Antonio Torres nació en Málaga, en 1975, Licenciado en Filología Inglesa por la UMA. Ha militado en organizaciones comunistas y soberanistas andaluzas de izquierdas e, igualmente, en movimientos sociales y populares de Málaga. Fue miembro fundador de la organización juvenil independentista andaluza Jaleo y miembro de la dirección nacional del SAT de 2011 a 2020.
1. ¿Por qué te metiste en el andalucismo?
Bueno, porque empecé en un primer momento a intuir y a percibir que las clases y la lucha de clases se presentaban de forma diferente aquí, en Andalucía, a como se presentaban en otros lugares, además, en un plano más social y, sobre todo, cultural, empecé a cuestionarme todos los complejos y los sentimientos de inferioridad que el nacionalismo español ha difundido sobre los andaluces y andaluzas y sobre Andalucía en general, en definitiva, empecé a cuestionarme el “habláis mal”, el “no tenéis Historia”, el “sois una prolongación de Castilla”, etc. Estas cuestiones evidentemente también están relacionadas con la particular estructura y lucha de clases desarrollada históricamente en Andalucía, pero esa es una cuestión más larga de explicar.
Aclarar que cuando empecé a militar a principios y mediados de los 90, el término “andalucista” o “andalucismo” estaba muy mal visto, al relacionarse con el desaparecido Partido Andalucista (PA), un partido que empezó en los 70 reivindicándose marxista y “socialista autogestionario” y que ya en los 90 era un partido “atrapalotodo”, como dicen ahora, sin rumbo ni guía, influido por una pequeña burguesía oportunista y sin más horizonte que sus intereses inmediatos, por tanto, sin proyecto ni perspectiva de país. En aquellos años, casi nadie que defendiera los derechos políticos de Andalucía consecuentemente se declaraba “andalucista”, sino que se declaraba “soberanista”, “nacionalista”, “independentista”, etc. Hoy de nuevo, los términos “andalucista” y “andalucismo” vuelven a tener una carga positiva, teniendo el mismo contenido progresista y reivindicativo que en los 70 y 80 del siglo pasado.
2. ¿Qué fue la rebelión de Rebelión de las Alpujarras de 1568? Algunos dirían que es anacrónica esta rebelión…
La rebelión de las Alpujarras tuvo lugar de 1568 a 1571 en la montañosa y abrupta comarca de las Alpujarras, situada en la provincia de Granada y con una parte también en la de Almería, protagonizada por moriscos granadinos, es decir, moriscos del ya desaparecido Reino Nazarí de Granada. Antes de seguir, convendría aclarar el término morisco porque muchas veces se utiliza de forma poco apropiada. Morisco fue un término que empezó a emplearse sobre todo a partir de la caída de la ciudad de Granada el 2 de enero de 1492 y de la ruptura de las Capitulaciones de Santa Fe -una especie de fuero por el que se respetaba la religión, usos y costumbres de los granadinos-, por parte de los Reyes Católicos, dándose un proceso de conversiones forzosas al catolicismo; pues bien, el morisco designaba al converso, por tanto, es un término muy elástico y que se amoldó a muchas situaciones diferentes, pero el converso fue sobretodo una persona con la imperiosa necesidad de ocultar sus orígenes, de negar que alguna vez fue musulmán y que hablaba árabe o que alguna vez vistió de una manera diferente a como lo hacían los habitantes de los reinos cristianos peninsulares. Para la inmensa mayoría de la población del Reino de Granada y, por extensión de lo que hoy es Andalucía, fue un hecho traumático que se acompañó del robo de bienes, de la marginación social, pobreza, desposesión, etc. Volviendo a la rebelión de las Alpujarras, lo que nos encontramos paradójicamente es una rebelión de moriscos cuyo máximo deseo es justamente el de dejar de ser moriscos, es decir, dejar de tener que ocultar su lengua y costumbres, en términos contemporáneos se buscaba tener un reconocimiento social, político, cultural, económico, etc.
Tratando de resumir al máximo y asumiendo el riesgo de simplificar en exceso, el detonante concreto de la rebelión de las Alpujarras fue la Pragmática Sanción del 1 de enero de 1567 que suponía una vuelta de tuerca más a los derechos y libertades -usando terminología actual- de la población morisca, ya que las autoridades civiles y religiosas del Reino de Granada y de Andalucía en general entendían que los esfuerzos por “evangelizar” a los moriscos no estaban dando los resultados esperados, ya que muchos tenían la “desvergüenza” y el “descaro” de hacer ostentación pública de usos y costumbres andalusíes y de reivindicar sus derechos. Además existía una poderosa razón geopolítica de primer orden, vital para el poder del imperio español de Felipe II: el temor a que la población morisca pudiera servir de quinta columna para una hipotética invasión del imperio turco otomano; debemos recordar que prácticamente durante todo el siglo XVI hubo una intensa rivalidad por el control del Mediterráneo entre los imperios español y otomano. Para concluir es importante resaltar dos cuestiones: una, que esta rebelión, o más bien guerra, ya que duró tres años, mantuvo en jaque y contra las cuerdas al que quizá fuera el ejército más poderoso de la época en Europa: el del imperio español de los Austrias; la otra es que en realidad la rebelión se extendió más allá de las Alpujarras, a zonas de la Axarquía, en la provincia de Málaga, de la Costa Tropical granadina o de la comarca de Baza.
3. ¿Qué opinión tienes del gobierno PSOE-UP?
No es buena la verdad, y no ya porque esperase algún tipo de cambio político, social o económico, personalmente no esperaba nada de eso, es más ni siquiera esperaba un gobierno socialdemócrata que aplicara políticas de estímulo keynesianas o de redistribución, nada de eso esperaba porque nada eso acordaron PSOE y UP; la cuestión es que ni siquiera han cumplido lo mínimo que acordaron y prometieron; ante la emergencia social derivada de la pandemia, no ha habido la más mínima voluntad política de suavizar la dureza de la situación para la clase obrera y los sectores populares. En lo fundamental, en los pilares básicos, poco podemos distinguir a este gobierno de otros anteriores, salvo en gestos, en matices, o cuestiones muy puntuales. En líneas generales, la ortodoxia capitalista neoliberal se está respetando en lo fundamental. Por ejemplo, este gobierno y su ministra Yolanda Díaz presume de la drástica reducción del paro que ha tenido lugar en el mes de julio, sin embargo, como ya pasó con los gobiernos de PP, esa reducción del paro tiene su correlato en la extensión de trabajos precarios, en el aumento de trabajadores pobres cuyos sueldos no dan para llegar a fin de mes, y sobretodo, en una especialización en el sector terciario -especialmente en Andalucía- que hace que meses como el de julio sean propicios para la creación de empleo, por tanto, este gobierno no tiene siquiera la más mínima perspectiva de solucionar en términos capitalistas los problemas de la economía española.
4. ¿Por qué hay algunos nacionalismo periféricos en España que no tienen burguesías en sus comunidades autónomas como el caso de Catalunya y Euskal Herria? Muchas de estas cooperadoras con el imperialismo y el régimen del 78.
Bueno, en Andalucía ha habido y hay una burguesía pro autonomista entendiéndose ésta como una burguesía comprometida políticamente con el régimen autonómico andaluz nacido de la Constitución monárquica y postfranquista de 1978. Esta burguesía ha apostado en diferentes momentos por diferentes opciones políticas, lo hizo durante muchos años por el PSOE, pero también y aunque suene un poco extraño por el PP, de hecho, el PP andaluz se está esforzando cada vez más por recrear un “andalucismo” sui generis, que le sirve para ganar cierto prestigio social y confrontar con el gobierno de PSOE y UP, tal y como hace Feijoo en Galicia. Ahora bien, lo que ha sido débil o extremadamente débil en Andalucía es la existencia de una burguesía nacional o nacionalista, es decir, una burguesía con conciencia nacional y con un programa político nacionalista. Explicar esto sería muy extenso, pero resumiendo mucho y simplificando tiene que ver con cómo se desarrolló el capitalismo en el Estado español y en concreto en Andalucía. La gran oligarquía terrateniente con base en Andalucía -que no andaluza, ojo con esto-, hija de la conquista castellana y posteriormente de la desamortización de tierras en el siglo XIX, fue clase dirigente del Estado español, ponía y quitaba gobiernos y ministros; al margen de esa burguesía, en Andalucía, la burguesía industrial que se desarrolló en Málaga o Sevilla estaba ligada a intereses latifundistas y concibió lo industrial desde un punto de vista oportunista.
Mientras la pequeña burguesía por su especial debilidad en Andalucía y su dependencia económica y social hacia la gran oligarquía, a pesar de determinados exponentes radicales que se inclinaron hacia el federalismo e incluso hacia el anarquismo, no fue capaz de articular una propuesta política seria. Por algo el considerado como Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, siempre tuvo presente que no podía esperarse nada de la burguesía andaluza y que la liberación de Andalucía dependía de la clase obrera, especialmente del proletariado del campo -jornaleros y jornaleras-, y de los sectores populares oprimidos y excluidos.
5. ¿Qué papel cumple hoy en día el SAT en medio de la pandemia del COVID19?
Debo aclarar que actualmente no desempeño ninguna responsabilidad en el SAT y a penas tengo un trabajo sindical destacable, pero, básicamente hablamos del papel que ya venía cumpliendo desde antes, es decir, el de ofrecer una alternativa sindical de clase a los trabajadores y trabajadoras de Andalucía. Se ha conseguido mantener las luchas que ya se venían manteniendo desde antes en la hostelería en Granada, por ejemplo, o en la fresa en Huelva, o en metal en la Bahía de Cádiz, intentando en lo posible que la pandemia no ofrezca una coartada a los empresarios para cometer más fraudes y precarizar aún más la situación de la clase obrera andaluza.
6. ¿Qué denuncia exactamente el SAT cuando habla de condiciones de esclavismo en el campo andaluz? Sobre todo refiriéndose a personas inmigrantes.
Pues sencillamente unas condiciones de trabajo y de vida para las personas trabajadoras, especialmente las mujeres trabajadoras inmigrantes, terriblemente injustas, indignas e inhumanas. Hechos graves que van más allá de meros incumplimientos de convenios o de contratos, estamos hablando de una total y absoluta falta de respeto a los derechos humanos básicos de los trabajadores inmigrantes. Hablamos de redes dedicadas a la más brutal y salvaje explotación de trabajadores y trabajadoras inmigrantes, la prueba es que ha tenido que ser la policía o la Guardia Civil y no la inspección de trabajo quienes han tenido que intervenir en muchos casos.
Recientemente, se ha publicado que más del 70% de las Inspecciones de Trabajo en el campo a las empresas termina en infracción por fraude laboral. Aunque pueda parecer exagerado, hay que ser muy conscientes de que muchos de los alimentos que ponemos en nuestra mesa son fruto del sudor, la sangre y el sufrimiento de esos trabajadores y trabajadoras. En estos días hemos conocido que la policía ha desmantelado en Loja, Poniente de Granada, una red de explotación de trabajadores inmigrantes a los que hacía trabajar diariamente 12 horas por 6 euros la hora, mientras les cobraban 450 euros por empadronarse.
7. ¿Qué relación ha tenido el PSOE con las grandes mal tratos en el campo?
El PSOE una vez que llegó al poder en la recién creada Junta de Andalucía y en el gobierno español pronto olvidó las promesas de reforma agraria. La creación del IARA, del instituto para la reforma agraria, fue una pura pantomima que pretendía desactivar la lucha jornalera andaluza. El PER cumpliría la misma función: regar con dinero el campo andaluz para desactivar la lucha obrera y que los grandes terratenientes no vieran sus privilegios en peligro, a su vez, con la incorporación del Estado español a la Unión Europea, vendría lo que se viene denominando el PER de los ricos, los fondos provenientes de la PAC, que en la práctica han venido a beneficiar a las grandes fortunas del campo, ya fueran viejos terratenientes, multinacionales de la alimentación o bancos y fondos de inversión especulativos.
Por tanto, el PSOE ha sido perfectamente funcional a los intereses de los terratenientes y de las grandes multinacionales de la alimentación en Andalucía, por supuesto, desde la Junta, pero también desde los Ayuntamientos, aprovechando la cercanía de las instituciones municipales, el PSOE pudo cumplir todavía mejor con esta función, salvaguardando el poder los grandes terratenientes, multinacionales o fondos buitres y creando redes clientelares. El colofón a todo esto que vengo diciendo fue cuando el ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, condenado por prevaricación a 9 años de inhabilitación por el caso de los EREs, le concedió el título de Hija Predilecta de Andalucía en 2006 a Cayetana FitzJames Stuart, Duquesa de Alba, una fascista declarada y orgullosa, una de las grandes terratenientes de Andalucía. En el acto de condecoración de la Duquesa de Alba, que tuvo lugar en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, se concentraron cientos de militantes del SOC que fueron brutalmente apaleados por la policía en sucesivas cargas.
8. ¿Qué opinas de la denuncia de Unidas Podemos del ascenso de VOX en Andalucía?
Cuando en diciembre de 2018, Vox consiguió entrar en el parlamento andaluz se desarrollaron toda una serie de protestas en las grandes ciudades andaluzas en las que Unidas Podemos apenas participó; por desgracia, ese movimiento de protesta antifascista decayó en breve, pero podía supuesto un gran revulsivo social y político.
Unidas Podemos fue ajeno a todo aquello. Recuerdo que en su momento Pablo Iglesias habló de “alerta antifascista”, pero eso no se tradujo en nada concreto y real, más allá de la consigna.
9. ¿Qué peligro hay a nivel cultural que se elimine todo rastro de los moriscos en Andalucía?
Retomo lo que respondí en la pregunta sobre la rebelión de las Alpujarras. Hay que tener claro que el morisco es un converso, una persona angustiada por aparentar algo que no es o que no ha sido. El gran defensor de la cultura y señas de identidad andaluzas, Antonio Manuel Rodríguez, dijo en una ocasión que el morisco era una hipérbole del nacionalcatolicismo español, ¿por qué? Porque el morisco se tenía que esforzar en mentir, en decir que era cristiano viejo, de “sangre pura”, el morisco tenía que esforzarse en ser el más católico y el más español, tenía que hacer ostentación pública del consumo de cerdo o de beber alcohol para que nadie sospechara sobre sus orígenes. Esa preocupación por la apariencia y por el miedo al qué dirán ha marcado y ha determinado la cultura y señas de identidad de Andalucía. Por tanto, habría que sustituir morisco por andalusí. Lo andalusí es central y determinante para entender la Andalucía actual. Evidentemente, al Andalus y lo andalusí es algo que supera los límites territoriales de la Andalucía actual, por ejemplo, lo andalusí también forma parte de las señas de identidad de otras zonas del Estado español como Aragón, País Valenciá, Murcia, Extremadura o determinadas zonas de Castilla; nadie duda de la importancia que ciudades como Toledo, Zaragoza o Valencia tuvieron durante el periodo andalusí, pero igualmente tampoco podemos poner en duda que mucho más importantes fueron Córdoba, Granada o Sevilla, por poder político, económico, social o cultural, por solo dar un argumento.
El nacionalismo español se ha construido negando lo andalusí como si fuera una enfermedad por la que esa España que en la Edad Media no existía, tuvo que pasar. Se empieza negando lo andalusí y se termina por negar a Andalucía como hecho histórico, y, por supuesto, como hecho nacional.
10. ¿El andalucismo tiene algo que ver con el islamismo?
No. Una cosa es que se ponga en valor nuestro pasado, o concretamente, que se ponga en valor que en el pasado mayoritariamente quienes habitaban la actual Andalucía eran musulmanes y cuando fueron conquistados sufrieron persecución a causa de su religión y constumbres, o que elementos del islam han pasado a nuestra cultura nacional y popular, -siendo el flamenco un ejemplo de ello- y otra hacer de ello un proyecto político. Es cierto que una minoría de militantes durante la Transición optó por la conversión al islam y fundaron movimientos políticos, pero esos movimientos a penas si tuvieron alcance y, por otro lado, tampoco se podían calificar estrictamente como islamismo político, entendiendo también que dentro del islamismo nos podemos encontrar con movimientos reaccionarios al servicio del imperialismo, como los Hermanos Musulmanes, o movimientos progresistas y antiimperialistas como el Hezbolá libanés.
Ese es uno de los mantras del fascismo y la ultraderecha española, una de sus posverdades, asimilar andalucismo con islam, o afirmar que Blas Infante se convirtió al islam. No, Blas Infante no se convirtió o al menos no hay ni una sola prueba que demuestre su conversión al islam, en todo caso, si lo hubiera hecho eso no restaría valor político a su pensamiento o a su acción.
11. ¿De que trata “LIBIA, MEMORIA ANDALUZA DE LA JAMAHIRIYA”?
Se trata de un documental realizado con mucho esfuerzo, tesón y corazón por unas compañeras y compañeros de Cádiz que se empeñaron en dar a conocer la hermosa historia de solidaridad que se entabló entre el movimiento jornalero andaluz, encarnado en el SOC, y la Jamahiriya Libia de Muamar el Gadafi. El SOC organizó brigadas de solidaridad a Libia en las que los participantes podían conocer el particular proyecto socialista libio de Gadafi de primera mano.
Todo aquello acabó cuando los EEUU de Ronald Reagan llevó a cabo la campaña de bombardeos sobre Libia a mediados de los 80, produciendo a su vez un giro estratégico en el particular y sui generis proyecto socialista libio. A título informativo, decir que Gadafi siempre apoyó la autodeterminación, soberanía e incluso independencia de Andalucía.
12. ¿Cómo has visto Andalucía y su sanidad pública bajo el COVID19?
Desbordada, con profesionales manteniendo el servicio como buenamente podían, con escasos medios y menos apoyos, y gente desesperada. Veníamos de una situación previa en la que Andalucía, durante los gobiernos del PSOE, era uno de los territorios que más habían recortado en sanidad. Recortes y falta de inversión que ha mantenido el gobierno de la (ultra) derecha. De aquellos barros, estos lodos. Recuerdo que cuando la ex presidenta, Susana Díaz, dijo aquello de que la sanidad pública andaluza era la “joya de la corona”, los hospitales andaluces estaban colapsados por la gripe estacional.
13. ¿Qué es ARBOREÁ Andaluza?
Se trata de un colectivo que aspira a la creación de una organización estratégica y comunista en Andalucía. Partiendo del hecho de Andalucía como una nación oprimida y del marxismo-leninismo como instrumento de análisis, este colectivo pretende organizar la lucha de la clase obrera y del conjunto del pueblo trabajador andaluz hacia los objetivos estratégicos de una República andaluza, libre, soberana, socialista y feminista.
Para ello, se entiende imprescindible participar en las luchas concretas de la clase obrera y el pueblo y en sus organizaciones, creando y fortaleciendo la conciencia nacional y de clase, propiciando espacios de poder obrero y popular andaluz como base para el proyecto estratégico de liberación nacional y socialismo.
14. Se esta viendo en los medios mucha violencia desatada, agresiones en el metro por el no uso de mascarillas, violencia gratuita, algunos incluso creen que las FCSE obvian ciertos incumplimientos sanitarios según quien los haga ¿Alguna opinión al respecto?
Creo que todo el mundo ha podido comprobar a estas alturas como los botellones de los ricos son tolerados y permitidos, botellones de políticos del Régimen, de grandes empresarios y banqueros en los que no existen ni mascarillas ni distancia social alguna y en los que nunca aparece la policía para poner orden. Si los botellones en la calle están mal, también deberían estarlo las fiestas de la oligarquía. Con detalles como éstos, comprobamos cómo actúan las sociedades de clase, como existe el privilegio de clase y como ninguna Constitución en el capitalismo, por muy democrática que se proclame, puede garantizar la verdadera igualdad de sus ciudadanos y ciudadanas ante leyes y normas. La democracia en el capitalismo es una quimera; la República de Cuba, con todos sus errores y sus objetivas limitaciones impuestas por un bloqueo criminal y sanguinario, ha demostrado ejercer una democracia más real y mucho más tangible que todos los países capitalistas juntos.
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