Sergio Ortiz, secretario general del PL (Partido de la Liberación) de Argentina, periodista y miembro de MASCUBA (Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba).
1. ¿Qué opináis en el
PL sobre la China Popular y su papel en la actual geopolítica?
El
PL considera a China Popular como un país socialista, desde que Mao
Zedong la proclamó como tal el 1 de octubre de 1949 en la tribuna de
Tiananmen. Por supuesto, a lo largo de estos casi 68 años, se han
aplicado determinadas políticas, ciertas líneas o planes económicos
con diferencias entre una época y otra, pero sin afectar la esencia
del socialismo. El suyo es un gobierno de obreros y campesinos con
socialización de los medios de producción esenciales.
La política interna y
externa de China, con matices, reflejan su condición de socialista.
De allí que juega un papel positivo en la geopolítica, en la medida
que junto a otros gobiernos socialistas como Cuba, y con otros países
tercermundistas como Irán y Siria, y en general de los No Alineados,
por un lado, y junto a Rusia, han logrado entre todos romper con el
mundo unipolar que soñaron el imperialismo yanqui y sus socios
europeos después de la implosión de la ex URSS en diciembre de
1991.
2. ¿En China existe un
libre mercado?
No
en términos absolutos. En China hay un plan estatal quinquenal, con
fuerte intervención del Estado en la economía, las finanzas, la
infraestructura, el comercio exterior, la valoración de su moneda el
yuan, para no hablar de todo lo relacionado con la seguridad
nacional.
En ese marco, sí juega
un rol importante el mercado, para comprar y vender, invertir y crear
empresas privadas o mixtas o de asociación con capitales extranjeros
y aún extranjeras propiamente dichas.
El grueso de la economía
es estatal. En un seminario realizado en 2015 en la Universidad
Nacional de Córdoba con participación de la agencia Xinhua hubo
exposiciones de varios especialistas y doctores sobre la realidad de
China. Los expositores no eran comunistas sino profesores argentinos.
Y a uno de ellos, Gustavo Girado, que hace los postgrados en la
Universidad Nacional de Lanús, muy versado en China, le pregunté
sobre las proporciones en la economía. Me contestó: “el 70 por
ciento de la economía es estatal y el 30 por ciento privado; la
tierra es estatal igual que los bancos, y las compañías chinas que
salen al extranjero son estatales”. Girado acaba de publicar un
libro encomioso sobre ese país, titulado “¿Cómo lo hicieron los
chinos?.
O
sea que se da la concurrencia, no exenta de tensiones, entre el
Estado y el mercado, con el primero jugando el rol hegemónico y
directriz. De allí los reclamos del imperialismo y las amenazas de
la administración Trump, las exigencias de la Organización Mundial
de Comercio y ahora los nuevos chantajes de EEUU de perseguir
comercialmente a China.
Desde el punto de los
dogmas, puede objetarse tal modelo de socialismo con peculiaridades
chinas. Desde el punto del funcionamiento y los resultados
beneficiosos, dentro y fuera de China, hay poco para reprochar.
Por
otro lado, en ausencia de dogmas o libretos rígidos sobre cómo se
debe construir el socialismo en un país originalmente atrasado, como
era China, hay que admitir que está bien explorar estas vías
peculiares. Es lo que, con sus propios rasgos, hacen Cuba y Vietnam,
los otros dos países socialistas.
Quiero
agregar que a nosotros, del PL de Argentina, también nos ayudó esa
concepción del socialismo con peculiaridades chinas, en el sentido
que nos llevó a revalorar más la historia y la cultura nacional
argentina, el legado sanmartiniano y bolivariano de la Patria Grande
Latinoamericana, el antiimperialismo, el ALBA, etc.
3. China exporta
capital extranjero, se suele acusar a China de imperialista con este
argumento ¿Los países socialistas no exportan materias primas para
desarrollarse?
China no exporta “capital
extranjero”. China generalmente ofrece créditos ventajosos de sus
bancos, para obras en países extranjeros, que no es “exportar
capital extranjero”, es prestar capital chino con una tasa de
interés anual razonable donde ganan ambas partes (la teoría del
win-win).
Por
ejemplo, sus bancos prestaron 5.000 millones de dólares para
construir en la provincia de Santa Cruz dos centrales hidroeléctricas
que aumentarán en 10 por ciento la capacidad de generación
eléctrica en Argentina. Hubo una licitación internacional y ganó
una UTE o asociación entre una empresa china y la argentina
Electroingeniería. Si la obra se lleva a cabo -pues hubo y hay
fuertes presiones contrarias del gobierno de Macri y empresas de la
gran burguesía-habrá 5.000 nuevos empleos directos y 5.000
indirectos y aquel aumento de la generación eléctrica, para
abastecer pueblos e industrias.
hidroelectrica argentina |
China
exporta materias primas, pero también productos industriales y
servicios, y está en su derecho. Del mismo modo, compra al mundo lo
que necesita, generalmente materias primas, en el caso de Argentina
productos agrarios y mineros. No nos satisface ese intercambio,
porque no permite un desarrollo industrial abarcativo de nuestro
país, pero no es culpa de China sino de los sucesivos gobernantes
argentinos afectos al modelo extractivista, sojero y minero. No es
culpa de Beijing. Esto es particularmente cierto en el gobierno de
Macri, que plantea como su modelo ser “el supermercado del mundo”.
4. ¿Por qué China ha
aprobado las sanciones contra Corea del Norte?
La posición china nunca
fue contraria a Corea del Norte ni tampoco equidistante en el
conflicto en la península coreana. Basta recordar que un millón de
voluntarios del pueblo chino combatieron solidariamente en esa guerra
entre 1950-1953 y allí murió un hijo de Mao. Son pueblos hermanos
que vienen de una misma nación histórica y desde mediados del siglo
XX están unidos por la causa socialista.
Recientemente
la China de Xi Jinping ha ratificado la amistad con la Corea de Kim
Jon un, reclamando a ambas partes del conflicto que tengan moderación
y abran negociaciones pacíficas. En un momento dado la RPDC probó
misiles cuando le había ordenado la ONU que los suspendiera, eso dio
lugar a una sanción que China avaló o al menos no vetó. Pero
inmediatamente quedó claro cuál es su blanco, porque el canciller
chino y su presidente reclamaron a Rex Tillerson y Donald Trump que
aceptaran negociar con Corea y quitaran su escudo antimisiles THAAD
en Corea del Sur y dejaran de hacer sus ejercicios navales y aéreos
con Corea del Sur, ejercicios que actualmente están en curso.
5.
China va progresivamente eliminando la pobreza ¿Cuál ha sido la
receta de la RPCh para este proyecto?
Efectivamente China viene
logrando sus mayores éxitos en disminuir la pobreza. Según el Banco
Mundial sacó a 800 millones de personas de la pobreza en los últimos
20 años. Ningún otro país logró un éxito semejante, ni siquiera
en términos relativos, no digamos en números absolutos. Así el
gobierno de Xi ratificó que para el año 2020 logrará duplicar el
producto bruto interno, con lo que se alcanzará un nivel de vida
razonablemente próspero para todos sus habitantes. Y para 2049, en
el centenario de la revolución, el objetivo es llegar a ser un país
moderno, avanzado y con mayores ingresos para los chinos.
La
“receta” es la línea política que mencionábamos: mantener el
centro en la economía estatal, con mucha inversión productiva y en
ciencia y técnica, darle prioridad en los últimos años al mercado
interno sin descuidar la exportación y los mercados externos, elevar
el nivel cultural del pueblo, atraer la inversión extranjera en
condiciones de ganancias para ambas partes, copiar y crear
tecnología, etc.
Xi Jinping visita la pobreza en China |
Y un reaseguro político
que no se puede olvidar: el rol directriz del Partido Comunista de
China y del Ejército Popular de Liberación con 2 millones de
soldados bien unificados en políticas y mejor armados.
Por supuesto que China
no solamente toma en consideración a Cuba sino que presta mucha
atención a sus vínculos con Venezuela, Ecuador, Bolivia y demás
países latinoamericanos, con los que tiene mayor afinidad política,
y también con Brasil y Argentina, por razones comerciales.
Hay
gente que critica a China desde la “izquierda” pero debería
reflexionar a la luz de las campañas y amenazas del imperialismo en
su contra. EE UU ha dicho ya desde el año 1997 que el centro de la
disputa para asegurar un “siglo americano” es la región
Asia-Pacífico. Y que allí viene concentrando el 80 por ciento de su
fuerza militar. Obviamente que apuntan contra China. Tiran
políticamente contra Corea del Norte pero por elevación sus
misiles apuntan contra Beijing.
6. ¿Por qué EE.UU y
la UE acusan a China de "nuevo colonizador de África"?
Yo diría que “el
ladrón grita al ladrón”. China no comete en África los delitos
del imperialismo y del colonialismo, no esclaviza a nadie. Compra
productos de ese continente y les vende sus mercaderías. No invade
ni derroca gobiernos como el imperialismo en el Congo en los ‘60,
ni avala el apartheid de los sudafricanos hasta que llegó Nelson
Mandela. China no tiene bases militares en África sino una sola en
Yibouti, que protege las rutas marítimas de la piratería, nada más,
y por pedido de ese gobierno.
Es
al revés. China ayudó a establecer líneas férreas y trenes, para
el
primer ferrocarril eléctrico transfronterizo de África, que une
Addis Abeba en Etiopía con Yibouti, y que comenzó a operar en
octubre pasado. Esto redujo el tiempo de viaje entre los dos países
de siete días a sólo diez horas.
Además,
África está dentro de los continentes que serán parte de la nueva
Ruta de la Seda por vía terrestre y marítima, que es el gran plan
de China para enlazar a 60 países o más, que implican al 30 por
ciento del producto bruto mundial. Yo no veo allí imperialismo sino
ayuda y negocios con el Tercer Mundo, de beneficio recíproco.
7. ¿Se realizó alguna
reforma agraria en China a pesar del fracaso del gran salto adelante?
Una
cosa fue la reforma agraria de China, que se hizo y se avanzó hacia
las cooperativas y comunas. Desde 1978 en adelante eso tuvo cambios
en detrimento de la socialización y a favor del enriquecimiento de
los campesinos, según la línea de Den Xiaoping. De todos modos la
tierra sigue siendo del Estado, de todos, pero en la práctica son
los colectivos campesinos los que siembran y cosechan y se quedan con
buena parte del producto, entregando al Estado otra parte del
producto a un precio convenido, o su equivalente en impuestos.
Otra cosa fue el “gran
salto adelante”, de industrializar el país de rompe y raja, donde
hubo quizás idealismo y planes no basados en la realidad. De todos
modos, el objetivo de una China como potencia industrial se consiguió
más tarde, con otras políticas. Hoy la industria china está en la
punta del mundo. Y su economía es la segunda del orbe, o la primera,
según cómo se midan las distintas variables. El gran salto fue
dado, aunque para ello debieron dar algún paso atrás y usar una
garrocha (el mercado y reformas no previstas en los años ‘60).
8. ¿Es verdad lo que
dice occidente de China protege a empresarios corruptos?
Falso. Una prioridad del
gobierno chino actual de Xi Jinping, como el anterior de Hu jintao y
su predecesor Jiang Zemin es combatir la corrupción, tanto a nivel
de empresarios como del mismo partido y Estado chino. Es un alto
objetivo del XVIII Congreso nacional del PCCH y del próximo que
harán este año.
Muchos
funcionarios han sido apartados, expulsados y enjuiciados, también
condenados, por causas de corrupción. En diciembre de 2016 se leía
en “Análisis
de Xinhua: Campaña de frugalidad frena corrupción y gana
popularidad en China” (Spanish.xinhuanet.com 2016-12-05): “De
acuerdo con el órgano anticorrupción del Partido Comunista de China
(PCCh), en los cuatro años pasados cerca de 200.000 miembros del
Partido y del gobierno han sido castigados por violar las reglas,
muchos de los cuales ocupaban altos cargos”.
9. ¿Todavía existen
colectivos maoístas en China?
El PCCH sigue teniendo a
Mao como el gran presidente y líder o gran timonel, y el pueblo
chino sigue teniendo como lugar de culto laico la visita a su tumba
en Tian Anmen y también a su aldea natal.
Otra cosa es que una vez
consolidada la revolución socialista que dirigió Mao, ya por el
fin de los años ‘70 la orientación pragmática de Deng fue la que
se siguió en los planes de gobierno. No es poca cosa tener que
asegurar comida y subsistencia a 1.370 millones de personas, casi el
20 por ciento de la población mundial, con el 12 por ciento de las
tierras cultivables del planeta.
Aunque no sea con las
consignas maoístas sesentistas, los chinos están preocupados por
atender a las necesidades del pueblo; siguen el principio de servir
al pueblo de aquel líder.
Por supuesto que ellos
seguramente estarán atentos a la lucha de clases y la lucha de
líneas al interior del partido y el Estado, que nunca cesa. Saben
que derrotaron al intento de restauración capitalista cuando
reprimieron el motín contrarrevolucionario en Tiananmen, en junio de
1989 (gran diferencia con lo ocurrido en Alemania del Este pocos
meses después). Pero en la etapa de transición socialista, que dura
largo tiempo, no se puede relajar la lucha de clases y la dictadura
del proletariado, sino puede pasar lo que en la URSS.
Y China tiene que estar
atenta a esa lucha de clases, máxime cuando se abre al capital
extranjero, que inevitablemente lleva las lacras del capital, la
corrupción, el narcotráfico, el lavado de dinero. No hacer reformas
y no abrirse al capital extranjero para un país socialista puede ser
morir de inanición y de frío; pero abrirse a ese capital y bajar la
guardia puede ser morirse en la hoguera del capitalismo. Por suerte
los chinos están atentos a esas posibles desviaciones y hasta ahora
han tenido una línea socialista.
10. ¿Cuáles son
relaciones en China Popular y Cuba socialista?
Entre
China y Cuba hubo distintas relaciones según los años. Al comienzo
de ambas revoluciones hubo gran sintonía y ayuda mutua, a pesar de
las distancias geográficas. Era el tiempo en que el Che Guevara fue
a China y fue recibido por Mao. Luego hubo años de relativo
alejamiento a raíz del conflicto ideológico de China con los
dirigentes soviéticos del PCUS, cuando Fidel Castro tomó partido
por Moscú. En los últimos veinticinco o treinta años ese vínculo
se restableció al mejor nivel, con ayuda y aprendizaje recíproco.
Hoy son dos partidos y dos gobiernos hermanos.
11. ¿China ayuda de
alguna forma al movimiento obrero?
No
conozco en detalle eso. Creo que ayuda en el sentido de que el
movimiento obrero en Argentina y el resto del mundo puede ver que el
capitalismo y el imperialismo, si bien gobiernan en la mayor parte
del mundo, no dictan la ley en todo el planeta. Que hay un país
fuerte y grande, con mucha influencia internacional, China, que es un
obstáculo a aquel plan de hegemonismo mundial que afecta a la paz
internacional. Es una ayuda espiritual o político-ideológica. En
algunos casos, como el del tren en África que te comentaba, la ayuda
también es material o técnica, porque China entrena a los obreros y
trabajadores africanos que tienen que conducir esos trenes.
Para
mí la mayor ayuda que pueden dar los chinos a los obreros y al mundo
es ayudar a frenar y derrotar los planes de dominación y guerras de
Trump y el imperialismo.
12. Has ido a China
tres veces ¿Qué te han parecido las experiencias?
Bueno, en realidad fui tres veces pero ya hace tiempo. La primera vez en 1983, la segunda en
1984 y la tercera en 1990, por invitaciones del Departamento
Internacional del Comité Central del PCCh.
Lo
que más llamaba la atención era el impresionante crecimiento de la
economía y la construcción de edificios, rutas, puertos, avenidas
de circunvalación, etc, con las grúas de la construcción elevándose
al cielo, sin parar día y noche. Ahora se están viendo los frutos
de ese avance económico que por supuesto agudizó los efectos de la
contaminación, pero en este tema sé que China está aplicando
correctivos y cumpliendo con las metas acordadas en las conferencias
del Cambio Climático, las últimas en París y Marruecos, al revés
de EE UU.
También
impresionaba la organización política de esa nación, su
disciplina, su contracción al trabajo, la honra de sus mártires, el
apego a su cultura milenaria y su orgullo nacional. La revolución
socialista dirigida por Mao y el PCCh logró despertar al gigante
dormido de Asia, ese al que tanto temía Napoleón cuando pedía a
las potencias de su época no despertarlo. Bueno, se despertó por
esas luchas campesinas dirigidas por el partido del proletariado y
sigue despierto hoy, en grado de una fuerte potencia socialista.
No
sólo por su segundo lugar en la economía mundial y sus dos millones
de soldados sino también por el avance de su ciencia y tecnología,
que se evidencia en haber sido el tercer país en colocar al hombre
en el espacio. Eso es extraordinario, partiendo de la base retrasada
con 600 millones de habitantes con que arrancó el socialismo en
1949, de los que la mayoría eran campesinos analfabetos y
semianalfabetos.
En
mis tres viajes por ciudades importantes y por el interior siempre
busqué y miré para saber si había gente que viviera en situación
de calle, como en la mayoría de las ciudades argentinas. Y ví a muy
poquitos; sí vi a gente humilde y pobre, que por lo que el propio
Banco Mundial admitió, luego fue sacada de la pobreza.
A
un amigo mío que viajó el año pasado a China le pregunté si había
visto gente viviendo en las calles. Me dijo que en su largo viaje y
muchos días allí él había contado solamente 12 personas. Esos son
logros del socialismo, de avanzar en mejorar las condiciones de vida
de la población.
Espero
que pronto podamos ir a China nuevamente y conocer y estudiar en el
lugar, actualizadamente, la situación de ese país socialista, y
poder sacar nuevas conclusiones sobre China y la realidad
internacional, los modelos socialistas, sus avances y
contradicciones. Lo que ocurra con China tiene un grandísimo impacto
internacional y hay que estar atentos a su próximo XIX Congreso
Nacional del PCCh.
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