- ¿De dónde nace UP (Unión Proletaria)?
Unión
Proletaria es el nombre que adopta la organización Movimiento
Anti-Imperialista (MAI) en 2005, después de que la anterior
dirección se viera desautorizada por la mayoría de la militancia y
optara por escindirse para seguir su deriva sectaria. Hicimos un
balance autocrítico de nuestra trayectoria anterior, desde que
rompimos con el revisionismo dominante en el PCPE y formamos una
organización independiente. Fuimos desmontando todas las
innovaciones teóricas -desde la "tesis de reconstitución"
hasta la "nueva orientación"- que se oponían a la
concepción del mundo del marxismo-leninismo y recuperamos a ésta en
su plenitud para poder avanzar hacia nuestro objetivo original: la
reconstitución de un Partido Comunista capaz de conducir a la clase
obrera a la revolución socialista en España.
El
nombre que nos dimos es toda una declaración de intenciones en
relación con nuestra etapa anterior. Así, sigue siendo nuestro
cometido principal el combate teórico por los principios
revolucionarios y contra el revisionismo, pero lo hacemos junto con
la práctica del movimiento obrero y al servicio de ésta. Unir más
y más al proletariado, y al pueblo en torno a él, contra la
burguesía es lo que permite conquistar posiciones parciales en las
que pueda ir materializándose y fructificando la teoría
marxista-leninista. Sin este proceso acumulativo, no puede haber
salto cualitativo, ni el de la reconstitución de un partido
revolucionario de masas, ni el de la propia revolución social.
El
movimiento obrero seguirá prisionero de los límites que le imponen
los capitalistas si no vamos recuperando la teoría revolucionaria y
se la aportamos. Y, a la inversa, si los intelectuales
revolucionarios no se incorporan al movimiento obrero, su trabajo
teórico se verá limitado y deformado por los prejuicios
pequeñoburgueses asociados a su formación y a su separación de las
condiciones de vida de los obreros.
2. ¿Qué
son los procesos de unidad?
La
unidad de la clase obrera es necesidad primordial para realizar la
revolución socialista. Una masa obrera dividida y confusa como la
que prevalece en la actualidad no puede constituirse en clase para
vencer a la burguesía. En la práctica, comprobamos como su unidad
resurge hasta cierto grado a cada nuevo ataque por parte de la clase
capitalista. Pero esta unidad no va a más y no se mantiene mucho
tiempo, porque los obreros más conscientes, su vanguardia, carecen
de la firmeza teórica y práctica suficiente para conquistar la
dirección del movimiento de masas y para infundírsela al mismo.
Necesitamos, pues, la unidad teórica y práctica de la vanguardia
proletaria. Cuando nos preguntas por los procesos de unidad,
suponemos que te refieres a esta unidad, a la unidad de los
comunistas.
Existe
una relación dialéctica entre la unidad de la clase obrera y la
unidad de los comunistas, porque también la hay entre la división y
la confusión del conjunto de la clase y las de su parte más
avanzada. Cuando Unión Proletaria salió a la palestra, se encontró
con unos movimientos de masas en ascenso y unas organizaciones
comunistas que iban corrigiendo sus errores históricos. Nuestro caso
no era excepcional, sino que venía marcado por el signo de los
tiempos: se reanudaba la lucha por el progreso social después de la
profunda depresión producida por la derrota del campo socialista y
la bacanal anticomunista de la burguesía.
Unión
Proletaria invirtió entonces sus mayores esfuerzos en la lucha por
la unidad obrera, popular y comunista apoyándose en las
circunstancias objetivas favorables. Y lo hizo aun al precio de su
propia existencia independiente. En esos años, fuimos blanco de las
críticas de los "izquierdistas" que no tenían en cuenta
este aspecto de la realidad y que solamente veían el problema de la
pureza de la ideología. Nuestra decisión táctica no era novedosa,
pues tenía numerosos precedentes en la historia del movimiento
obrero y comunista internacional: desde la creación de la AIT hasta
la formación de frente populares antifascistas, pasando por la NEP
en la URSS.
Ahora
que el decenio de flujo de la lucha de clases ha concluido,
constatamos que éste ha sido menos consistente de lo que parecía.
Las desviaciones históricas de las organizaciones comunistas
aguantaron y no ha sido posible sintetizar las experiencias
revolucionarias del pasado en un desarrollo del marxismo-leninismo a
la altura de la nueva ola de revoluciones proletarias que presagian
las crecientes contradicciones del capitalismo.
Ahora
nos toca aprender de la experiencia (con urgencia, pues los
conflictos entre nuestros enemigos se agudizan), valorar hasta qué
punto hemos arriesgado en exceso en la aplicación de nuestra táctica
de unidad y reforzar el frente teórico de la lucha proletaria.
Concretamente, debemos priorizar la crítica de los atajos con que la
pequeña burguesía democrática busca seducir a las masas obreras
para desviarlas de una consecuente lucha de clase, contraponiéndole
la explicación de cómo pudieron progresar en el pasado por el
camino de la Revolución de Octubre y del bolchevismo.
- Para vosotros ¿Qué es reconstruir el partido comunista?
Para
Unión Proletaria, reconstruir el partido comunista exige tener la
mayor conciencia sobre lo que significa este objetivo y sobre lo que
nos separa de él. El partido comunista es la unión del socialismo
científico con el movimiento obrero. Sólo con un partido así, es
posible vencer a la burguesía. Dicho de otro modo, toda organización
que se aparte de los principios del marxismo-leninismo y que no forme
parte efectiva del movimiento obrero es una organización comunista
por cuanto aspira al comunismo (de manera inconsecuente), pero no es
todavía un partido comunista. Nos parece obvio deducir que, en
España, no existe tal partido comunista. Trabajar por la
reconstitución del partido comunista exige restablecer el
marxismo-leninismo en su integridad frente a todo oportunismo y todo
revisionismo. Y exige hacerlo llevando el marxismo-leninismo a la
clase obrera en las tres grandes formas de lucha de ésta, como
dijera Engels: sindical, política y teórica. En esto consistirá
nuestra actividad y a ella convocamos a las demás organizaciones
comunistas para poder forjar nuestra unidad en un verdadero partido
comunista.
4. ¿Qué
relación tenía UP con el PTE (Partido de los Trabajadores de
España)?
Con
el PTE, al igual que con otras organizaciones comunistas, Unión
Proletaria tuvo reuniones dirigidas a desarrollar la unidad de acción
y alcanzar la unidad orgánica. Ambas organizaciones, junto al
Colectivo Comunista 27 de Septiembre conformamos una Coordinación de
Unidad Comunista mediante la que intervinimos conjuntamente en las
movilizaciones obreras y populares.
Sentimos
mucho respeto y admiración por el trabajo de masas que realizó el
PTE a lo largo de los años 70. Fue el exponente del movimiento
anti-revisionista que alcanzó una mayor dimensión de masas en su
trabajo político, tanto a la hora de organizarlas como de obtener de
ellas un respaldo electoral a su actividad. Al trabajar
conjuntamente, pudimos comprobar las simpatías que su bandera
suscitaba en todas las manifestaciones entre las gentes que habían
vivido su juventud en aquellos años.
5. ¿Con
qué otros partidos comunistas habéis entablado conversaciones?
Anteriormente,
tuvimos un par de conversaciones con camaradas de Corriente Roja,
pero no mostraron interés por resolver nuestras diferencias
ideológicas y políticas, sino únicamente por trabajar
conjuntamente por las reivindicaciones inmediatas de las masas. Así
que no hubo más que coincidencias en las luchas inmediatas, unas
veces compartiendo la orientación y otras discrepando, pero no
quisieron desarrollar el debate de estas discrepancias, ni privada ni
públicamente.
También
tuvimos una relación intensa con el PCE(m-l) durante más de dos
años, con interés de ambas partes por tratar las cuestiones de
principios y por alcanzar la unidad orgánica.
Más
tarde, sellamos la unidad con el Partido Comunista de los Pueblos de
España, bajo las siglas de éste y sobre la base del acuerdo con las
resoluciones de su IX Congreso. Este partido había denunciado el
viraje revisionista de Jruschov y, con ello, implícitamente, las
desviaciones reformistas que arrastraba desde su fundación en 1984.
En su lugar, ensalzaba el camino proletario del bolchevismo y se
desmarcaba de su anterior aproximación al independentismo
pequeñoburgués.
Conferencia de unidad comunista con PCPE y UP |
Sin embargo, con los acontecimientos externos que sucedieron y con nuestra participación en la vida interna del PCPE, fuimos comprobando amargamente que los dirigentes de este partido no pretendían enraizar su política en el marxismo-leninismo ortodoxo, como nos parecía, sino que habían dado un bandazo hacia el "izquierdismo". No querían aplicar los principios generales defendidos por Lenin en su obra "La enfermedad infantil del 'izquierdismo' en el comunismo". Y esta posición equivocada se encontraba reforzada por una exigencia orgánica de cerrar filas alrededor de su autoridad "histórica" (a fin de cuentas, la del revisionismo contemporáneo), en vez de promover la búsqueda de la verdad sobre la base de la teoría marxista-leninista, en vez de respetar el hecho de que la organización ya no debía ser la de antes sino la resultante de un proceso de unidad que debía asumir los aciertos y desechar los defectos de cada una de las partes.
Al
fracasar esta unidad, formamos el Partido del Trabajo Democrático
con la Unión de Juventudes Comunistas-Madrid y los ex-Colectivos de
Jóvenes Comunistas de Castilla-La Mancha. Formalmente, las tres
organizaciones estábamos de acuerdo en encaminarnos hacia la
reconstitución del partido comunista mediante una firmeza de
principios y una flexibilidad táctica. Tanto UJC-M como UP nos
habíamos enfrentado al revisionismo de derecha y al revisionismo de
"izquierda".
En este último caso, había sido dentro del
mismo partido (PCPE-CJC) y al mismo tiempo. Sin embargo, la práctica
mostró que nuestra concepción de los principios revolucionarios y
de la lucha por defenderlos frente al revisionismo era muy diferente.
Para los dirigentes de la UJC-M, lo prioritario es alcanzar éxitos
prácticos inmediatos aprovechando las oportunidades objetivas,
mientras que, para nosotros, lo más importante es la clarificación
ideológica que debe presidir el trabajo político con los obreros.
Ir detrás de los acontecimientos (los cuales marcarían la agenda de
los comunistas) o clarificar los principios para tener claro qué
llevarle a las masas planificadamente; política oportunista o
política de principios, tal era el dilema que ellos zanjaron
expulsándonos del PTD (según lo acordado, la unificación se
hallaba en un proceso que se culminaría en un congreso y, si no
prosperaba, cada organización recuperaría para sí lo que había
aportado a la unidad: UJC-M recuperó así la sigla PTD).
6. ¿Cómo
fue vuestro debate con los camaradas del PCE(ml)?
De
los procesos de unidad que hemos vivido, ha sido el que tuvo menos
recorrido, pero donde más claridad, sinceridad o quizás conciencia
de la realidad hemos encontrado en la otra parte. También nosotros
fuimos sinceros y, como requisito previo a acordar la unificación,
les pedimos debatir, en un encuentro más o menos amplio de camaradas
de ambas organizaciones, las diferencias que teníamos con su línea
política: sigue habiendo países socialistas aunque su dirección
adopte una política de repliegue o incluso revisionista; no hace
falta esperar a conquistar la república para luchar abiertamente por
la revolución socialista; y la unidad de los comunistas es hoy
posible a condición de reevaluar las experiencias históricas que
divergieron, sobre la base del marxismo-leninismo y a la luz de los
resultados prácticos. Los dirigentes del PCE(m-l) accedieron a
nuestra petición pero, en cuanto leyeron las opiniones que les dimos
por escrito, cancelaron dicho encuentro y nuestra relación bilateral
se fue deteriorando hasta casi desaparecer.
7. ¿Optáis
por el sindicalismo como forma de lucha?
Por
supuesto. La lucha sindical o de resistencia económica es una de las
grandes formas que adopta la lucha de clase del proletariado y por la
que amplias masas de éste desarrollan su conciencia y organización
como clase. Sin embargo, es por sí sola incapaz de alcanzar este
objetivo: hace falta el concurso simultáneo de la lucha teórica y
de la lucha política, ante todo de la lucha por organizar su partido
revolucionario, el partido comunista. Toda la cuestión consiste en
que los comunistas desenvolvamos esas tres formas de la lucha
principalmente en el medio proletario, con el objetivo inmediato de
reunir y organizar en este partido a los individuos más conscientes
y dispuestos a completar tal labor hasta acercar el momento de la
revolución socialista.
8. ¿Con
que países mostráis solidaridad internacionalista?
Promovemos
la solidaridad con todos los países socialistas, cualquiera que sea
su nivel de desarrollo y la orientación política de su dirección,
así como con los Estados que se defienden de las agresiones
imperialistas.
Consideramos
necesario defender a China, Cuba, Corea, Vietnam y Laos, defendiendo
las insidias burguesas y explicando a las masas los grandes progresos
populares de estos Estados –inalcanzables bajo el capitalismo y la
dominación imperialista-, alcanzados a pesar del atraso económico
con que empezaron y de la continua hostilidad que sufren desde el
exterior.
No
somos indiferentes a la lucha que se libra en ellos entre revolución
y contrarrevolución, entre marxismo-leninismo y revisionismo, y
sostenemos la primera de dichas tendencias. Pero respetamos la
independencia y la capacidad del proletariado de esos países para
fijar la mejor política posible en cada momento. Asimismo,
consideramos que los comunistas de otros países tenemos derecho a
opinar con sentido de la responsabilidad para con la causa obrera
internacional, pero no a dar lecciones, sobre todo mientras no seamos
capaces de hacer progresar esta causa en nuestros propios países.
9. ¿Cuál
es vuestra posición hacia la guerra en Siria?
Siria
es el caso de un Estado que se defiende de una agresión imperialista
y, por tanto, el movimiento obrero y toda la democracia genuina
debemos posicionarnos de su parte. No es el proletariado el que allí
detenta el poder político, por lo que la rebelión del mismo sería
justa siempre que fuera realmente la suya y no la de unos títeres
del imperialismo que instrumentalizan las protestas populares. Y esto
último es lo que ocurre en Siria desde hace varios años.
En
la época del imperialismo, la contradicción de la que depende
inmediatamente el progreso social no siempre es la contradicción
interna que opone a explotados y explotadores. En ciertas
circunstancias como las que vive Siria, el progreso de este país
oprimido no será posible si no derrota el ataque directo e indirecto
que sufre de parte de las potencias occidentales.
En cambio, la intervención de las tropas rusas y de otros países contra los agresores tiene una naturaleza positiva por cuanto ha sido solicitada por el gobierno y apoyada por las fuerzas internas que luchan por repeler la agresión.
En
general, el proletariado consciente debe adoptar una actitud
derrotista del gobierno de su propio país si está en condiciones de
vencer a la reacción interna y externa, pero no para entregar su
país a la opresión extranjera, traicionando así a su pueblo. Luego
de derrotar la intervención exterior, la alianza de las fuerzas
patrióticas podrá mantenerse mientras sirva para favorecer el
desarrollo de las fuerzas productivas y la mayor libertad para el
movimiento obrero y la democracia. De lo contrario, se convertiría
en una traición a las masas populares.
10. ¿Consideráis
que China está haciendo un proceso de transformación de
capitalismo a socialismo?
La
República Popular China se creó en 1949, partiendo de unas
condiciones de atraso y de devastación bélica y colonial. Lo que ha
conseguido desde entonces en términos de dignidad nacional y de
mejoramiento de las condiciones de vida de las masas, sin explotar a
otros pueblos, no tiene parangón en la historia.
Cuando
se liberó de las garras de las potencias coloniales, tomó el camino
del socialismo y de la alianza con la Unión Soviética. Esta
decisión le atrajo la enemistad de los países económicamente más
poderosos. A los pocos años, la URSS tomó un rumbo revisionista y,
al no obtener el apoyo de China a este viraje, le retiró su ayuda
económica. Desde entonces, el desarrollo de la lucha de clase en el
país más poblado del mundo se ha visto lastrado por el escaso
desarrollo de sus fuerzas productivas. En los últimos decenios, ha
conseguido ser una de las primeras economías del mundo en términos
absolutos, pero no en riqueza por habitante.
Su
dirección política, el Partido Comunista de China, ha optado por
desarrollar el país recurriendo cada vez más a métodos
capitalistas. No obstante, el capitalismo no está plenamente
implantado ni se desarrolla libremente sobre su propia base. Y su
política exterior no se corresponde con la agresividad propia de los
Estados imperialistas que promueven así los intereses de sus
capitalistas monopolistas en el exterior. Al contrario, está sacando
de la pobreza a cientos de millones de trabajadores y ayuda a los
demás países socialistas y a otros Estados a desarrollarse
soberanamente, rechazando bloqueos y embargos decretados por las
grandes potencias.
Las
reformas mercantiles y capitalistas agudizan ciertamente las
contradicciones con la clase obrera y en el seno del gobierno chino.
Pero confiamos en que los comunistas de este país sabrán aprovechar
su enorme experiencia para vencer las dificultades presentes.
Mientras el comunismo no triunfe en todo el planeta -o, al menos, en
los países más poderosos- no podrá darse por definitiva ninguna
revolución ni contrarrevolución. Entre tanto, vivimos en la época
del imperialismo y de la revolución proletaria mundial: cualquier
país puede bascular en un sentido o en otro. Que vuelva a prevalecer
la tendencia a la revolución depende de que seamos capaces de
resolver la crisis sin precedentes que atraviesa el movimiento obrero
internacional y el marxismo-leninismo como su expresión más
consciente. Es una tarea que completaremos los comunistas de todos
los países, con nuestra unidad y nuestra lucha.
11. ¿Cuál
es vuestra relación con la AAHS (Asociación de Amistad Hispano
Soviética)?
Se
trata de una asociación cultural que promueve la difusión de los
logros de la URSS y de los demás países socialistas. En este
sentido, su labor es muy útil a la reconstitución del Partido
Comunista, que es el objetivo de Unión Proletaria. Pero este
objetivo entraña otras muchas tareas que desbordan la competencia de
cualquier asociación cultural.
12. Se
cumplen ya 100 años de la revolución socialista de 1917 en Rusia
¿Tenéis pensado algún trabajo sobre el tema?
Se
trata de una celebración importante para todos los comunistas del
mundo. Apoyaremos todas las iniciativas posibles, trataremos
razonadamente nuestras divergencias y difundiremos el significado de
la Revolución de Octubre que, para Unión Proletaria, pone en primer
término la necesidad de un partido comunista marxista-leninista, es
decir, un partido que reúna las características explicadas por
Stalin en la conclusión de “Historia del Partido Comunista
(bolchevique) de la URSS”.
13. En
uno de vuestros artículos se habla de patriotismo revolucionario y
nacional chovinismo ¿Se puede recuperar el concepto de "patria
o muerte" en la izquierda española y en el MCE (Movimiento
Comunista Español)?
Se
puede y se acabará haciendo, como ya hizo el partido comunista en la
guerra nacional-revolucionaria de 1936-39. El internacionalismo
proletario no tiene nada que ver con el nihilismo nacional ni con el
cosmopolitismo. Pero, para recuperar el significado coherente del
patriotismo tras su usurpación por el franquismo (el cual violentó
la voluntad de la patria con la ayuda militar de Italia y Alemania, y
sobrevivió a la derrota de éstas vendiendo a los yanquis la patria
a trozos), hará falta un enorme esfuerzo de explicación, de lucha
por satisfacer las necesidades inmediatas de las masas obreras y
populares, y de educación de las mismas en los objetivos
estratégicos revolucionarios. Hoy en día, no se puede situar
todavía como consigna, pues se entendería en un sentido de
exclusivismo nacional o incluso de chovinismo fascista.
14. ¿Sois
feministas, si, no y por qué?
Como
comunistas, defendemos la plena igualdad social de mujeres y hombres.
Esto supone el apoyo a diversas reivindicaciones particulares, a la
vez que la lucha revolucionaria por suprimir la base histórica
material en que se han asentado milenios de opresión de las mujeres:
la propiedad privada que convirtió en antagonismo la división
natural del trabajo entre sexos. El capitalismo engendra la última
forma histórica de propiedad privada y no puede ser suprimida más
que por la lucha de la clase proletaria contra la clase burguesa. El
proletariado formado por hombres y mujeres no puede liberarse sin
asumir la tarea de liberar a la humanidad de toda división opresiva.
En
la medida en que el feminismo es compatible con esta misión
histórica, lo asumimos. No así, si con él se pretende introducir
un factor de antagonismo en el seno de la clase obrera y someter a la
mujer obrera a la dirección teórica y práctica de la mujer
burguesa.
15. ¿Qué
opináis acerca de Podemos?
Podemos
es un partido pequeñoburgués que surge con la profundización de la
crisis general del capitalismo, al verse proletarizadas amplias capas
medias que anteriormente tenían mayor independencia profesional o
posiciones de mando sobre la masa obrera. Es un partido que, en
principio, se enmarca en el campo democrático de las clases
populares frente a la oligarquía financiera. Pero su naturaleza de
clase le hace vacilar en esta confrontación y circunscribirse al
reformismo y al parlamentarismo burgués. En cuanto a su base
ideológica, el diagnóstico es peor pues la misma se sitúa en el
posmodernismo que es donde confluyen el reaccionarismo de la pequeña
burguesía con el reaccionarismo del capital monopolista. En este
sentido, su cercanía de las masas obreras convierte a Podemos en un
vehículo de influencia de la burguesía más reaccionaria.
A
pesar de ello, es hoy por hoy una de las organizaciones más
representativas de las reivindicaciones democráticas y progresistas
de la clase obrera y del pueblo, dada la debilidad de las
organizaciones comunistas. El apoyo puntual y condicionado a los
demócratas pequeñoburgueses tiene sentido para los intereses de la
clase obrera en el ámbito defensivo frente a los planes de la
oligarquía financiera, pero los comunistas no podemos caer en el
posibilismo, que nos llevaría irremisiblemente al reformismo. La
clase obrera está desamparada, actualmente sigue a la democracia
pequeñoburguesa, o a quien aparente defender sus intereses
concretos, porque no existe su partido político que identifique y
propague sus intereses reales. Por eso, la tarea fundamental de los
comunistas es la reconstitución del partido de la clase obrera, del
Partido Comunista, firmemente cimentado en el marxismo-leninismo,
como única teoría revolucionaria. A partir de ahí, es posible la
independencia política de la clase obrera y su unidad hacia la
revolución socialista.
16. ¿Puede
llegar a haber comunistas que apoyen esta organización
socialdemócrata?
Uno
se divide en dos, dice la dialéctica. A Podemos, los comunistas
tenemos que apoyarla y combatirla, según en qué circunstancias. En
toda lucha, hay que aceptar aliados inestables, sobre todo cuando no
se puede librar dicha lucha, y menos ganarla, sin contar con ellos.
Hay que apoyar a Podemos en todos los casos en que este partido
comparta las reivindicaciones de las masas. Y hay que denunciarlo
cuando se aparte de esas reivindicaciones para congraciarse con la
oligarquía.
Los comunistas que sólo saben apoyar a Podemos se
equivocan tanto como los que sólo lo critican. Hay millones de
proletarios que siguen a Unidos Podemos: con unidad y crítica
podremos ganarlos para el partido comunista, para la causa de la
revolución socialista proletaria. ¿Cómo más exactamente? Lenin
escribió un magistral manual de teoría y táctica que nos enseña
cómo conseguirlo: “La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’
en el comunismo”. Estudiémoslo en serio.
17. Los
comunistas, revindicamos una república de carácter socialista ¿Entra la unidad popular dentro de esta nueva república en
la clase trabajadora española? Algunos afirman que eso es solo
"españolismo".
Los
marxistas siempre hemos luchado por la revolución apoyando las
reivindicaciones inmediatas de las masas. La república democrática
es la síntesis de estas reivindicaciones particulares cuando todavía
no son capaces de asumir que sólo la dictadura del proletariado
permitirá su realización. Hay que luchar por los objetivos
estratégicos a la vez que por los objetivos inmediatos, por la
revolución a la vez que por la república. Son luchas simultáneas
pero distintas: la primera se libra por medio de la propaganda y la
segunda, por medio de la agitación y la unidad de acción. Así,
hasta que las masas comprendan que la plena realización de la
república democrática exige la conquista del poder por la clase
obrera. En
cuanto a la república española que corresponde a las necesidades de
la clase obrera, se trata de una república democrática respetuosa
del derecho a la autodeterminación de las nacionalidades, es decir,
del derecho de éstas a separarse de España. No queremos una unión
forzosa porque anhelamos la libertad y porque una unión así sería
demasiado débil para vencer en la lucha por la libertad. El apoyo de
grandes masas al separatismo actual es precisamente el resultado de
forzar la unidad y de negar las identidades nacionales. La libre
unión de los pueblos no supone debilidad y desmembramiento, sino
fortaleza frente a los enemigos de la libertad. Así se vio en la
Unión Soviética y durante la guerra civil española.
18. ¿Cómo
han afectado las últimas reformas laborales a la clase trabajadora
española y como se posiciona UP frente a estas reformas?
Las
reformas laborales forman parte de la regresión legislativa que la
burguesía necesita y puede acometer. La necesita para contrarrestar
la caída de la tasa de ganancia lastrada por la crisis estructural
del capitalismo. Y se la puede permitir porque la conciencia y la
organización proletarias han retrocedido mucho en los últimos
decenios. Ya no tiene que contrarrestar el vivo ejemplo de una
sociedad socialista dirigida por los propios trabajadores y, por
tanto, puede recuperar las concesiones que se vio obligada a hacer a
los obreros del Occidente desarrollado.
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