931, cuando todo el mundo desertaba de ese campo. Evidentemente, el contexto actual es distinto, pero hay elementos en común. Por otro lado, una estructura vertical basada en el culto a la personalidad no me parece una buena expresión de eso que llaman “nueva política”. El programa, ya de por sí bastante indefinido, fue rebajándose hasta niveles muy tibios. Todo eso se hizo con la excusa de que era necesario para ganar. Pues bien, no se ganó. ¿Y ahora? Al final, acabar pareciéndose al PSOE lleva a fortalecer al propio PSOE, que es un partido con raíces muy profundas y no tan fácil de desbancar como pensaba el grupo de Pablo Iglesias. Por otro lado, la fe europeísta que maneja Podemos contribuye inevitablemente a mantener el relato de la austeridad. Vender políticas antiausteridad y pretender permanecer en la moneda única y la UE es una fantasía. Al pueblo hay que decirle la verdad.


7. ¿IAS lucha por la unidad republicana?

IAS lucha por la coordinación entre todas las fuerzas republicanas sobre la base de un programa de mínimos y una estrategia. No vemos ni posible ni deseable un único partido republicano, y desde luego no vemos el republicanismo como un ejercicio de nostalgia de la II República, nostalgia de la que nosotros no participamos. El republicanismo es mucho más que eso.


8. ¿Creéis que se esta podemizando el PSOE?

No. Se está “psoizando” Podemos. La entrada del mismo en el gobierno de Castilla-La Mancha es un paso más en esa dirección. Al final es ejercer el papel de muleta, como ya hizo Izquierda Unida. La situación es un poco esquizofrénica. En Asturies Podemos es un ariete contra el PSOE, que aquí es la fuerza del régimen, mucho más que un PP débil, mientras que a nivel estatal los cantos de sirena hacia Pedro Sánchez son para sonrojarse. No es serio acusar a IU de ser la muleta del PSOE (cosa que fue en numerosas ocasiones, hasta el punto de gobernar juntos siete años) y al mismo tiempo pretender serlo a nivel estatal o serlo ya de hecho en Castilla-La Mancha. Creo que es un grave error y solo sirve para desmovilizar.


9.¿Qué fue la Xunta General Asturiana?

La Xunta Xeneral, o Junta General en castellano, es el parlamento asturiano. En su origen fue una institución oligárquica y representativa de los concejos asturianos, ya existente de forma ininterrumpida por lo menos desde el siglo XV y que en 1808 jugó un papel revolucionario al desencadenar la guerra contra Napoleón, como ya señalara Karl Marx en sus artículos sobre la revolución burguesa en España.


Disuelta en 1834, el actual parlamento asturiano recuperó el nombre histórico, pero poco más. La actual es infinitamente más servil que aquella que fue capaz de declararle la guerra a un imperio que dominaba Europa en nombre de menos de medio millón de asturianos.

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